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Entrevista central, martes 24 de mayo: Azucena Arbeleche

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EC —Entonces, se va a reformar la Caja Militar. Ahora, si habrá un impacto inmediato o cercano de esa reforma, es difícil saberlo…

AA —Difícil saberlo o estimarlo.

EC —Se va a implementar este otro tipo de medidas que veníamos comentando, como la de estudiar por qué han aumentado los seguros por enfermedad en el BPS, etcétera. Ahora: usted dice que habría que trabajar más por el lado de la reducción del gasto, ¿por qué lado, aparte de lo que se informó ayer?

AA —Nosotros siempre insistimos en que la gestión del gasto en la administración central y en las empresas públicas es muy mala, de muy mala calidad. Lo de las empresas públicas quedó totalmente a la vista, el caso de Ancap fue bien elocuente en ese sentido. Ayer no se mencionó, pero se capitalizó a la empresa por US$ 622 millones, es mucho más de lo que estamos hablando del ajuste que tiene que hacer el Gobierno. Este es otro tema importante.

Son medidas que se toman de forma irresponsable y tardía, se le pide a la población un esfuerzo cuando el Gobierno está mal gestionado. Creo que se pueden conseguir muchos recursos con una buena gestión en las empresas públicas y la administración central.

En lo que se refiere a la administración central, a mí me parece que los números planteados son tímidos, también en las empresas públicas, US$ 125 o US$ 150 millones en total… Me parece que hay mucho más que se puede sacar a través de la eficiencia. En el caso de la medida de no cubrir todas las vacantes, nuestras estimaciones eran que se puede ahorrar bastante más de lo que uno cree que está atrás de estos números. Repito: hay un global, no está desagregado en cada una de estas cuatro propuestas que hizo el Poder Ejecutivo para reducir el gasto.

Además hay que tener en cuenta que las vacantes que no se cubran son acumulativas. Más o menos recuerdo que en por año las vacantes, entre personas que se jubilan y renuncian, está en el entorno de los 6.000 cargos. De esos 6.000 el primer año yo no renuevo, más o menos, un tercio, 2.000. Esa era la cifra que nosotros mencionábamos, porque es la que permite que se cubran las áreas de sensibilidad social -como la educación, la salud y la seguridad-. Al año siguiente voy a tener esos 2.000 que no repuse más 2.000 más, estoy hablando de los números que más o menos me acuerdo y en promedio, pero es acumulativo. Eso puede generar una cifra interesante, es bueno empezar a realizarlo. Esta es una de las medidas que se puede empezar a aplicar hoy, además, lo demás necesita pasar por el Parlamento.

Creo que hay mucho más ahorro para generar de ese lado. Sin duda también en las empresas públicas. Ayer, cuando los periodistas le pidieron a Astori, en dos ocasiones, algo de autocrítica, él hizo alguna reflexión respecto a la falta de coordinación de las inversiones con las empresas públicas. Creo que ahí más que falta de coordinación hubo una omisión en el control de las empresas públicas, que es algo que le compete al Poder Ejecutivo.

EC —Para terminar, si vamos a la otra parte de los anuncios de ayer.

AA —Los que no me gustan [Se ríe].

EC —Los que usted decía que no debieron haberse adoptado, los incrementos de ingresos. Uno de los que generó más discusión fue el aumento de la tasa del IRPF y también del IASS en varias franjas de ingresos. Por ejemplo, en el caso del IRPF, en la franja que va de los $ 33.400 a los $ 50.100 nominales, la tasa aumenta de 15 % a 18 %. Pero el IRPF aumenta no solo para las rentas de trabajo sino también para las rentas provenientes de colocaciones financieras; también hay aumentos en el IRAE. En paralelo, se anunció una rebaja adicional de 2 % del Impuesto al Valor Agregado [IVA] en las compras que se realizan vía medios electrónicos.

Con todo este conjunto se obtendrían unos US$ 350 millones. ¿Qué dice usted?

AA —Que no me gusta, como lo dije inicialmente. ¿Por qué no estamos de acuerdo con esta propuesta de aumento impositivo? Antes de hacer una valoración económica hay que volver a machacar con la valoración política de estas medidas.

En la valoración económica uno está de acuerdo con un esquema de eficiencia en términos de impuestos, con que mantengamos pocos impuestos y un esquema tributario simple. Estamos de acuerdo con un esquema de equidad, como lo propuso la reforma en 2007, que pague más el que tiene más.

Ahora, cuando uno hace la valoración política volvemos a lo que se dijo anteriormente: el Gobierno en su momento no tomó las medidas que tenía que tomar, no ajustó en absoluto. Hasta ahora hablamos de cifras globales del sector público, pero si miramos solo el Gobierno central, el resultado en los últimos años se viene deteriorando tremendamente. Todo ese ajuste que no hace el Gobierno, el sector público, se lo está pasando al sector privado, eso es lo que no me parece bueno. Desde el punto de vista de los trabajadores, este exigirle más a las personas y a las empresas…

Hay cambios en el IRPF, en el IRAE. Es muy difícil, con los cambios propuestos, tener una estimación de los números, pero creo que el partido de la recaudación no se va a jugar ahí sino en el IRPF al trabajo. Con todos estos cambios, lo que se está haciendo es pedirle a las empresas y a las personas que hagan el ajuste que no está haciendo, por el lado de los gastos, el sector público.

EC —En cuanto al impacto, vio el destaque que hace el equipo económico y el propio presidente de la República: el 80 % de la recaudación adicional va a recaer sobre el 10 % de la población de mayores ingresos.

AA —Estamos de acuerdo con el sistema tributario de equidad. Ahora, decir, como también se dijo ayer, que el 70 % no va a estar modificado y que el 60 % de los contribuyentes no pagan IRPF, bueno… ya no pagaban porque son los que están por debajo del mínimo no imponible. O sea, hay un esquema de alícuotas que se profundiza y, más allá de que está bien que pague más el que gana más, ¿es oportuno, es justo?, quizás la palabra es justo: ¿es justo cargarle al sector privado, a las personas y las empresas, este ajuste? Yo entiendo que no. Distinto es el caso si se hacen todos los esfuerzos del lado del sector público, no se puede y hay que aumentar los impuestos. Ese sería otro escenario, que no es, claramente, el que estamos viendo hoy.

Creo que, además, estos [aumentos de] impuestos se hacen, como decíamos al principio, en momentos en que el consumo está totalmente resentido, donde la confianza del consumidor hace tiempo que viene bajando. Esto implica un ahogo adicional para las personas que ya han visto su poder adquisitivo disminuir, porque también tienen otro impuesto, que no se menciona, que es la inflación, que está por encima del 10 %. Entonces, esta persona que tiene que pagar tiene menos poder adquisitivo, porque hubo mayores tarifas públicas -que tuvieron que ser aumentadas para recaudar más para el Gobierno- y ahora se le exige más. Tú mencionabas la primera franja que se ve afectada, empezamos con sueldos nominales de $ 33.400, aumenta la alícuota, lo marginal -porque hay que tener el cuidado de que esto no es para todos-, aumenta en 3 %. El ministro ayer mencionaba cuánto era el monto, pero hay que considerar también las deducciones. También hay un tope en el lado de las deducciones en el 8 %. O sea: se lo está castigando, se le está exigiendo más a la persona.

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