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Entrevista central, lunes 10 de abril: Elbio Rosselli

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ER —Primero, el tema en las relaciones internacionales es el mensaje; el mensaje está absolutamente claro. Segundo, hay que analizar siempre los contextos; estábamos ante un shock a nivel mundial porque es la primera vez en muchos años que una potencia mundial lanza un importante ataque de manera unilateral sobre un tercer país. El ambiente estaba más que conmocionado, el rol también es procurar calmar la situación. Las primeras frases de nuestra intervención fueron precisamente: “Hay que calmar la situación y devolverla al cauce que le corresponde, que es el tratamiento del tema a nivel multilateral”, el principio cardinal de la política exterior de Uruguay es el multilateralismo.

Uno tiene que saber moderar o buscar el ángulo desde el cual presentar su opinión y sobre todo de qué manera contribuye a las deliberaciones del Consejo. Entonces lo que dijimos en esencia fue: mantener la calma, el uso de la fuerza fue ilegítimo y al Consejo de Seguridad le corresponden responsabilidades porque el uso del veto fue lo que impidió que el Consejo tomara una resolución, porque había votos suficientes para aprobar una resolución para investigar el hecho ocurrido.

EC —Acá en nuestro país, mientras tanto, la Cancillería emitió un comunicado el mismo viernes en el que se expresaba “la más firme condena al uso de armas químicas perpetrado en la ciudad de Idlib, el cual ha tenido un trágico saldo de decenas de muertos y centenares de heridos. Uruguay reitera su rechazo al uso de la violencia por las partes del conflicto en Siria y repudia el uso de armas químicas, lo cual representa un acto de barbarie contrario a las normas del derecho internacional humanitario y lesivo de los derechos inalienables de la población civil”. Y agrega: “hace un llamado a todas las partes a evitar que se produzca una escalada en el conflicto”, recordando que “para una solución duradera de la resolución del mismo se deben preservar los ámbitos acordados de negociación política”.

El comunicado de la Cancillería fue menos directo aún que su intervención en el Consejo de Seguridad. Eso ha provocado reclamos dentro del FA. Por ejemplo, el diputado socialista Roberto Chiazzaro dijo a El País que le pareció “correcta” la declaración en la medida en que condena el uso de armas químicas, pero criticó el silencio sobre la acción militar perpetrada por Estados Unidos. Y cuestionamientos similares vinieron del sector Casa Grande, de Constanza Moreira, y de otros legisladores del Partido Socialista.

ER —No hay ninguna diferencia entre las declaraciones de Cancillería y unas declaraciones supuestas de Rosselli. Rosselli habla en función de las instrucciones de la Cancillería. Quien habló en el Consejo de Seguridad fue el Uruguay, la manifestación de condena al uso unilateral de la violencia, al uso de la fuerza, es del Uruguay, no del embajador Rosselli. Es importante tener eso claro, no existe para el mundo el embajador de Uruguay ante Naciones Unidas, lo que existe es la declaración del Uruguay en el Consejo de Seguridad.

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EC —Usted señalaba en el Consejo de Seguridad el viernes “Uruguay ha rechazado siempre el uso unilateral de la fuerza a lo largo de la historia, solamente admitimos el uso de la fuerza en conformidad con los principios del derecho internacional y de las disposiciones de la carta de las Naciones Unidas”. ¿Podría sostener Estados Unidos que su respuesta militar se rige por esos documentos?

ER —Estados Unidos podría intentar sostenerlo, pero no creo que vaya a hacerlo porque sabe que le va a resultar muy difícil.

EC —Pero ¿es indiscutible que sus afirmaciones se referían al ataque de Estados Unidos?

ER —Totalmente. No se pueden sacar de su contexto.

EC —Al día siguiente de haber bombardeado la base siria, Estados Unidos advirtió que está listo para lanzar nuevos ataques contra el régimen de Bashar al Asad. Mientras tanto, el centro de mando conjunto de las tropas aliadas de Al Asad, que incluye a Rusia, Irán, Hezbolá y varias milicias afectas al régimen, advirtió a Estados Unidos que responderá con la fuerza si vuelve a atacar Siria. Entonces, ¿qué puede pasar ahora? ¿Cómo están analizando este escenario posterior?

ER —Precisamente, de ahí lo que decíamos al principio y que fue el inicio de nuestra intervención en el Consejo de Seguridad: llamar a la calma, no podemos ingresar en espirales de violencia en las cuales no se sabe dónde se termina. Todos conocemos que Siria es un verdadero caos, que allí operan, según conteos muy conservadores, más de 100 grupos armados, y otros levantan esa cifra al doble. En Siria opera gente por la suya, por vaya a saber qué criterio o por cuestiones religiosas y políticas. Si continuamos en el uso indiscriminado y unilateral de la fuerza podemos caer en una espiral de violencia que nos lleve a situaciones aún más frágiles para la paz y la seguridad internacional. Por eso, una vez más, el llamado a la calma y a regresar el proceso a las negociaciones multilaterales, tanto en Ginebra como en Astaná, como con la involucración directa del Consejo de Seguridad a los efectos de dar soluciones políticas a esto. Si no, la conflagración puede continuar varios años más y cada vez adquiriendo ribetes más graves.

EC —Pero hay más piezas en este tablero.

ER —¡Si habrá piezas!

EC —Casi al mismo tiempo, Estados Unidos envió hacia la península de Corea un grupo naval de ataque liderado por el portaaviones Carl Vinson. Todo un mensaje a Corea del Norte, un país al que la administración Trump ha hecho advertencias serias en las últimas semanas a raíz de las pruebas de armamento atómico que sigue realizando. Es más, en una entrevista con el Financial Times, Trump advirtió de que actuaría de forma unilateral para eliminar la amenaza nuclear que supone el régimen de Kim Jong-un si Pekín no se involucra más en la búsqueda de una salida. ¿Qué pasa con esto?

ER —No es nada alentador ni fácil. Yo no tengo la bola de cristal. Estamos todos sumamente preocupados. Si algo le sirve de comparación, el delegado chino en el Consejo de Seguridad el día viernes, el mismo día que Uruguay criticaba el uso unilateral de la fuerza, habló de la necesidad de mantener la calma y de continuar las cosas en el ámbito de lo multilateral; él habló después que yo. El mensaje de China ha sido: calma general, por favor. La preocupación de China está no tanto en Siria, que la preocupa, sino en el barrio, porque tiene un vecino bastante complicado y precisamente lo que no quiere es que ese vecino complicado dé excusas a alguien que esté muy deseoso de manifestar que es el nuevo patrón de la cancha para actuar unilateralmente nuevamente. La situación es muy peligrosa, muy grave. De ahí la necesidad de mantener la calma y de concentrarse en las cosas que realmente importan. Y lo que realmente importa es detener las acciones unilaterales, volver los procesos de negociación al curso multilateral, de donde no deben salir.

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