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Entrevista central, miércoles 1 de junio: Pablo Bartol

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EC —Muchas gracias.

Pablo, estamos hablando de cursos cortos, que tienen además la ventaja de que es casi seguro que los alumnos salen trabajando. Ustedes no se desvinculan de ellos en ese momento. ¿Cómo sigue la historia?

PB —Por los siguientes cuatro meses tienen que traer el recibo de sueldo, es una exigencia aparte del curso.

EC —¿Qué significado tiene eso?

PB —Hacer un seguimiento de que están trabajando, de cuánto están cobrando. Llevamos una estadística, nos importa muchísimo ir mejorando el nivel de remuneraciones que van recibiendo los jóvenes que salen de estos cursos. Por eso vamos apuntando a distintos sectores de la actividad que tengan mejores sueldos; hay actividades que pagan mejor y otras no tanto, entonces nos vamos corriendo, a medida que damos mejor capacitación vamos buscando sectores que tengan sueldos buenos, más atractivos. Apuntamos a lo mejor, si damos la mejor capacitación apuntamos a los mejores empleos. Esto es lo que esperamos de cada uno de ellos, que se comprometa y frente a ese compromiso aseguramos un trabajo.

EC —¿Y el intercambio con ellos después, el seguimiento personal cómo es?

PB —Si llegan a tener algún inconveniente y quieren cambiar de trabajo, porque ven que en la empresa donde están llegaron a un techo, vienen, les buscamos otro trabajo y pasan a su nueva experiencia. O capaz que ellos ya hace tres años que trabajan en una empresa, han desarrollado toda una experiencia pero esa empresa no les puede dar un espacio para crecer, ahí les buscamos un nuevo trabajo. Esto las empresas lo saben, saben que nuestro compromiso principal es con los jóvenes, no con que el joven se mantenga en ese lugar necesariamente. Si el joven está creciendo en ese lugar por supuesto que lo mejor es que se mantenga y tenga mucha permanencia, pero si tiene más potencial y la empresa no puede aprovecharlo, es lógico que cambie a una empresa con mayor potencial.

EC —¿Cuántos años lleva esta línea de trabajo en particular?

PB —Desde el 2010.

EC —¿Qué historia hay de los egresados? Por ejemplo, ¿cuántos de ellos mantienen después alguna relación con Los Pinos? ¿Vienen, participan, ayudan? ¿Cómo es eso?

PB —Más o menos el 50 % mantiene una relación estable. Hay gente a la que le fue bien, arrancó en la vida y recuerda Los Pinos con mucho cariño pero capaz que no se arrima tanto, capaz que la gente que tiene más necesidad y necesita un nuevo empleo es la que viene más seguido. A todos les aseguramos que si tienen un problema y pierden el empleo, por el motivo que sea, les vamos a buscar un segundo, un tercero, un cuarto empleo, lo que sea necesario hasta que realmente queden trabajando en serio.

EC —¿Hay voluntarios por ejemplo que participan en las actividades del centro?

PB —Hay voluntarios que participan en las actividades del centro. Hemos tenido también jóvenes que se dieron cuenta de la responsabilidad que tienen porque tienen un buen trabajo, un buen sueldo y han querido colaborar económicamente con lo que hacemos, dar una pequeña colaboración para devolver a Los Pinos un poco de lo que recibieron. Eso siempre lo vemos con mucha alegría y como un gran paso de madurez. Llegar a captar que recibieron mucho y que cuando uno recibe mucho tiene una responsabilidad con la sociedad y con los que están alrededor, con los que van a seguir, poder colaborar también ellos económicamente es una madurez enorme.

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