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Entrevista central, jueves 17 de marzo: Ricardo Scaglia

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Entrevista con Ricardo Scaglia, presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo-Paraguaya.

Carol Milkewitz/EnPerspectiva.net

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Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Jueves 17.03.2016, hora 8.18

EMILIANO COTELO (EC) —La economía de Paraguay ha dado un salto gigantesco en los últimos cuatro años. En la última década su Producto Bruto Interno (PBI) aumentó a un promedio de casi 5 % anual. Y, este año, el crecimiento andará por el 3,5 %, una tasa levemente inferior a la previa, pero la más alta prevista en los países del Mercosur.

Varios uruguayos han sido protagonistas de ese desarrollo. En un primer empuje su presencia se concentraba en el sector agropecuario, con la compra de tierras en el Chaco paraguayo, pero luego el espectro de rubros se fue ampliando. De hecho, según un relevamiento de la embajada de nuestro país en Asunción, a comienzos de este año había 53 empresas uruguayas instaladas en Paraguay en áreas como logística, industria textil y tecnología.

Así y todo, el Gobierno paraguayo sigue alentando la llegada de inversores. El martes pasado, por ejemplo, el ministro de Industria y Comercio, Gustavo Leite, disertó en Montevideo, y en esa ocasión identificó varios nichos que pueden ser atractivos para emprendedores uruguayos. Leite dijo, además, y esta frase llamó la atención, que Paraguay quiere convertirse en un jugador clave del Mercosur, fabricando productos que hasta hace poco los países del bloque importaban o importan todavía desde China.

Cuando revisábamos esas declaraciones En Perspectiva al día siguiente decíamos que vale la pena profundizar un poco en este panorama. Para eso hemos invitado esta mañana al escribano Ricardo Scaglia, que es presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo-Paraguaya. Ubiquemos esta institución que usted preside, ¿desde cuándo existe esta cámara?

RICARDO SCAGLIA (RS) —La cámara tiene aproximadamente ya 50 años, la presidía hasta hace dos años el amigo Eduardo Roca Couture, antes la había presidido el señor Ricardo Ferrer, hasta su fallecimiento, un gran industrial también. Nosotros hace 30 años estamos en Paraguay, primero trayendo inversores para acá, mostrándoles a los paraguayos lo que era Punta del Este -que ellos iban por lo general a Florianópolis- y después también acompañando a uruguayos que invierten allá. Dado ese conocimiento, tratamos de potenciar la cámara: hacemos charlas, hemos invitado al ministro Leite, que la semana pasada vino al Estudio Ferrere… En fin, estamos permanentemente asistiendo a nuestros asociados. Ahora tenemos en el Banco Central también una charla sobre la Ley de Inclusión Financiera, que va a permitir cancelar obligaciones comerciales con las monedas de cada uno de los países…

EC —¿A qué tipo de empresas incluye esta cámara?

RS —Muy variadas, y diría que se están incluyendo las empresas que se están desarrollando en Paraguay también. Tenemos empresas de alimentos, vestimenta, calzado, forestales, ganaderas, propietarios de campos en el Chaco, frigoríficos. En fin, en distintas áreas.

EC —¿Y la cámara se ocupa tanto de lo que es comercio como de lo que son inversiones?

RS —Por supuesto, la cámara los asesora, trata de conseguirles los partners, apoyarlos. Estamos haciendo un poco la parte comercial de la embajada paraguaya, trabajamos mucho con el embajador [Luis Enrique] Chase Plate buscando, en ese caso, que los paraguayos que vienen a Uruguay estén respaldados también.

EC —Durante mucho tiempo era tradicional que inversores paraguayos vinieran a Uruguay, por ejemplo en la construcción, usted mencionó el caso de Punta del Este recién. En determinado momento, apareció la corriente en sentido contrario: la de uruguayos a Paraguay. ¿Cuándo y cómo fue?

