EC —Hay preguntas de los oyentes, como esta: “Bilderberg, ¿es una realidad de poder, o es un juego de ciencia ficción?”.
AG —¿Qué es eso?
EC —El grupo de empresarios poderosos que se reúnen periódicamente de manera reservada.
EA —Ni que hablar que es de poder, pero todo juego de ciencia ficción es un juego de poder. Incluso un juego social de ciencia ficción, lo más inocuo, tiene elementos de poder. Yo diría que tiene de los dos.
EC —Y a propósito de la paz, ¿cuál es su visión? Teniendo en cuenta las tensiones que están en juego entre Estados Unidos, Rusia y China ¿en qué medida hay un riesgo serio para la paz mundial?
EA —Riesgo siempre hay, la guerra es como la lluvia en invierno, no llueve todo el tiempo pero siempre hay posibilidad de que llueva. En una palabra, yo diría que sí; en dos palabras, no creo. Por un lado, puede existir la posibilidad, hay una propensión, Europa hoy en día es un buen ejemplo de cómo después de cientos de años de guerras que cobraron millones de vidas se pudo lograr la paz, por lo menos por varias generaciones.
AG —¿Pero hasta dónde tu obsesión por la paz tiene raíces familiares?
EA —Esa es una pregunta… Claro que tiene raíces familiares, yo soy segunda generación del Holocausto, mi madre estuvo escondida en un pozo durante dos años por un gentil que le salvó la vida en Polonia…
AG —¿Dos años?
EA —Dos años adentro de un pozo con otras personas, un pozo de 2×1,90 metros…
AG —¿Qué edad tenía?
EA —Veintipico de años. Mi padre vino a Uruguay en 1936 para hacer un poco de dinero y traer a mi madre, ya estaban comprometidos, se demoró un poco y no la trajo, ella pasó toda la guerra allá, mi padre no escuchó sobre mi madre durante diez años. En 1946 se enteró por medio de la Cruz Roja de que estaba viva; él nunca se casó porque la esperó, amor y culpa, y la encontró. Se juntaron acá a finales de 1946 y en 1947 nací yo.
AG —Sos hijo de la guerra y de la paz.
EA —Sí, tengo una gran aspiración de paz, si alguien me pregunta qué son las relaciones internacionales, por más que nosotros somos científicos y las normas son muy importantes porque nos guían, el deseo de paz, que es un problema internacional del orden anárquico, es fundamental.
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Transcripción: Andrea Martínez
