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Bohemios así en el Cielo como en la Tierra

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Por Daniel Supervielle ///

—Acá arriba está todo más o menos tranquilo, bueno una semana un poco movida por eso de la resurrección del Flaco, pero hace más de 2.000 años que la venimos preparando por lo que está todo bastante bien aceitado. Pero hay una cosa que me preocupa— le dice San Pedro a San Pablo.
—Pero:¿Qué te preocupa San Pedro?
—Obdulio Jacinto ya se cambió de nube, anda solo, meditabundo, parece que anda nostálgico. Hace días que no aparece por la cancha de bochas y no quiere andar con nadie. Dice que está concentrando para el jueves.
—¿Y qué le pasará? ¿Qué pasa el jueves?
—¿Yo que sé que le puede pasar a Jacinto?… siempre de pocas palabras, callado, ayudando a los brasileros que suben y no encuentran consuelo… pero me da no se qué… pero esta vez, peor que nunca. No larga prenda.
—¿Y le preguntaste al Tito Borjas?
—Lo fui a ver. También me dio vueltas, andaba con silencios más largos que de costumbre, hace días que no pasa por el boliche, la última vez que lo vieron le tiró un vale cuatro a Scarone y le dijo Tuya Héctor y se fue… me tienen preocupados estos muchachos…
—!Ah ya se… preguntale al Loco Ortiz!
—Buena idea…
—Dale después contame.
Al rato vuelve San Pablo…
—Che San Pedro acabo de ver al Loco Ortiz. también anda raro… ¿vos sabés? Se fue a cortar un poco el pelo, mandó el smoking a la tintorería.
—¿El Loco Ortiz tiene smoking?
—Parece que si…
—Estos tres algo andan tramando.
—Vamos a seguirlos de cerca, ya hablé con el Flaco que me dijo que los orejee, no sea cuestión que se le alborote el Cielo justo esta semana después de Pascuas.

***

Lo que no sabe San Pedro es que Obdulio Jacinto, el Loco y el Tito andaban planificando una jugada magistral. Los tres saben que son parte de la leyenda más mística de la historia del fútbol uruguayo y Mundial. Los tres escribieron en la Tierra los pasajes más memorables del fútbol heroico, el del amor a la camiseta y a los colores del club.

Los tres fueron revolucionarios en sus posiciones y en su juego. Los tres -a esta altura deberían ser santos- en cierta medida cambiaron la historia del fútbol y por ende de la humanidad. Uno en Amsterdam, el otro en Maracaná y el otro en el arco, cuando los hippies solo estaban para viajar a Katmandú.

Lo que no sabe San Pedro es que el jueves juega el glorioso bohemio, el cuadro más querido por el conjunto de los orientales. El cariño que el pueblo uruguayo siente por Wanderers es mucho mayor que el sumado de Nacional y Peñarol juntos.

Es más, me atrevo a decir que el Montevideo Wanderers es el equipo más querido del Uruguay y eso el Loco, el Tito y el Negro Jefe lo saben. Es por eso que andan meditabundos en el cielo. Tan buscando la mejor nube para posarse arriba del estadio el jueves para ver a su querido Montevideo Wanderers por la Copa Libertadores de América.

¡Cómo para no andar nerviosos!.¡Cómo para no querer resucitar y posarse sobre la Torre de los Homenajes de la Olímpica, juntos los tres –el Loco, el Tito y el Negro Jacinto– por 90 minutos para ver al glorioso club que ellos hicieron gigante! !Cómo no querer volver un rato a la Tierra para ver como honran la camiseta una banda de pibes atrevidos, conscientes de que su aparente debilidad es su mayor fortaleza futbolística!

Vos San Pedro, nunca vas a entender, no sé, serás de la Roma o de la Lazio, andá a saber, del Beitar Jerusalén, yo que sé… nunca vas a entender lo que se siente ser del bohemio: es algo inexplicable, solo los elegidos –y creo que vos fuiste uno– lo pueden sentir.

Por eso cada uno de los que el jueves nos acurruquemos en la Olímpica -con nuestros hermanos, amigos, hijos, mujeres, como en Florida- vamos a estar buscando en las nubes al Negro Jefe, al Tito Borjas, al Loco Ortiz y a todos los que hicieron gigantes estos colores.

Seguro van a estar ahí alentando a estos muchachos de Alfredo y cuando termine el partido y todos estemos paladeando la clasificación con la garganta rota y el corazón apretado seguro el Loco, Obdulio y el Tito tendrán lágrimas de orgullo en los ojos.

Que así sea.

***

Escrito antes del Wanderers-Boca del jueves 9 de abril.

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