RS —Eso se dio en los últimos años, yo diría que a partir de 2013. Paraguay a través de su Gobierno y de su presidente mismo empieza a captar más las inversiones, a presentar al país y los beneficios que ofrece. El presidente [Horacio] Cartes armó un equipo de gobierno joven, técnico, pero también con sentido político. Lo vimos con Leite: es un técnico con maestría en Europa, en Escocia, pero también con un olfato político muy fuerte y muy vendedor de su país y de las cosas que están haciendo.

EC —¿Lo que usted dice es que esta etapa en la que ha empezado a notarse la inversión uruguaya en Paraguay tiene que ver con el Gobierno Cartes, viene de agosto de 2013, cuando asumió en adelante?

RS —Ha crecido mucho, se ha potenciado.

EC —Se lo preguntaba porque estuvo primero esa corriente de compra de tierras en Paraguay, que según nos contaba el ingeniero agrónomo Rodrigo Artagaveytia en una entrevista que hicimos En Perspectiva, tiene sus primeros pasos en 1994, cuando él mismo desembarcó en el chaco paraguayo

RS —Sí, lógico, en lo que es tierras tiene muchos años el tema, ha ido creciendo a lo largo de los años.

EC —Él contaba que en aquel momento una hectárea de tierra virgen costaba US$ 10.

RS —Sí, también va por distintos lados, ¿no? Hay lugares buenos, no tan buenos y sencillamente malos.

EC —De todos modos, se trataba prácticamente de ir a colonizar, porque, justamente, eran tierras donde no había nada organizado, eran tierras selváticas prácticamente.

RS —Nada, si uno sobrevolaba el chaco central hace diez años se veía como algo verde oscuro: todo árboles. Hoy está todo con praderas y animales. Ha cambiado increíblemente en los últimos tiempos.

EC —La entrevista con Artagaveytia fue en febrero de 2013 a raíz de un artículo del diario Última Hora, de Asunción, que decía que en ese momento 12,5 % de las tierras dedicadas a la producción ganadera en Paraguay estaban en manos uruguayas.

RS —Se habla de dos millones de hectáreas en manos de uruguayos.

EC —Ese era el número del año 2013, supongo que puede haber tenido un crecimiento desde entonces.

RS —Sí.

EC —Esa fue como una parte de…

RS —Perdón, y sigue creciendo, porque todavía la tierra está a un precio competitivo en relación con los vecinos del Mercosur. La tierra ganadera, por ejemplo, está cuatro veces más barata, eso hace que la rentabilidad sea muy superior.

EC —La rentabilidad vale la pena pese a que a esa hectárea de tierra en el chaco paraguayo hay que invertirle mucho arriba, ¿no?

RS —Sí, claro. Pongamos que una hectárea invertida, pronta, con casa, alambrado, todo pronto, sale US$ 1.400 o US$ 1.500. Cada animal en esa hectárea engorda un promedio de 180 kilos por año, porque come prácticamente parado el animal. Le han pegado también con las pastura, con el gatton panic, hace diez años hacían las pruebas y les dio un resultado fabuloso. Eso hace que hacen el campo y después tienen los beneficios.

EC —¿Cómo fueron sumándose otros inversores uruguayos?

RS —En otras áreas se da fundamentalmente en la construcción. En ese momento aterrizaron algunas empresas nuestras conocidas acá…

EC —¿Por ejemplo?

RS —Por ejemplo allá está Atijas. Empiezan a construir con éxito y eso hace que el… Creo que tendríamos que decir qué pasó para que se entienda: cuando yo empecé a ir a Paraguay había cuatro millones de personas, hoy son siete millones y pico. A medida que va creciendo el país también se generan necesidades habitacionales, eso hace que el uruguayo que esté atento allí está construyendo y le está yendo bien.

EC —Sobre ese punto veía unos comentarios de Julio Villamide que decía: "Hace 40 años, Uruguay tenía el doble de población que Paraguay, 20 años después nos alcanzaron y hoy son el doble. En 20 años van a llegar a los nueve millones de habitantes. Eso genera una dinámica económica muy grande".

