EC —Quizás conviene repasar primero por qué es un problema.
EA —Es un problema empezando por Trump, porque de todas maneras Estados Unidos sigue siendo el país más poderoso del mundo y Trump es impredecible.
EC —Es un problema, por ejemplo, por la relación con México y porque promueve una economía más cerrada.
EA —Exactamente, y yo creo que esta es la oportunidad para formar una comunidad sudamericana democrática, reforzar la región desde el punto de vista de la integración, que no sea parte… Trump puede caer por la trama rusa, que cada semana se hace más problemática para él, pero él es peligroso también por la falta de conocimiento. Es una persona que llegó a la presidencia con muy poco conocimiento de todo, tiene asesores, pero ellos no intervienen en el tuit que manda a las 6.00. Es bastante megalómano y no puede aceptar que lo contradigan… Todo eso es peligroso para el mundo.
AG —Pero ya que estamos con Trump, también hay que decir que las instituciones estadounidenses se fabricaron para eso, para transformar leones en gatitos. El diseño institucional estadounidense, ¿puede transformar a Trump en un gatito?
EA —Es una excelente pregunta. No creo que puedan transformarlo, pero lo estamos presenciando hoy en día, es realmente un laboratorio social y político en el cual las organizaciones y las instituciones pueden ser un balance, un check a Trump, que tiene tendencia anti-liberales, nacionalistas, populistas… Yo no sé la respuesta, no creo que nadie la sepa, lo estamos presenciando.
AG —Ya lo han frenado mucho.
EA —Pero no del todo. Él también tiene todavía cartas bajo la manga que puede jugar, el Partido Republicano piensa solamente en sí mismo, no en lo nacional, entonces en lo que lo podrían parar, como en el Congreso, el Senado y la Corte Suprema, donde dominan… Hay problemas para frenarlo. Pero esa es la pregunta clave y lo estamos viendo ahora, es un laboratorio.
EC —¿Hay una crisis de las instituciones internacionales?
EA —Hay una crisis, pero no empezó con Trump ni con el brexit. Las instituciones están basadas en las prácticas, son prácticas congeladas, y lo que estamos presenciando es la confrontación entre dos constelaciones de comunidades de práctica. Una quiere defender las prácticas y, por lo tanto, a las instituciones y organizaciones internacionalistas, como la OTAN, la Unión Europea, etcétera. La otra, se va al otro extremo, como se ve con [el turco Recep Tayyip] Erdogan, [el húngaro Víktor] Orbán, Trump, [el filipino, Rodrigo] Duterte, [el venezolano, Nicolás] Maduro, y puedo seguir, porque no faltan. Estamos presenciando esa confrontación.
EC — Estamos presenciando esa confrontación, ¿podemos atisbar el resultado?
EA —No.
AG —Es un punto muy interesante de la cosmovisión del profesor Adler.
EA —Sí, yo no creo en el determinismo histórico, yo tengo una concepción de progreso que va por el medio, yo no creo en amor y flores, soy liberal afectado por el iluminismo… no en el sentido neoliberal…
EC —Esa es una apreciación que usted hace todo el tiempo, a qué se refiere cuando usa el término liberal, se remite a la Revolución Francesa.
EA —Me refiero a los valores liberales de igualdad, libertad y solidaridad; prensa libre… no solamente democracia yendo a poner el voto una vez cada cuatro o cinco años. Las instituciones liberales que hoy en día están siendo amenazadas se están defendiendo, yo las veo como una especie de propensión o posibilidad. Yo no creo en que todo va mejorando, pienso que… para mí la evolución, en términos normativos, es reversible, si hay progreso también hay retrocesos, puede ser local y no mundial. Pero por otro lado no veo como un “todo va”, en un relativismo que estaría en el otro extremo. Yo tomo el punto medio en el cual ciertas prácticas son mejores que las otras: la libertad es mejor que la esclavitud. A nosotros nos resulta obvio, pero ¿cómo lo demostrás? Si leés la Biblia los esclavos eran la cosa más natural, eso es parte de la evolución cognitiva…
AG —Yo le preguntaba hace unos días si detrás de su idea de la evolución cognitiva no hay un trasfondo muy iluminista, si no late la idea de que vamos progresando como humanidad. Él me explicaba que a veces progresamos y a veces no y que no podemos saber hacia dónde vamos. Lo cual nos coloca a nosotros, actores de este mundo, una responsabilidad extraordinaria.
EA —Exactamente.
