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Entrevista central, jueves 9 de junio: Ernesto Talvi

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EC —¿Había una alternativa? La oposición insiste mucho en que en todo caso había que apretar más por el lado del recorte del gasto.

ET —A veces se hacen listas sábana y se suma un montón de cosas: las pérdidas del Fondes, ALUR –que recibe un subsidio de Ancap porque le paga cuatro veces el precio internacional por el bioetanol–, bajarles los salarios a los legisladores, parar el Antel Arena, en fin. Entonces lo que hicimos fue ponerles números a las cosas.

Antel Arena sería una reducción de gasto por única vez. Si uno para la obra y paga las multas, se ahorra US$ 70 millones por única vez, que hay que repartir en los siguientes cinco años.

La baja de los sueldos de los legisladores según se está proponiendo serían US$ 2,5 millones de ahorro.

El Fondes en los últimos cuatro años perdió US$ 12,5 millones por año. No digo que sea poco, porque no tenemos por qué andar perdiendo US$ 12,5 millones por año, pero es lo que rendirían las pérdidas del Fondes.

ALUR si se le saca el subsidio no puede funcionar más, entonces se supone que sacarle el subsidio es clausurarla, pero me imagino que los funcionarios se van a mantener en la bolsa de trabajo del sector público, con lo cual el ahorro sería de US$ 38 millones.

Si uno suma todos estos ahorros, son US$ 70 millones y precisamos US$ 500.

Como digo, suena bien, pero no suma.

EC —“Mucho ruido y pocas nueces”, dijo.

ET —Sí, por el lado de la oposición en muchos casos hay mucho ruido y pocas nueces. Por el lado de la interna del FA, se dice que hay que gravar al gran capital, ya sea aumentando el impuesto al patrimonio o reduciendo las exoneraciones a las inversiones, justo en el momento en que la inversión está flaqueando.

Y gravar al capital suena también muy bien, es el gran capital que va a estar financiando la época de dificultades. Pero gravar el gran capital significa gravar no las rentas que genera ese capital, que se gravan con el IRAE, sino gravar el patrimonio. Es decir, si hay una casa, una fábrica, algo que se ve, algo que se toca y algo que ya está. Los países serios tienen impuestos muy bajos a eso, porque si uno se agarra fama de que una vez que alguien hizo la inversión, se construyó su casa, montó su fábrica, lo agarran, no llega un centavo más de inversión. Los impuestos al capital o al patrimonio normalmente existen en cifras muy pequeñitas para fiscalizar los otros impuestos, el impuesto a la renta, pero no con la intención de gravar el capital. Nadie grava el capital. Por tanto las propuestas del lado de la interna del FA podrían llegar a recaudar, pero harían un daño tremendo a la confianza en el país.

Entonces por un lado tenemos propuestas que suenan bien pero no recaudan, y por otro tenemos propuestas que podrían ser terriblemente contraproducentes y capaz que pueden recaudar. Después está lo que hizo el Gobierno, que no es obvio que vaya a obtener resultados. Estamos en un brete.

EC —¿Puede llegar a ocurrir que sea necesario otro ajuste después?

ET —Creo que sí. Puede ocurrir, pero por ahora tenemos problemas en el frente fiscal, dificultades, no estamos en ningún cuadro ni remotamente parecido al de una crisis. Son presiones recesivas, problemas fiscales. Para que se configurara un cuadro de crisis el BCU tendría que haber perdido todas las reservas, que no lo hizo, tiene reservas sumamente importantes, y/o los bancos privados o públicos tendrían que tener una situación de debilidad patrimonial que no tienen. O sea que si hay algo en que el país está fuerte es la posición de reservas y la solidez del sistema bancario, en parte gracias a la fuerte regulación que hizo el BCU en estos años.

Por tanto estamos en dificultades, no estamos en crisis. Pero creo que para superar las dificultades los anuncios debieron ser otros. Se debió decir la verdad, se debió mostrar un propósito de enmienda de los errores del pasado y se debió mostrar un porvenir. En ese sentido apuntaron las propuestas de Ceres.

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