RS —Es así. Yo no sé cuál es la razón, o sí, es un tema psicológico, viene de la historia: había muy pocos hombres y tienen la costumbre, después de las guerras, de tener muchos hijos, no solo las familias de menos poder adquisitivo sino también las de más, tienen cuatro o cinco hijos por familia. Eso hace que, lógicamente, tienen un mercado pujante, uno va a un restaurante y son todos jóvenes: 70 % de la población, o sea, cinco millones de habitantes, tienen menos de 35 años. Esos chicos tienen que vivir, eran cuatro, cinco o seis hermanos y se tienen que independizar, ahí es donde hay necesidades. En el rubro vivienda, por ejemplo, lo dijo el ministro el otro día: están necesitando 100.000 viviendas por año.

EC —La población ha ido creciendo de esa forma, hoy están dos a uno con nosotros: siete millones contra tres millones y medio. El PBI ha ido creciendo de manera fuerte, como decíamos, pero también de manera irregular: ha tenido años de 13 % de crecimiento y otros de 4 % o 3 %, porque la producción paraguaya depende mucho de lo agrícola ganadero y por lo tanto del clima, ¿no?

RS —Claro, tienen un promedio de 4,8 % en los últimos años, es indudable que el PBI está creciendo. Además tiene todo para seguir haciéndolo, a pesar de que su socio fundamental es Brasil, que ha caído, pero hay exportaciones nuevas. Sin duda alguna está creciendo, lo han hecho en el año pasado, por ejemplo, cuando Brasil ya estaba mal.

EC —Pese a ese crecimiento que está teniendo Paraguay, el PBI hoy está en US$ 30.987 millones contra US$ 57.000 millones de Uruguay, si vamos a PBI per cápita, el de Paraguay está muy bajo: US$ 4.425 contra US$ 16.563 de Uruguay. O sea, es la cuarta parte del PBI per cápita uruguayo.

RS —Sí, sin duda, es un país que está muy atrás con respecto a nosotros, pero están haciendo las cosas bien, están creciendo. Por ejemplo, lo comentaba también el ministro, hace dos años Paraguay no tenía fabricación de autopartes, ya el año pasado exportamos US$ 160 millones a Brasil en autopartes; vestimenta no exportaban y exportaron US$ 120 millones. Es un poco lo que usted decía al inicio: se están instalando industrias y eso está haciendo que el país se esté moviendo también.

EC —¿Qué más está haciendo bien en materia económica Paraguay para que se produzcan este tipo de transformaciones?

RS —Lo que decía el ministro es que Paraguay trata de convertirse en la China de la región, incluso hacía referencia en la charla que dio en el estudio Ferrere, a una conversación del presidente Cartes con la presidenta Dilma [Rousseff, de Brasil].

EC —Sí, aquí tengo la frase textual: "Nosotros somos China, tenemos costos de China, ¿por qué insisten en seguir trayendo las cosas de China cuando nosotros podemos hacerlas acá?".

RS —Claro. Tienen un sistema tributario realmente benigno, le llaman “triple 10″: 10 % de Impuesto a la Renta, 10 % de Impuesto al Valor Agregado, 10% a la Renta de las Personas Físicas. Están sacando una ley en la cual se asegura que no habrá cambios en los próximos diez años para la inversión, o sea que también están promoviendo la inversión con leyes. Eso hace que, por ejemplo, el año pasado se instalaran 60 industrias.

Tienen una energía barata y en energía eléctrica se están instalando muchas industrias. Entonces, industria del calzado, de la vestimenta, de las autopartes, frigorífica, textil… eso se está sintiendo en la mano de obra, en el país, se está volcando ese dinero.

EC —Entonces, usted enumeraba las ventajas de Paraguay por el lado de los tributos, del dinamismo de la economía, del crecimiento que está teniendo la población y, dentro de la población, del perfil joven que tiene.

