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Entrevista central, jueves 2 de junio: Julio Bocca

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EC —¿Estás aludiendo a algunas de las situaciones que pudieron haber estado detrás de los inconvenientes?

JB —No, simplemente que eso lo tengo que hacer todos los años y lleva un estrés que hace que uno a veces necesite el tiempo de descanso que lamentablemente el año pasado no pude tener, entonces se juntaron el estreno y un montón de cosas. Yo había ido a ver las funciones, quería ver cada elenco que se eligió, que fue diferente. Había gente nueva, había una chica italiana nueva, quería verla, conocerla, fui a ver todo eso del proceso. Y por suerte me gustó ver la compañía, esto es por lo que uno siempre lucha, cuando se levanta el telón tiene que salir todo perfecto. No importa lo que pase internamente o cada problema que cada uno pueda tener externamente, las dificultades; cuando llegás a tu lugar de trabajo…

EC —El show debe continuar.

JB —No solo continuar, tiene que tener una excelencia, porque hay un público que viene y que tiene que salir satisfecho. Y me fascinó que la compañía entendiera eso, que haya aprendido eso, porque las funciones de El lago de los cisnes fueron muy buenas, algunos nuevos que estuvieron también me gustaron; uno todos los años contrata en una audición, entonces después ves y sirve el funcionamiento.

EC —Tu regreso, esa conferencia de prensa anunciando Gala V y marcando que retomabas funciones, vino acompañado con reestructura. La pieza más importante de esos cambios es la incorporación de Sajak como codirectora. Eso, tener como codirectora a una uruguaya y además integrante hasta hace poco tiempo del cuerpo de baile, ¿es una forma de lograr un interlocutor menos resistido por otros miembros de la compañía?

JB —No; la nombré porque realmente su trabajo es maravilloso.

EC —Eso sin duda, pero ¿además juegan estos otros detalles?

JB —No, porque ya venía jugando. Dentro del equipo, ahora que Lorena Sáenz pasó a ser asistente y Sofía codirectora, se hace un camino antes de llegar a mí para tomar una decisión final. A veces hay un montón de cositas internas muy pequeñas que puede solucionar el equipo sin que yo esté siempre en todo, que es otra de las cosas que me estresan. Lo importante en esto es que ella también se va a sentir más segura, más apoyada si tiene que tomar una decisión o tiene que ir a hablar con un miembro de la compañía o con un miembro de los cuerpos técnicos. Creo que también hace a que la compañía vaya teniendo un peso dentro de la institución, como compañía y como cuerpo artístico.

RC —Es muy interesante recalcar que Julio se rodeó de ex bailarines que fueron miembros del cuerpo de baile a los cuales en algún momento él tuvo que “jubilar”. Me parece muy interesante que se haya dado para ese retiro un objetivo como lo que hiciste con la propia Sofía, con [María Noel] Bonino, con [Daniel] Galarraga, y ni que hablar con Paulo Aguiar, a quien pusiste al frente de la Escuela de Danza, que considerás el semillero. Esa forma de darle sentido a la carrera que continúa después de que se presenta en el escenario, sobre todo con los uruguayos, que somos tan proclives a sospechar que viene alguien de afuera y nos quiere cambiar la cabeza, ¿te ha servido? ¿Le ha servido al cuerpo de baile?

JB —Me ha servido con los miembros que están trabajando y que quieren seguir trabajando dentro de la visión que yo tengo, porque no es que no quieran seguir trabajando dentro de una estructura o como maestros, pero a veces no comparten la visión con que uno está trabajando. En este momento también estamos trabajando con Recursos Humanos, con la abogada del Sodre, en el proceso de transición de los bailarines.

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