EC —El efecto Montes del Plata es el producido por la puesta en funcionamiento de la planta de celulosa.
AA —Así es, eso da un salto en el nivel de producción, pero -como hablamos antes, son variaciones que tenemos que considerar en el PBI- este impacto no va a continuar.
Pero, volviendo a la pregunta, sí considerábamos que la estimación que estaba haciendo el Gobierno del crecimiento era poco realista. Me he acostumbrado a sacarle mucho jugo a las versiones taquigráficas de las comparecencias de los ministros [en el Parlamento], y allí también aparecen los comentarios de nuestros senadores y nuestros diputados en ocasión de la discusión del Presupuesto.
EC —Y antes, en la campaña electoral, ¿ustedes preveían que íbamos a tener este escenario de enlentecimiento, de freno de la economía? Porque hay todo un debate a propósito de lo que se dijo en la campaña.
AA — Me parece importantísimo este punto. Acá hay dos cosas diferentes: que iba a haber una desaceleración de la economía lo preveían todos los analistas, los de todos los colores e ideologías. También lo preveía todo el sistema político, ya lo conocía. Creo que el único que no hablaba de una desaceleración o de que esto no iba a impactar en las finanzas públicas, era el propio Gobierno. Hay varias instancias en donde se puede recoger que los analistas estaban llamando la atención de que el ciclo económico estaba comenzando a pegar la vuelta.
En economía hay ciclos económicos, hay momentos en los que el PBI crece más de lo que es el crecimiento potencial, y momentos en los que el crecimiento se desacelera. No lo habíamos descubierto, Uruguay no estaba cayendo en un fenómeno diferente al de los ciclos económicos. Ningún economista puede decir que no se estaba previendo una desaceleración, distinto es el grado de la desaceleración. Estamos absolutamente de acuerdo con que la magnitud de la desaceleración fue mayor a la que se esperaba.
O sea, ¿sorprende por lo negativo la desaceleración? Fue mayor, eso es absolutamente cierto. Pero aquí lo importante es que cuando nos paramos en plena campaña, en agosto de 2014 -yo ubico la plena campaña ahí porque ahí es donde yo aparezco en el escenario-, ya había claros indicios. Estos indicaban, por un lado, la desaceleración, que el ciclo económico no es para siempre. Por otro lado, que el contexto internacional, que había resultado extremadamente favorable en los últimos años, ya estaba cambiando. Los precios de los commodities estaban bajando, el dólar se estaba apreciando, los flujos de capital se estaban frenando -de hecho, terminaron negativos en 2014-.
Tú decías que vamos a entrar luego en lo fiscal, pero los números fiscales, parados en agosto de 2015, ya nos pintaban el panorama que hoy el Gobierno está tomando el toro por las guampas.
EC —El Gobierno acaba de corregir sus metas a propósito de la evolución del PBI. Según lo que dijo ayer Astori, se plantea para este año un crecimiento de 0,5 %, para el año que viene de 1 %, para el 2018 de 2 %, para 2019 de 3 %. Todo eso totaliza, en este periodo de Gobierno, una previsión de crecimiento de 7,7 % que, como lo destacó el propio Astori, es la mitad de lo que se había proyectado inicialmente. ¿Usted comparte estos pronósticos?
AA — Yo creo que vamos a ir mucho más por esa senda y que sin duda que en este año, por los factores que decíamos antes, el producto va a estar más cercano al 0 %, el crecimiento del producto de este año. Estancamiento y, como decimos los economistas, más menos alrededor. O sea, creo que estamos en una situación de estancamiento y con respecto a la pregunta de crecimiento económico, para completar, si uno ve por qué se da este número del 1 % de crecimiento en 2015 me parece importante llamar la atención porque va a estar relacionado con lo que podamos comentar más delante de las medidas anunciadas ayer de lo que es el factor consumo. El factor consumo, que había sido un motor dinamizador de la economía uruguaya, prácticamente no crece. Está en 0 %, está totalmente estancado.