RS —Exacto, y tiene un consumo interno que se está acentuando cada vez más. Si bien el PBI global es la mitad que el nuestro y el per cápita es la tercera parte, de todas formas están creciendo. Nosotros lo que tenemos que ver es determinados mecanismos y beneficios que está ofreciendo Paraguay que nos pueden afectar. Uruguay tiene que estar atento a eso.

Por ejemplo, nosotros conocemos el sistema generalizado de preferencias, los aranceles más bajos que teníamos determinados países de Sudamérica. La mayoría de los países sudamericanos perdieron esos beneficios arancelarios porque se han desarrollado y han crecido, excepto Perú y Paraguay. Entonces, ¿qué está haciendo Paraguay? Trae a los inversores, promueve su industria, los ubica en parques industriales en los cuales tienen la energía más barata –tienen la más barata del mundo en la zona industrial y es buena energía, no así en las casas, que es barata al primer viento se apaga todo, es el Uruguay de los años 70–, y con esos beneficios Paraguay está invitando, está negociando. Como hizo con Lula [da Silva, el ex presidente brasileño], ahora lo está haciendo con el [presidente argentino, Mauricio] Macri. Promueve que las empresas brasileñas se sigan instalando en Paraguay y que las argentinas empiecen hacerlo para, desde ahí, vender a Europa con beneficios fiscales que nosotros no tenemos.

Ayer el ministro, el canciller, señalaba la preocupación de los nuevos mercados. Mostraba láminas de los países con PBI de entre [US$] 30.000 y [US$] 70.000 millones, donde Paraguay está abajo y Uruguay arriba. Entre esos países, nosotros somos el penúltimo –solo nos supera un país africano, no recuerdo cuál– en cuanto a la apertura comercial, y Paraguay está entre los primeros. Paraguay se está abriendo de una forma muy rápida y eso hace que fluyan las inversiones. Eso lo tenemos que estar atendiendo bien nosotros, es la preocupación que a uno le surge viéndolo desde el punto de vista empresarial.

EC —Se han destacado, y algo dijo usted al pasar, las ventajas que presenta la mano de obra en Paraguay, ¿cuáles son?

RS —Le voy a dar algunos números no más y lo voy a comparar no con Uruguay sino con Brasil: la mano de obra calificada es un 63 % más baja que la brasileña, los maquinistas un 35 % y la mano de obra sin calificar treinta y pico por ciento también más baja…

EC —¿Más baja en qué sentido?

RS —En costo. Tienen un 8 % de población más joven, la energía más barata que Brasil para la industria en más de un 60 %, el IVA más barato y el impuesto a la renta más barato. O sea, hay muchos beneficios que los industriales brasileños los están viendo, se instalan en Paraguay, exportan desde ahí como Mercosur y se benefician con las ventajas arancelarias que tiene Paraguay. Y ahora va a ir Argentina a hacer lo mismo.

EC —Pero, en cuanto a los trabajadores, ¿lo que hay de por medio no es una desprotección? Se lo pregunto a partir de comentarios que hizo el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, en diciembre, en la presentación de un informe del Banco Mundial: "En Paraguay lamentablemente el desarrollo de normas laborales, de normas de seguridad social y libertad sindical es muy bajo".

RS —Mire, yo no sé, no veo protestas, si hay una desprotección uno no los ve protestar, los ve trabajar, realmente, con condiciones climáticas muy duras. Yo los veo a todos unidos, no sé. Conozco a la gente paraguaya desde hace muchos años, sé cómo trabajan, sé que no podemos pedir la eficiencia que tiene -aunque suene un poco pedante- el uruguayo. Uno va hoy a los comercios paraguayos y en muchos los encargados son uruguayos. Esa es otra cosa buena que están haciendo, están capacitando gente, permanentemente están llevando gente de afuera. Nosotros somos muy bien mirados, muy queridos, a veces nos hacen algún recuerdito de cosas que han pasado, pero realmente nos respetan y…

EC —¿La Guerra de la Triple Alianza sigue arriba de la mesa?

