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Entrevista central, miércoles 1 de junio: Pablo Bartol

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EC —¿Cómo sigue Los Pinos? Porque hoy hemos tenido una fotografía bastante aproximada, creo, de en qué punto de su desarrollo se encuentra. Pero ustedes no se quedan quietos, tienen planes. ¿Podemos trazar por lo menos alguna de esas líneas?

AC —En este momento estamos trabajando en un proyecto edilicio nuevo, en el cual contamos con un arquitecto afamado, Carlos Ott, que también se puso al hombro este proyecto. Ayer nos entregaron los primeros bocetos de los planos.

EC —¿Qué es lo que ha diseñado Carlos Ott?

AC —Es un edificio totalmente nuevo, de vanguardia, porque entendemos que en el barrio es necesario hacer cosas muy pero muy bien. Él tiene una mano realmente muy linda y el edificio va a ser muy lindo para la zona.

EC —Va a impactar mucho, ¿no? Seguramente no es lo que en principio se espera: en el medio del barrio Casavalle, una obra de grandes proporciones y con el diseño de Carlos Ott.

PB —En esto seguimos el modelo de Medellín. Lo que hizo la ciudad para revitalizarse, y sobre todo recuperar zonas que estaban un poco marginadas, fue convocar a los principales arquitectos del país para hacer obras emblemáticas en los barrios más carenciados. El famoso alcalde Sergio Fajardo –que luego fue gobernador de Antioquia, que era la provincia, y va a ser candidato presidencial en las próximas elecciones– hizo una verdadera revolución a partir de un cambio cultural. Él decía que más que represión la violencia lo que necesitaba era atender a las personas en el territorio, y sobre todo mostrar cosas de excelencia y revalorizar la estética de las cosas. Tal vez nosotros hemos perdido la noción de cuánto las personas pobres se han perdido de la estética, cómo la estética es un valor que levanta el ánimo a todo el mundo y que realmente hace que la gente quiera algo mejor para su vida.

EC —¿Qué va a haber adentro de ese edificio? ¿Cuál es el contenido que están pensando para los próximos años acá en Los Pinos?

AC —En principio está pensado hacer la parte de talleres, la parte de iniciación laboral en ese edificio. Va a haber talleres más modernos. Quizás también pueda entrar ahí parte de la Olimpíada de Matemática, con los cursos y los contracursos que hacemos, el Club de Matemática. Sería para ese uso en principio.

EC —Por ahí hay otro de los planes, porque cuando Pablo hace un rato definía las oficinas en las que estuvimos como el “Departamento de Matemática”, me parece que estaba preparando el terreno.

PB —Sí, tenemos un proyecto al que le hemos metido mucha ilusión y estamos teniendo conversaciones con las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública. Se trata de hacer aquí un profesorado de matemática para colaborar con el Instituto Profesores Artigas (IPA). El IPA gradúa por año dos o tres profesores de matemática, y nosotros queremos dar una mano entusiasmando a jóvenes de estos contextos, de todas estas zonas –Piedras Blancas, Maroñas, Colón, Peñarol, el propio Casavalle–. Hemos descubierto a través de la Olimpíada a jóvenes que tienen mucho talento para la matemática y creemos que para ellos la carrera laboral de profesores de matemática es muy ilusionante, les puede dar una perspectiva y un desarrollo interesantísimos a su vida. Pensamos que estas instituciones enclavadas en el mismo territorio donde están estos jóvenes son como un imán cuando proponés una actividad como esta y que vamos a poder captar –para la matemática y para los profesores de matemática– más gente que si se tienen que ir al centro, al IPA, donde están en un contexto distinto y con un público distinto, sin ese vínculo que podemos tener nosotros. Por ese lado creemos que podemos atraer hacia la profesión de profesor de matemática muchísima más gente que la que está logrando hoy el IPA.

EC —Estamos terminando… ¿Una frase que pueda haber quedado de lo mucho que tienen entre manos?

AC —Se puede, señores, se puede. ¡Hay que cambiarlo, se puede!

PB —Cuando empezamos a veces nos decían: “No, demasiadas cosas, las cosas son difíciles en esos contextos”. Y hemos demostrado que cuando la gente toma sentido de pertenencia con respecto a los lugares y a las cosas que se instalan en el barrio, sobre todo si son de excelencia, las defiende a muerte, las valora, las cuida, las protege, y toma esto como una especie de impulso, un gran resorte para salir adelante y crear una vida mejor.

EC —Un proyecto como este depende mucho de los líderes. Y ustedes dos, Pablo, que fue el que dio el puntapié inicial, y Antonio, que se sumó después y es fundamental en toda la gestión, en el día a día y los planes, son las figuras. Pero si pensamos en el futuro aparece la pregunta: ¿quién viene después? Me gustó mucho una frase de Pablo que encontré en un reportaje: “Siempre dije que mi trabajo como director terminará el día que alguien de acá, del barrio, que haya pasado por Los Pinos y que haya estudiado en la universidad, logre ocupar el puesto. Ese es el objetivo, dar oportunidades y que este lugar lo dirijan ellos”.

PB —Siempre dijimos que es una institución para gente de Casavalle que tiene que ser gestionada por gente de Casavalle. A esta altura ya tenemos siete chicos que han pasado por nuestros programas, recién entrevistaste a Micaela, pero podríamos entrevistar a otros muchos más. Son siete que están en la universidad y que están trabajando aquí algunas horas, algunos 20 horas semanales, otros 10, pero son los verdaderos referentes de este lugar, los que a futuro van a transformar el barrio. Yo hice una pequeña transformación inicial, pero los que realmente van a dar vuelta el barrio son ellos, que son los protagonistas.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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