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Entrevista central, viernes 3 de junio: Álvaro Garcé

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EC —Esa es una afirmación que ha hecho el MI a propósito de lo ocurrido recientemente, lo señala como resultado de nuevas políticas que se están aplicando en la zona.

AG —Me sorprende muchísimo esa afirmación. El único indicador objetivo, que es la tasa de homicidios, no para de aumentar, pero aquellos delitos en que existe margen para la cifra oculta –los delitos no denunciados, como hurtos, rapiñas, daños– han entrado en una fase de meseta. Realmente es llamativo, la lectura de la realidad es curiosa y creo que en realidad encubre un intento de relativizar la magnitud de un problema que es gravísimo.

EC —¿Qué es lo que está fallando allí?

AG —Por un lado, la eficacia policial, pero sobre todo la eficacia del sistema penal. En este país tenemos un margen de impunidad que está en el orden del 95 al 96 %.

EC —¿Qué quiere decir eso en este caso concreto?

AG —Que en general, y luego voy a ir al escenario concreto de los barrios que están en una situación peor, cada 100 delitos que se denuncian, la respuesta penal efectiva del Estado no excede las cuatro o cinco condenas. Súmele a eso los delitos no denunciados y entonces el margen de impunidad aumenta; es más, teniendo en cuenta los delitos que no se denuncian, está en el orden del 97 %. Todo eso sin duda tiene una gravedad mayor en aquellos barrios donde la presencia policial es más débil o más episódica y donde el hecho de que aparezca en un número masivo la Guardia Republicana en un día de conflicto no quiere decir que el Estado tenga el control permanente.

EC —Lo que dice el MI es que en los últimos meses ha venido intensificándose la presencia policial, por distintos programas nuevos que se están empleando.

AG —Si es así, si el otro día se dio una intervención policial masiva en un contexto de mayor presencia, ¿cómo fue que no se pudo determinar a uno solo de los responsables de delitos gravísimos, por ejemplo la rapiña y el incendio del ómnibus? Si hay una presencia policial efectiva se traduce en una tarea de observación, vigilancia, prevención, disuasión del delito, y no solamente en una respuesta reactiva en situaciones de emergencia. Lo que vimos el otro día fue una capacidad reactiva en el sentido de que se desplazó un fuerte contingente de la Guardia Republicana. El hecho de que no se haya podido determinar a uno solo de los responsables de los graves delitos habla de una limitación en todo lo que significa la vigilancia, la observación y la prevención.

EC —Hoy el semanario Brecha, cuando se ocupa del tema, incluye testimonios de vecinos de la zona a propósito de cómo complica toda esta situación el estilo de actuación policial, la forma como los efectivos policiales tratan a los vecinos, ni que hablar a los sospechosos, pero incluso a otras personas del barrio, cuando llevan adelante operativos. Como que hay una irritación adicional provocada por ese modo de trato. ¿Ustedes han estudiado este fenómeno o esta parte del tema?

AG —Las denuncias las conocemos, y creo que no debe identificarse eficacia con violencia y mucho menos eficiencia con vulneración de la ley. Queremos una policía que actúe firmemente dentro de la ley, que actúe no solamente de una manera reactiva ante el conflicto ejerciendo la represión del delito, que desde luego es una tarea indispensable, intransferible del Estado y de la policía. Nosotros creemos en la prevención, en la vigilancia y en la disuasión. En esto el discurso es exactamente coincidente con el discurso del ministerio, solo que, a nuestro juicio, es evidente que las medidas concretas instrumentadas por el ministerio no han tenido un buen resultado.

EC —Pero con respecto a la forma de actuación policial, ¿tienen inquietudes, están presentando planteos, por la forma del trato, por ejemplo?

AG —Nosotros decimos que bajo ningún concepto se pueden apoyar desviaciones.

EC —¿Ustedes saben que este fenómeno esté de por medio, lo conocen, lo llevan?

AG —Conocemos referencias generales. Si tuviéramos elementos concretos, naturalmente que inmediatamente los pondríamos a disposición de la justicia, como corresponde. Conocemos la invocación, se nos habla de ese fenómeno. Como respuesta general a un planteo general, decimos que bajo ningún concepto se puede ser tibio con esta clase de desvío, pero mucho menos se puede ser tibio con una situación general de delito en que hay una periferia metropolitana donde existen problemas crecientes. Yo francamente no alcanzo a comprender que el ministerio afirme que los delitos contra la propiedad vienen disminuyendo en esos barrios. No lo puedo entender.

Video de la entrevista

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Transcripción: María Lila Ltaif

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