RS —O una más fresca: el tema Venezuela y Paraguay, esa siempre que pueden… algún recuerdito… Pero lo dijo el ministro el otro día en la charla: demos vuelta la página, eso lo han hecho. Pero hay cosas que…

EC —Usted se refiere al período en el que Paraguay estuvo suspendido en el Mercosur.

RS —Claro, eso, lógico, les dolió, pero hay que mirar para adelante, como ellos dicen.

EC —¿Por dónde están los inconvenientes a la hora de invertir en Paraguay en este momento? ¿Cuáles son los sectores en los que empresarios uruguayos están teniendo más presencia?, ¿cuáles podrían desarrollarse más? Lo vemos en el final de la entrevista con el escribano Ricardo Scaglia.

***

EC —"Queremos jugar el partido mundial, en la NBA, pero medimos 1,60. Por eso, ser competitivos es para nosotros una obligación: como no controlamos los precios, tenemos que bajar los costos", dijo el ministro de Industria y Comercio de Paraguay, Gustavo Leite, la semana pasada en una presentación en Montevideo, a partir de la cual hoy estamos conversando En Perspectiva con el escribano Ricardo Scaglia, presidente de la Cámara de Comercio Uruguayo-Paraguaya.

Uno de nuestros oyentes, Jorge, pregunta: “Tengo entendido que para producir y vender en el mercado local las industrias paraguayas pueden importar los insumos sin pagar el arancel externo del Mercosur, ¿es correcto?”.

RS —Bueno, no, para producir en régimen de maquila. La maquila, que ya estaba en la ley desde el año 1998 en Paraguay, está teniendo ahora un éxito importante. Por ejemplo: una empresa extranjera, brasileña, abre una empresa en Paraguay y contrata para la producción a una empresa paraguaya y todos los insumos que lleguen a Paraguay están exentos de impuestos, pagan el 1 % de la exportación, siempre que se exporte todo el producto. Entonces, lógicamente, producen a precios muy bajos.

EC —Hemos visto una cantidad de ventajas que tiene el inversor en Paraguay, pero me surgen preguntas por rubros que me generan dudas: ¿qué pasa con la seguridad jurídica?

RS —Buena pregunta, la seguridad jurídica hace unos años, fundamentalmente en todo lo que es tierras, tenía problemas serios y graves. Hoy los están saneando, pero de todas formas hay que tener mucho cuidado, estudiar muy bien las cosas. Ellos tenían un tema de que las tierras las marcaban más o menos, y así pasaron los años y se fueron poseyendo. Ese es un tema que mejora día a día, pero está muy lejos de lo que es Uruguay. Al igual que en muchas cosas, le diría que en todo.

Lo que nosotros tenemos que prever es que no crezcan los vecinos y nosotros nos quedemos, porque en definitiva van a ser industrias que están produciendo en otro lado, gente de otro país que está trabajando para uruguayos y en uruguayos esas industrias van a ir achicándose.

EC —¿Qué pasa con la corrupción en Paraguay?

RS —La corrupción, por más que el Gobierno procura sacarla…

EC —Es una mancha.

RS —Es una mancha, es de los países con corrupción más elevada de América, entonces por más que lo procuren, la corrupción todavía existe, muchísimo, nada que ver con lo que es, en ese sentido, Uruguay, ya está como enquistada. No va a ser fácil sacarla de un día para el otro, les va a costar, pero están trabajando en eso.

EC —¿Y qué pasa con los peligros por el lado del crimen organizado, por ejemplo, narcotráfico, mafias?

RS —No se siente en Asunción, la ciudad es mucho más segura que la nuestra. Existió el EPP [Ejército del Pueblo Paraguayo] pero lo tienen bastante arrinconado, últimamente no se están viendo muchas noticias de este ejército revolucionario del pueblo. Después, en las mafias del narcotráfico no hay los ajustes de cuentas que hay acá, o por lo menos no trascienden tanto.

