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Entrevista central, martes 19 de diciembre: Luis Lacalle Pou

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EC —¿Ha estado analizando las últimas encuestas de intención de voto, la de Equipos Consultores y la de Factum? Las dos ubican al FA en el entorno del 32 %-33 % y al PN en 31 %.

LLP —Yo miro las encuestas, no me merecen todas la misma confianza, pero sí, las sigo. Lo políticamente correcto es decir “no me importan las encuestas”, pero la verdad es que uno se alegra cuando las encuestas le dan bien y no le gusta cuando las encuestas le dan mal.

EC —Óscar Bottinelli escribía el sábado en su columna en El Observador: “El Frente Amplio sale de la banda de flotación del 29 % al 31 % en que osciló desde el primer trimestre de 2016 hasta el segundo de 2017, y alcanza una intención declarada de voto del 33 %. Pero a ello hay que agregar un voto no explícito hacia el Frente Amplio que puede estimarse entre 5 y 8 puntos porcentuales, lo que arroja una estimación de voto presente de entre 38 % y 41 %. Ninguna otra opción registra con esa claridad ese voto. Por otra parte, el Partido Nacional no retiene el 33 % alcanzado a mitad de año y retrocede al 31 %, el mismo nivel de la elección pasada”. ¿Entonces?

LLP —No voy a discutir la encuesta de Bottinelli, me merezca o no confianza. No me parece lógico ni justo.

EC —Se lo leo porque él hace un análisis, trata de colocar estos números en un contexto.

LLP —Sí, anteayer lo leí. Me parece un poco extraño cómo le asigna a un voto que no se declara una tendencia al FA y no le asigna ningún voto que no se declara al PN. Ahí mide con una vara un poco distinta.

EC —Él habla del voto de un conjunto de personas “enojadas, desilusionadas o descreídas con el FA, pero que en forma indirecta dan señales muy fuertes de que en el momento de ser llamadas a las urnas van a volcarse al FA”.

LLP —No manejo esa información calificada.

EC —Eso, dice él, que es de 5 a 8 puntos.

LLP —Ayer escuché un análisis de Zuasnábar en Canal 10 sobre el humor de los uruguayos con respecto al sistema político que me pareció muy acertado. Ese fue un análisis acertado, no para hacer un drama, pero sí para un alerta, una preocupación. Y aparte un análisis muy lógico, para mí los análisis inteligentes son cuando uno los escucha y dice “tiene razón, es de sentido común”. El análisis se basaba, primero, en la percepción que tienen los uruguayos de un empeoramiento de la situación del país, un humor general, sobre todo la gente piensa que en los próximos tiempos no va a estar mejor –es una encuesta de expectativa–, y eso ya genera un clima de cierta negatividad. Si a eso le agregamos algunos factores políticos, de los cuales hay que hacerse responsable, o uno se tiene que hacer responsable por formar parte del elenco, es lógico si terminamos el año regular bueno. Eso primero es lógico, segundo, hay que aceptarlo, y tercero, hay que tener las condiciones para modificarlo.

EC —El fin de semana pasado se produjo esa visita sorpresa del presidente Tabaré Vázquez a un comité de base del FA, donde hizo una pequeña intervención que quedó registrada en un video, en la que augura un nuevo triunfo en el año 2019. ¿Qué análisis hace usted? ¿Cómo observa ese gesto, ese paso?

LLP —La Constitución y la ley las deben cumplir todos los uruguayos. Es más, cualquier hijo de vecino que contravenga la Constitución o la ley seguramente tenga su consecuencia jurídica.

EC —Los constitucionalistas están divididos sobre si lo que hizo Vázquez en el comité de base es o no violación de la Constitución.

LLP —Por eso mi razonamiento va al siguiente lugar: el presidente no puede hacer declaraciones de índole política, y no puede ir a un comité. Puede ser que haya una zona gris, no quiero hacer de esto otro contradictorio con el presidente, no estoy de humor y creo que la gente tampoco. Simplemente, si a cualquier hijo de vecino se le exige cumplir la Constitución y la ley, parecería lógico que quien es la persona más importante el país la cumpla a rajatabla, y en caso de zona gris, abstenerse.

Ayer lo hablamos con los senadores del sector, quizás hoy hagamos un planteo formal, sin generar mucha discusión al respecto, pero creo que tenemos que decir claramente que el presidente de la República no puede participar en actos políticos. Sin perjuicio de que uno piense que es un presidente más volcado al FA –eso queda para otro análisis político, yo estoy hablando de la investidura–, creo que tenemos que hacer un planteo para decirle no empecemos así, porque si empezamos así, el presidente de la República va a parcializar a la opinión pública. No es que parcialice una elección, por ahí no corre, no es un tema de competencia electoral, es un tema de conveniencia nacional.

EC —¿Sigue sin haber ningún canal de diálogo entre ustedes dos, entre usted y Vázquez?

LLP —Tenemos canales de diálogo formales.

EC —¿Cuánto tiempo hace que no se encuentran mano a mano?

LLP —Uh, hace tiempo, creo que fue en la Fundación Zelmar Michelini la última vez que lo vi.

EC —¿Y hablaron?

LLP —Un saludo…

EC —Pero ¿tuvieron espacio para discutir, para charlar, para comentar la actualidad?

LLP —No. La última vez que hicimos una entrevista acá hablamos del mismo tema.

EC —Por eso, quiero actualizar cada tanto cómo sigue la cosa.

LLP —Me remito a esa respuesta. Yo intenté tener un par de reuniones con el presidente, el presidente entendió que no tenía que tener reuniones con él. Intenté hablar por teléfono con él, él entendió que no tenía que hablar conmigo. Está en todo su derecho, a mí me puede parecer inconveniente, pero es una pauta de relacionamiento que el presidente cree que debe tener conmigo. Formalmente no tiene por qué darme bolilla, yo creo que en términos uruguayos sería mejor, pero tampoco hay necesidad. Las tres veces que me comuniqué con él yo sí tenía intención de hablar.

EC —¿Cuáles fueron esas tres veces?

LLP —Una antes de que asumiera, dos, el día después del episodio de Dolores, ahí me parecía que el Uruguay necesitaba una cohesión anímica muy fuerte de la dirigencia política, y tres, el día que renunció el vicepresidente de la República. Yo iba a hacer una conferencia de prensa y quería comunicarle al presidente que mi conferencia, si bien iba a ser firme en algunas declaraciones, iba en el sentido de proteger la institucionalidad del país.

EC —¿Y en ninguno de esos tres casos tuvo eco?

LLP —No quiero hacer de esta entrevista un…

EC —Simplemente para saberlo, nada más.

LLP —Te contesto lo mismo que contesté la otra vez.

EC —Las cosas siguen igual de congeladas que en aquella campaña electoral, la de octubre-noviembre de 2014.

LLP —La última vez que tuve una conversación fue el día que ganó el doctor Vázquez. Obviamente lo llamé para felicitarlo, me puse a las órdenes, le hice un pedido, que me cumplió, le dije “lo único que le voy a pedir es que me dé cuatro o cinco minutos para salir a la opinión pública a reconocer la derrota, etcétera, saludos a la familia”, me mandó saludos a la mía y punto. Civilizadamente. Después cada uno opta por la forma de relacionamiento. El presidente Vázquez es una persona distante en muchísimas cosas, y se ve que la distancia que eligió conmigo es un poquito más larga que las demás.

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