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Entrevista central, viernes 15 de setiembre: Gustavo Roque Villamil y Leonardo Loureiro

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RA —El segundo desafío consiste en desarrollar aplicaciones para ayudar a la población más vulnerable, por ejemplo adultos mayores o personas con discapacidad. El tercer desafío apunta a mejorar la trasparencia. El cuarto desafío busca desarrollar soluciones para combatir el trabajo informal. Expliquemos un poco más estas dos últimas, el desafío de mejorar la transferencia y el de combatir el trabajo informal.

RV —Me gustaría dedicarle un segundo también al desafío de prevenir enfermedades laborales.

RA —Ese es el último desafío.

RV —Disminuir el trabajo informal es un desafío que nos hacemos todos los uruguayos, lo que conocemos como “trabajo en negro” no es sano para nadie en la sociedad. Y pensamos que nos podemos apoyar en las TIC para encontrar soluciones para ese tipo de cosas o para poder controlarlas mejor, de repente soluciones que permitan una autogestión o un control que realice el propio trabajador. Nosotros tenemos ideas en sí, pero queremos largar el desafío para que se disparen ideas en la cabeza de la gente. Tenemos ideas obvias de qué desarrollar para disminuir el trabajo informal, en la medida en que todo trabajador esté conectado en forma directa con el banco para saber inmediatamente si se aportó, qué se aportó o se dejó de aportar o en qué momento se aportó por su trabajo. Todo ese tipo de cosas está claro, pero también estamos buscando lo raro, aquello que nos lleve a “uy, esto es un pensamiento fuera de la caja, fuera del contexto, nunca lo imaginamos”.

RA —¿Y el último, la prevención?

RV —El BPS tiene una cantidad enorme de información sobre la prevención de enfermedades laborales. Además el Estado tiene otra cantidad enorme de información con respecto a las enfermedades laborales. Pero el foco del BPS es actuar sobre la contingencia social una vez ocurrida, entonces actuamos atendiendo la licencia por enfermedad cuando ya ocurrió, siendo que nosotros tenemos información previa a eso. Entonces nos imaginamos la detección temprana, nos imaginamos que tal vez surjan planteos que nos permitan trabajar sobre la prevención de enfermedades laborales, que sería mucho más barato para todos los uruguayos. A partir, por ejemplo, de que en algunas zonas se empiecen a dar sistemáticamente síntomas de tendinitis o de mala postura o que tengan que ver con ese tipo de cosas, claramente pueden dispararse acciones preventivas viendo que ahí hay un problema de cómo trabaja la gente, cómo se planta anatómicamente frente al trabajo. O casos de envenenamiento por plomo de los lugares. Etcétera, etcétera, etcétera.

Tenemos muchísima información en cuanto a las enfermedades laborales y podemos combinar con otros sectores del Estado al respecto. Entonces la apuesta es decir: ¿y qué tal si en vez de la contingencia social, que es lo que por ley el BPS tiene que atender, nos paramos un pasito antes con alguna aplicación que nos permita actuar sobre la prevención de las enfermedades laborales?

RA —Ayer fue el lanzamiento de la hackathon, la convocatoria. Ahora hay plazo hasta el viernes 20 de octubre a las 23.59 para inscribirse. Y después, ¿cómo sigue la cosa?

LL —Después de la inscripción viene una prehackathon, el 25 y 26 de octubre, que se va a desarrollar entre las 18 y las 21 en las instalaciones donde el BPS da cursos. La idea ahí es que se arman los equipos, se terminan de desarrollar. Y después la hackathon misma el 4 y 5 de noviembre.

Estamos invitando a un programa que hemos desarrollado junto con el Plan Ceibal que se llama Jóvenes a Programar. A aquellos jóvenes que nos estén escuchando los invitamos a inscribirse, va a haber un premio especial para ellos. La idea es que no solamente sean equipos de Montevideo, sino que vengan de todo el país. De hecho, por suerte, a la hackathon de agro vino gente de varias ciudades, no solo de Montevideo.

RA —¿Qué se recibe además del premio, qué atractivo tiene participar en la hackathon aparte de la experiencia? ¿Después en qué se concreta? ¿El BPS compra las ideas que surjan, las apps que surjan de la hackathon?

RV —No. Hay premios, los premios implican una compra implícita de la idea en sí. Las demás ideas el BPS no las compra y no se compromete a implementarlas. Después habrá algún proceso en el cual charlaremos con la gente que las propuso para seguir profundizando o no. Uno participa en una hackathon planteando la idea por el desafío, por la competencia, por el reconocimiento que puede tener lo que planteó. Pero la idea queda y pasa a ser de dominio entre quienes la propusieron y el BPS. Ese es el contexto.

En cuanto al tema de Jóvenes a Programar y liceales, ayer en el lanzamiento mencionamos que desafiamos también a los liceales que muchas veces encontramos obteniendo reconocimientos internacionales y premios de la NASA y de otros lugares en el exterior, los invitamos a que vengan a ganarse los premios acá.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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