EC —¿Qué pasa con el déficit en infraestructura?

RS —Eso sí es impresionante. Tienen déficit en telecomunicaciones, en electricidad… Tienen la electricidad más barata del mundo, la mejor generación, tienen Mercedes Benz pero tienen calles de arena: producen energía eléctrica en gran cantidad pero la transmisión -aunque están haciendo algo- y la distribución es realmente mala, hay viento y hay apagón. En agua y saneamiento: no hay saneamiento, llueve un poco en Asunción y se [llenan] las calles de agua. Por eso vemos que los paraguayos están en camionetas altas y grandes, no es porque les guste estar en camioneta ni porque estén mal de la columna sino porque realmente no pueden circular. En salud, ese es un nicho importante para que…

EC —Usted está reconociendo que hay problemas en infraestructura en Paraguay, pero no lo ve como un inconveniente sino más bien como una oportunidad.

RS —Es que es una oportunidad…

EC —Efectivamente puede complicar a algunos negocios o empresas, pero al mismo tiempo puede ser un sector en el que trabajen otros.

RS —Claro, hay un sector para trabajar, para vender nuestros servicios. Tienen problemas en el aeropuerto, van a llamar ahora… tienen previsto hacer rutas, porque no las hay. La que hay, la Transchaco, es una ruta que es como las viejas rutas nuestras, las finitas, por donde pasan los animales, no está controlado el peso, los camiones le ponen el peso que quieren y se rompe toda.

En fin, hay muchas cosas. También faltan viviendas, lo que le decía, las 100.000 viviendas, hay 800.000 viviendas por año que tienen que reparar porque ya no resisten más. En educación, que acá tenemos tan buenos colegios, allá es un drama conseguir colegios, porque no es desde que nacen [los niños que hay que anotarlos], ya no se sabe cómo anotar a un niño a un colegio de buen nivel.

EC —Usted está mencionando rubros de actividad donde empresarios uruguayos tienen como…

RS —Nichos.

EC —Nichos, oportunidades. ¿Qué es lo que está pasando, dónde es que están hoy y dónde podrían estar, las empresas uruguayas?

RS —Las empresas uruguayas hoy están, y también podrían estar, en alimentos, textiles, vestimenta -veo que se están instalando empresas que importan de China que pueden fabricar [en Paraguay]-, calzado, cueros, autopartes, está habiendo una transformación agrícola, agroindustrias, todo lo que es logística… Hay empresas muy importantes de acá instaladas allá, de logística también.

EC —Y, por otro lado, el rubro servicios, ¿no?

RS —El rubro servicios en general.

EC —¿De qué, de todo tipo? Jurídicos, contables, informática…

RS —En general en todos esos servicios que nombró. Lógicamente acá tenemos otra visión, tenemos años previos en los que hemos visto y hecho las cosas, y allá podemos desarrollar esos servicios y dirigirlos, a todo nivel, todos los servicios profesionales. Me podrán decir: pero cómo, si uno es abogado aquí no lo es allá, pero lógicamente va a organizar estudios u oficinas.

EC —El ministro decía la semana pasada que “las relaciones políticas, humanas, entre Paraguay y Uruguay son extremadamente buenas. Pero creo que Uruguay no está mirando al mercado de Paraguay y creo que Paraguay no está mirando al mercado de Uruguay. Tal vez estemos obnubilados con megamercados y nos estamos olvidando de un mercado que está acá

RS —Lo que pasa es que el ministro es un gran vendedor de Paraguay, además en cada uno de los lugares a los que va -trabaja muchísimo y está en todos lados, por eso digo que en este Gobierno han abierto muchas puertas para llevar inversiones para Paraguay- lo hace acompañado por algún inversor de ese país al que le haya ido bien en Paraguay para que hable del tema. Por ejemplo, aquí estuvo la semana pasada con un inversor uruguayo que tiene campo en el chaco, él dijo cómo era el rendimiento, la ganancia, dijo que estaba feliz… Eso, lógicamente, si viene a su país y le está mostrando otra cosa, empieza a tentar. Lo hacen profesionalmente y muy bien, queda felicitarlos.

