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Entrevista central, martes 27 de diciembre: Julio María Sanguinetti

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EC —¿Qué buscan concretamente con esta convocatoria?

JMS —Es muy claro. Hablando en términos estrictamente políticos, Pedro tiene un grupo político formado, un buen grupo, él ha sido un buen líder y un brillantísimo parlamentario. Desgraciadamente, a mi juicio, después de la elección no ha hecho actividad política partidaria, no ha hecho movilización, no ha hecho vida partidaria. Se ha dedicado al Parlamento, donde sin duda ha tenido una actuación muy destacada, porque es un gran legislador, estudioso, inteligente, valeroso en los debates. Creo que este año Pedro empezará a moverse políticamente más.

Y por otro lado, hay un montón de fuerzas políticas batllistas, porque se identifican más con el batllismo o con la ideología más que con los liderazgos, que están por allí. Tabaré Viera por un lado, Amorín por el otro, muchos de los otros por otros lados. Entonces un grupo de gente tuvo la idea de decir “por lo menos vamos a intentar una coordinación de todo eso” y asumir la idea de que debemos trabajar más o menos en conjunto cada uno de esos grupos y culminar luego con una propuesta propia, de una candidatura propia, de modo que las dos vertientes del partido se vitalicen.

EC —Ya se intentó eso en las últimas elecciones nacionales, el sublema Batllistas de Ley, que tenía a José Amorín y a Tabaré Viera como cabezas de lista.

JMS —Exacto, se intentó así.

EC —¿Qué cambia ahora?

JMS —Esperemos que haya figuras de renovación, ese es el tema. El partido ha tenido tantos posibles candidatos frustrados que es muy curioso, porque hace un tiempo se habló de Mosca, se habló de Atchugarry, que era un candidato eterno, etcétera. El partido tiene muchísimos.

EC —Y ninguno de ellos quiere, se los menciona a cada rato y todos contestan “no”.

JMS —Tiene figuras muy importantes, en todos los ámbitos. O sea que podrían ser todos muy buenos candidatos y muy buenos presidentes. Pero esperemos y confiemos que esta vez logremos encarar o ayudar a encarar las mejores fórmulas.

EC —En esa lista de firmantes faltan nombres jóvenes, realmente jóvenes. ¿Cómo es eso? Porque si lo que se está buscando es la renovación, eso resulta obligatorio.

JMS —Los jóvenes están, pero es lo de siempre –el Uruguay es muy curioso en eso–, cuando uno pone a los de siempre dicen “ah, son los de siempre”, y cuando uno pone uno nuevo, dicen “¿y a este quién lo conoce?”. Ese es el punto. Hay mucha gente joven, felizmente, en la línea media; podrán cuajar políticamente o no, no lo sé, eso lo dicen los hechos. Pero lo importante, a mi juicio, es que si miramos en términos de rumbo grande y de un sistema electoral que termina en una doble vuelta, decimos que sin un PC vigoroso y fuerte difícilmente la oposición, que quiere ofrecer una alternativa, lo sea. El PN está bien, tiene su vigor, tiene su fuerza, no lo discuto, pero solo no gana. Si el PC no se recupera, en lugares que no son tampoco mágicos, el PC puede ser decisivo, y va a ser decisivo. Del mismo modo que lo va a ser a la inversa si no lo logra. Yo creo que lo puede lograr, que lo debe lograr. Y también que en el PN lo sientan así, porque a veces uno lee periodistas nacionalistas o dirigentes nacionalistas que parecería que no tienen ganas de ganar, porque se dedican más a herir al batllismo que a propiciar lo propio.

EC —Ustedes procuran eso, fortalecer la corriente batllista dentro del PC, para que el partido tenga más contundencia, más fuerza, más potencia.

JMS —La que debe tener. La que le da su historia, la que le da su ideología, la que le da el conjunto de gente. Toda esa gente que usted señala es mucha y muy importante.

EC —¿Cómo juega el factor Novick en ese tablero? ¿No es una extracción de nombres, de dirigentes, de votantes? ¿No juega por el lado del vaciamiento?

JMS —No, de dirigentes importantes, no. Novick es una figura nueva, en lo personal le tengo todo el respeto que merece; que alguien que con tiempo y capacidad económica se dedique a la política es una buena cosa. Desgraciadamente, creo que el proyecto político no está bien planteado, porque habla de unir a la oposición y para unirla la divide. Empezamos como en España, Podemos de un lado, Ciudadanos del otro, y al final todo se hace ingobernable. Las experiencias están a la vista. Trump se metió en el Partido Republicano, peleó la interna republicana y desde esa marca de fábrica marchó. No fue a dividir el espectro político, sino a fortalecerlo desde la perspectiva que él sentía más afín. De modo que es un enfoque político que no comparto.

EC —¿Entiende que Novick tendría que estar dentro del partido?

JMS —Fue una posibilidad que se barajó en su momento, pero él sabe dónde quiere estar, en el PC, en el PN o donde fuera, donde se sintiera más afín. En su tiempo fue bastante activo dentro del PC, hace muchos años, al lado de Jorge. Pero repito, el dividir no conduce a unir, si él dice que quiere ofrecer una oposición más unida, ¿por qué la dividimos? Además, si vamos a hacer un partido nuevo, hagámoslo nuevo de verdad y no con un dirigentillo de allá, otro que está enojado por el otro lado de los partidos tradicionales, porque eso no suma, no añade, no representa novedad.

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