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Entrevista central, jueves 5 de octubre: Iñaki Gabilondo

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EC —Una declaración de independencia “en cuotas”.

IG —No sé, una declaración de independencia cuya aplicación se aplazara, algo así, como necesitando tiempo para poner en marcha las herramientas imprescindibles para cimentar mínimamente la construcción del nuevo Estado. Pidiendo un tiempo para eso, que al tiempo se convirtiera en un plazo durante el cual todavía cupieran algunas esperanzas de salida. Es decir, una declaración de independencia que tuviera la formalidad de la declaración y sin embargo la pequeña debilidad de no tener capacidad operativa hasta más adelante. Entre otras cosas, porque ahora mismo esa declaración de independencia no le permitiría en ningún caso la más mínima operatividad, porque a los cinco segundos se pondría en marcha la maquinaria del Estado que haría imposible la acción. Es decir que se declararía la independencia pero no habría independencia de facto.

Entonces creo que o bien se consigue detener eso porque se ha buscado alguna otra vía que me parece ahora mismo muy poco probable, o se llega a esa declaración y que venga en cierto sentido envuelta en elementos de corte aplazatorio. He de decir que por muy aplazatorio que fuera el asunto no tendría capacidad de detener la acción de los poderes del Estado para el regreso, lo que llaman la recuperación del orden constitucional. Y eso es lo que ahora mismo nos tiene a todos muy preocupados, porque no sabemos exactamente qué quiere decir eso.

***

EC —Hablemos de lo que puede pasar de acá al lunes. Puigdemont solicita mediación entre Madrid y Barcelona. ¿Es viable algo así? ¿Quiénes podrían mediar?

IG —Están ya mediando. Está mediando […], está mediando la Iglesia a través de los obispos de Madrid y Barcelona, el abad de Montserrat, está mediando o intentando una agrupación de partidos políticos, sobre todo los partidos autonomistas, están mediando asociaciones de colegios de abogados, está mediando mucha gente, intentándolo. No es fácil ahora.

EC —No es una mediación formal instalada.

IG —No, porque oficialmente la respuesta es que no hay ni una sola posibilidad de mover un milímetro la actual situación por parte del gobierno y no hay en este momento intención de la Generalitat de Cataluña de modificar su intención de declarar la independencia. Por tanto oficialmente no. Extraoficialmente, bajo manga y bajo cuerda, se están moviendo cosas. Las posibilidades de que estas cosas que se están moviendo debajo de la mesa lleguen a operar son pocas, porque lo primero que habría de ocurrir es que se detuviera la declaración de independencia del lunes. Y eso no es muy sencillo, habida cuenta además de que el proceso se ha trasladado a la calle. El asunto siempre estuvo en la calle –las grandes manifestaciones que se han celebrado con motivo de las fiestas nacionales de Cataluña en los años 2010, 2011, 2012–, pero ahora con un carácter digamos prerrevolucionario en algunos sectores de la vida catalana y con mucha presencia joven y muy fuerte ahí. Eso hace más difícil cualquier tipo de movimiento de las autoridades políticas, empujadas por sus compromisos, por la fuerza de sus palabras y por esas corrientes que las están empujando con mucha fuerza en la dirección de la declaración unilateral de independencia y empujando al gobierno español también con muchísima fuerza para que no se le ocurra mover un milímetro de concesión. Así que estamos oficialmente en posición de movimiento cero y extraoficialmente en posición de movimientos negociadores que no sé adónde podrán conducir.

EC —Y de aquí al lunes, ¿cómo se va a mover el gobierno español? ¿Va a esperar a lo que pase en esa sesión del Parlamento regional?

IG —Creo que oficialmente no va a moverse y extraoficialmente ignoro qué se va a mover. No sé si se va a mover mucho, poco o algo. Desde luego gente que pide algún tipo de movimiento hay mucha, yo por ejemplo pido algún tipo de movimiento, pero si tú me dijeras “especifica cuál sería el tipo de movimiento”, solo puedo decirte que lo primero que tendríamos que ver es de detener la declaración de independencia y tratar de ver qué puede a cambio dársele a Puigdemont que él pueda a su vez vender al Parlamento catalán como algo que lo autorice a no poner en marcha la declaración de independencia por alguna otra vía que se le ha abierto en algún sitio. No lo sé, creo que esto finalmente va a terminar siendo resuelto.

EC —Te lo pregunto teniendo en cuenta las referencias que aparecen a cada rato en el debate español a propósito del artículo 155 de la Constitución.

IG —El artículo 155 de la Constitución es muy poco específico, viene a decir que si una autonomía del Estado incumple gravemente con su obligación, el gobierno central tendrá capacidad de tomar las medidas necesarias para que se restablezca el orden constitucional.

EC —“Podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella –a esa comunidad– al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.”

IG —Pero no dice cómo, con qué medios, solo dice que tendrá que ser aprobado por el Senado por mayoría. Eso no será un problema para el gobierno actual, porque tiene mayoría del mismo partido que el gobierno. Pero no nos da ninguna pista sobre cuáles podrían ser esas medidas que el gobierno entendiera necesarias para la recuperación del orden, etcétera.

EC —Por ejemplo, ¿puede caber una intervención del gobierno regional?

IG —Sí, claro, puede caber una intervención del gobierno regional, puede caber una eliminación del gobierno regional y la sustitución por una autoridad de relevo. Puede caber la detención del gobierno regional por la policía.

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