Ahora, en todo esto que le decía hoy, de lo que uno ve, ahora que entró Argentina en otra corriente, en Uruguay nos sentimos bien como hermanos ahora, uno ve un auto argentino y se siente bien, pero también está aterrizando mucho en Paraguay. Yo veo que si hay un desarrollo industrial de argentinos en Paraguay, como está habiendo de brasileños, después negociar los puertos nuestros no va a ser fácil, tenemos que estar atentos.

Por ejemplo, nosotros en el año 2014 a nivel de las cámaras empresariales formamos el Urupabol empresarial, estaba el político y creamos al empresarial. Está integrado por Uruguay, Paraguay y Bolivia, Paraguay lo preside, a nosotros en representación de las cámaras empresariales nuestras nos tocó la vicepresidencia y Bolivia es la segunda vicepresidencia. Entre las manifestaciones que se han hecho, lógicamente, nos preocupa cómo nos ve el empresario. Antes de que Macri asumiera, en los primeros días de diciembre, se hizo una declaración donde las delegaciones de Paraguay y Bolivia fueron duras para con nosotros.

EC —Tengo acá el texto, usted me lo acaba de alcanzar. Están preocupados por las dificultades que las empresas navieras están soportando en su operación en los puertos uruguayos y por el transporte fluvial por la hidrovía Paraguay-Paraná y su conexión con los puertos de ultramar para el mantenimiento de la competitividad del sector y del comercio internacional que se realiza por esa vía. En efecto, dice, el Uruguay no ha dragado el puerto de Montevideo para utilizar el dique de cintura como punto de amarre para los buques fluviales en espera de turno para operar. Además la utilización de muelles es sumamente costosa, tanto en la terminal concesionarios como en el muelle público, etcétera. Por otro lado, los puntos de amarre de barcaza no fueron construidos tal como fue comprometido y los remolcadores deben triplicar viajes y distancias para hacer listo el transbordo de Nueva Palmira, configurando un conjunto de circunstancias que afectan de fondo la competitividad de las operaciones sobre la hidrovía en general y de aquellas que se desarrollan por los puertos de Uruguay en particular.

RS —Y bueno, hasta ahora nosotros estamos mejor posicionados que los puertos argentinos, estamos siendo competitivos igual. Pero, con toda esta movida argentina, ¿no podrá haber también acuerdos a nivel empresarial, cuando uno ve que estaban desconformes con nuestros costos? Son luces amarillas que estoy prendiendo donde veo que el feeling del empresario paraguayo y boliviano es: los quiero mucho, pero cuando ustedes me brindaban el servicio porque Argentina estaba mal no fueron muy competitivos.

EC —Sí, desde Uruguay probablemente se responda que una parte de esos problemas tienen origen en los roces que había con Argentina, en los acuerdos que no se llevaban a la práctica, etcétera, y que ahora eso podría cambiar de acuerdo al espíritu del nuevo Gobierno, el de Macri.

RS —Está bien, perfecto, pero tenemos que estar atentos porque esto se está dando, está escrito en diciembre, no hace tanto tiempo.

***

RS —Estaba mirando que en materia de infraestructura, que después saltamos del tema, además de los 3.000 kilómetros de carretera tienen que sustituir 12.000 puentes de madera, nosotros ya no nos acordamos de lo que eran, ¿no?

Video de la entrevista

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Uruguayos "colonizan" el chaco paraguayo: dos millones de hectáreas dedicadas a la ganadería pertenecen a inversores uruguayos, En Perspectiva, 14.02.2013

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Transcripción: Andrea Martínez

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