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Entrevista central, jueves 2 de junio: Julio Bocca

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EC —Estás cumpliendo años al frente de la compañía

JB —Ayer, 1 de junio, cumplimos seis años.

EC —Entonces, de ahora en adelante… ¿qué? Porque cuando se cumplen años hay una tendencia a hacer balance y a prepararse, marcar prioridades. ¿Cuáles son? Ya mencionaste algunas; ¿qué otras?

JB —Otra prioridad importante es salir más afuera. Este año tenemos la gira a Barcelona, justamente hoy se ponen a la venta las entradas en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.

EC —¿Para ti simbólicamente es muy importante esa sala?

JB —No solo para mí, para cualquier compañía del mundo. Es una de las salas más prestigiosas del mundo, es una forma de entrar a otro nivel profesional. Porque si un teatro, una sala como esa –que es exigente, que lleva grandes compañías, grandes cantantes de ópera, que hace grandes producciones– te da la posibilidad, es porque hay un voto de confianza. Entonces es muy importante cómo se llegue ahí y cómo representemos. Para nosotros esa salida es muy importante. La idea es seguir saliendo. Ahora viene una pareja invitada de China, nosotros fuimos allí hace poco por un intercambio cultural entre países; ese intercambio de invitar para poder después llegar a ir a China. Ese es el otro punto, estamos trabajando para salir al exterior y que no sea solo la selección [de fútbol] que represente a Uruguay, sino que también cuando se diga ballet, se diga “Uruguay”.

RC —Me estoy imaginando a [Lionel] Messi y a [Luis] Suárez sentados en primera fila en esa presentación.

JB —¿Por qué no?

RC —No tengas ninguna duda de que van a estar.

EC —Eso va a ser en noviembre.

JB —En diciembre, del 16 al 20 de diciembre en el Liceo, con cinco funciones, acompañados por la orquesta del Liceo dirigida por Martín García. Luego vamos a estar del 26 [de diciembre] al 1 de enero, trabajando el 31 y el 1, en funciones en Madrid, en el Teatro Canal, y del 2 al 8 de enero con Un tranvía llamado deseo acompañado por la orquesta del Teatro Canal, dirigidas por Martín García las dos obras.

EC —¿Y tú, entonces?

JB —Estaré allá controlando a los chicos, pasando Navidad y Año Nuevo en Madrid, imaginate.

RC —Con frío.

EC —¿Por cuántos años más te ves dirigiendo el BNS?

JB —No me imagino nada, quiero ir tiempo a tiempo, día a día, disfrutar la vuelta que muchos de los miembros del BNS están haciendo y viendo las funciones como salgan. Pero sepan algo: yo estoy poniéndome la camiseta siempre por la danza, me pongo la camiseta siempre por el Sodre y por donde estoy ahora, que es Uruguay. Trato de defender que los uruguayos tengan su posibilidad, pero también quiero que dentro del BNS haya una excelencia, un trabajo y un profesionalismo que la institución merece, que el uruguayo que va a ver una función y la danza merecen. Se está haciendo un gran cambio con la Escuela de Danza, pero sabemos que por unos años no vamos a tener la cantidad de bailarines uruguayos que a mí me gustaría tener en un futuro.

Quiero que tengan eso en claro: yo no vengo a destruir una institución, vengo a apoyar a que sea excelente y que eso se mantenga. Esa es mi idea. Y sobre todo que se respete a la danza como tal, la exigencia es que se respete, y que sea una compañía joven, con vigorosidad, con energía, con futuro, con visión, con ganas de hacer, y que cuando terminen a los 40, reventados de haber bailado, tengan ganas de ser cocineros, cosas, y que sea algo normal, algo cotidiano, y no un sufrimiento o “uy, no sé qué hacer”. No, cambiar esa mentalidad que realmente tenemos que cambiar, como pasa en cualquier otra parte del mundo. Ahora tenemos la posibilidad de agarrar eso y saber cómo se maneja otro mundo. Entonces, ¿por qué no podemos agarrar lo bueno, transformarlo y hacerlo acá? Se puede.

EC —Todo un alegato.

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