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Entrevista central, miércoles 3 de enero: Renée Pereira de Méndez Requena y Álvaro Sorrondegui

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EC —Con respecto a las habitaciones, usted ponía énfasis en las 64 que dan al frente, que van a tener un tratamiento especial. ¿En qué consiste esa reforma?

AS —El hotel tiene en esa nave central una galería muy importante, con algunos espacios de estar. Y las habitaciones que dan hacia el mar son dobles, tienen dos sectores, un primer sector que da a la galería y un segundo sector que da a la fachada, hacia el mar. Y entre ellas tienen una faja, una banda de unos dos metros de ancho de servicios que antes eran un antiguo valijero y un baño para cada una de las habitaciones. Eso se remodela completamente, toda la parte de baños se hace nueva, las habitaciones se mantienen con esa doble habitación, la primera para un uso más tipo estar o escritorio y el dormitorio sobre la fachada con vista al mar.

EC —¿Qué pasa con las otras habitaciones, las que no dan al frente?

AS —En las otras habitaciones en esta primera instancia se van a hacer las reparaciones que requieran para seguir funcionando en las condiciones actuales…

RC —…con cambio de equipamiento, supongo, porque en ese aspecto estaba muy envejecido: camitas angostas, etc. Hoy por hoy las exigencias son muy otras en cuanto a cómo se alhaja o se equipa una habitación.

AS —Claro, eso también tiene que ver con la parte comercial. Ahí hemos tenido alguna conversación con la familia Méndez Requena, ellos tienen un equipamiento de época muy lindo y en buenas condiciones.

RC —Hay una habitación que está conservada exactamente como era.

AS —Claro, vamos a ver qué se puede hacer y recuperar para mantener algunas habitaciones con el equipamiento original y en otras ir sustituyendo con algún tipo de equipamiento que dialogue bien con la arquitectura del hotel. Pero en principio en esta primera etapa el resto de las habitaciones van a tener un mantenimiento para estar en condiciones de ser utilizadas.

EC —Es importante puntualizar, entonces, que esta inversión de US$ 22 millones comprometida en la licitación no abarca la actualización de todo el hotel.

AS —No, en lo que tiene que ver con las habitaciones, remodelación completa de las habitaciones frontales, que son cuatro niveles de 14 habitaciones, 56 habitaciones, el resto de las habitaciones, que son como 180 o 190…

RC —Creo que tenía 300 en total.

AS —Antiguamente, pero ahora son en el orden de 252. Con ellas se van a hacer las obras de mantenimiento, pero para utilizarlas con las características actuales.

***

EC —Renée, ¿quiere agregar algo a propósito de la descripción que hacía el arquitecto Sorrondegui de los cambios que se vienen, que se están planificando?

RP —No, nada. Recurrimos al Estudio Gómez Platero porque sabemos que es gente muy cuidadosa. Estamos vinculados a la familia desde hace muchos años, con Martín y su mamá, que fue una amiga hasta que faltó, que se murió. Con la seguridad de que uno puede hablar, cambiar ideas y sobre todo tener la certeza de que se va a tener en cuenta muy especialmente esto que estamos hablando de conservar las cosas que hay, mejorarlas sí, reciclarlas en todos los aspectos que se pueda. Cuando no hay un buen diálogo con el arquitecto es difícil que uno pueda imponer una idea o algo; es distinto cuando uno está tratando con un profesional que sabe lo que tiene que hacer.

EC —Él destacaba recién lo que va a ocurrir con las 64 habitaciones que dan al frente, las preferenciales, las que van a tener una reforma y una actualización especiales.

RP —Claro. Como siempre, terminamos comprometidos de alguna manera con lo el estilo que hay de hacer las cosas, que tienen que ser de determinada forma. El mercado ha impuesto como una norma que la habitación tiene que tener esto, tiene que estar atendida con determinados servicios. Comento algo que es importante para entender por qué a veces hay que tener cuidado con esas cosas. Este hotel es muy generoso en espacios, y en los hoteles importantes se valora solamente la vivencia de la habitación, o sea un buen plasma, un buen frigobar, ciertas comodidades para que la gente pueda quedarse confortablemente ahí. Tienen un escritorio, tienen todo lo necesario para trabajar si vienen en la eventualidad de un negocio. Pero en el Argentino Hotel no es así, queremos que la gente disfrute del hotel, de los servicios, de los espacios tan generosos que hay acá.

EC —Cuando habla de espacios generosos, recuerdo los corredores, son como avenidas.

RC —El ancho de los corredores es impresionante.

RP —Claro, con todo eso no hay por qué quedarse cómodamente en un sillón mirando una película. ¡Disfruten de lo que hay en el hotel!

EC —Por supuesto, después está todo el exterior, los servicios…

RP —Nos preocupamos por servicios complementarios como recreación, la parte de cultura, deportes, entretenimiento. […] Hago esta aclaración porque a veces no se entiende por qué dar tanta importancia a la habitación en sí.

EC —Sobre las otras habitaciones, dice Beatriz, una de nuestras oyentes: “Dejen algunas que sean retro, eso es una tendencia en el mundo”.

RP —El problema mayor que tengo es que la gente pregunta, desconcertada: “¿van a cambiar el hotel?, ¿lo van a poner de cinco estrellas?, ¿van a poner una tarjeta electrónica para que entremos?, ¿qué van a hacer con eso?”. Es muy difícil, pero lo que queremos y seguramente va a ser es que el hotel tenga su toque y ese contacto con la gente que da el mostrador, al requerir una llave o entregarla. Porque es un cinco estrellas tiene que tener ciertas cosas, eso nos va a llevar a poner algunas habitaciones en esas condiciones. Pero no es nuestro deseo, creo que el hotel funciona como un cinco estrellas con servicios, que no tiene que estar vinculado a un plasma. Lo digo así porque eso define muchas cosas.

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