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Entrevista del viernes 28 de febrero de 2020: Marta Jara

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Video de la entrevista

EN PERSPECTIVA

Viernes 28.02.2020

EMILIANO COTELO (EC) —Ancap cerró el 2019 con un superávit de 39 millones de dólares. Fue el cuarto año consecutivo de ganancias en esta empresa, que es la más grande del país, pero además ha sido motivo de debates políticos muy fuertes.

Los nuevos números se conocieron ayer, cuando el directorio presentó los balances financieros del año pasado y realizó además un balance de su gestión.

¿Cómo está Ancap cuando asume el nuevo gobierno? ¿Qué dicen las autoridades salientes sobre las medidas que impulsa la administración de Luis Lacalle Pou?

Lo conversamos con la presidenta del directorio de Ancap, ingeniera Marta Jara.

Cada tanto tenemos estas entrevistas en las que repasamos el desempeño de Ancap. Pero esta vez ustedes también presentaron un resumen de gestión 2016-2019, o sea, el período en el que usted ha estado al frente de la empresa, después de la crisis que obligó a la capitalización por el Estado. ¿Por qué hicieron este otro enfoque?

MARTA JARA (MJ) —Porque se cumplen efectivamente cuatro años ahora en marzo y de alguna manera este es un trabajo que se va concretando en el tiempo. Se comenzaron a hacer cosas hace cuatro años, algunas de ellas se están concretando ahora. Pero nos parecía importante, estamos siempre a favor de la transparencia, de la rendición de cuentas, de la información de calidad; no es solamente generar una avalancha de números, es ponerlos en un contexto y permitir una lectura. Nos parecía importante hacerlo.

EC —Destaco por ejemplo una de las síntesis, uno de los enfoques: “Resultado de vinculadas pasó de muy negativo a positivo”, dice la placa. Habría que traducir esto de las empresas vinculadas.

MJ —Es un grupo de empresas. Ancap, la casa matriz, tiene todo lo que es el negocio central, que es la producción de combustibles derivados de petróleo, y el pórtland está dentro de Ancap, el gas natural, como unidad que los comercializa, pero después hay una serie de empresas vinculadas que a algunas las controla, a otras no y son vehículos a través de los cuales hace sus negocios. Es como un portafolio de negocios. Y cuando asumimos este reto de dirigir una Ancap que encontramos con muchísimas dificultades, una de las que veíamos era que toda esta constelación de empresas no tenían la gobernanza adecuada. Gobernanza quiere decir que tenés una estrategia que podés ejecutar porque están los controles, está la organización detrás que te permite cumplir tus objetivos. Eso no estaba, entonces una de las principales acciones que tomamos fue decir “vamos a limpiar este portafolio”…

EC —“Limpiar”…

MJ —Sí, eso es algo que todas las empresas tienen que hacer como parte de su gestión constantemente. Es dinámico, hay negocios que en un momento tienen sentido, en otro no. Y cuando dijimos “limpiar”, era focalizarnos en todo aquello que es estratégico y también considerar la rentabilidad.

EC —Ancap se desprendió de algunas de esas empresas.

MJ —Algunas por motivos estratégicos, otras por motivos de rentabilidad. Por ejemplo, desinvertimos de Aguada de la Arena, que era un activo de producción de petróleo en Neuquén, Argentina.

EC —“Desinvertimos” quiere decir vendimos.

MJ —Lo vendimos, sí. Era un activo que generaba ganancias, pero estratégicamente no le veíamos un lugar en nuestro portafolio porque tenía muchos más riesgos que beneficios. Después había otras actividades como CABA, que tenía una serie de productos, algunos muy cercanos a Ancap, como los alcoholes industriales, pero ¿qué necesidad de que los vendiera CABA si ALUR se dedica a eso? Y después tenía una serie de otros productos de consumo personal, de bebidas alcohólicas, áreas en las cuales es difícil decir que Ancap tiene una ventaja competitiva. Eso lo puede hacer otro actor y mejor, entonces lo liquidamos, por ejemplo.

EC —¿Qué más en ese sector de las vinculadas?

MJ —Después hubo que hacer todo un trabajo de centralizar cosas como la deuda. Todas ellas tenían su gestión financiera independiente. El caso de Carboclor: tasas altísimas en el mercado argentino, algunas con garantía de Ancap, otras sin, pero sin esa supervisión de decir “no es un fin en sí mismo esta empresa, cumple un rol dentro del grupo de Ancap”. Con Carboclor tomamos la decisión dificilísima de pedir el concurso preventivo.

EC —Recordemos qué es Carboclor.

MJ —Carboclor es una empresa en la localidad de Campana, provincia de Buenos Aires, sobre el río Paraná, que tiene un puerto muy interesante, está al lado de una refinería de la empresa Axion. Originalmente el negocio de Carboclor era producir alcoholes especiales, como isopropanol, y tenía unas plantas petroquímicas que fueron quedando obsoletas; hoy muchos de esos productos llegan de China a costos imbatibles. Y después tenía otro producto que era un mejorador de octano, que se prohibió apenas antes de que nosotros entráramos y eso fue el golpe de gracia. Esa empresa perdía dinero, perdía dinero, perdía dinero, y se había generado esa típica situación de bola de nieve financiera. Ahí hubo que hacer una reestructura financiera y de organización. De hecho se cerraron esas plantas y se bajó la plantilla a menos de la mitad.

EC —¿Hoy qué es? ¿Qué pasó con Carboclor?

MJ —Hoy es una empresa que se enfoca en la parte logística, porque como dije tiene un puerto muy interesante y tiene tanques que almacenan todo tipo de especialidades. Es una empresa que se llama depósito fiscal, o sea que tiene aduana ahí, tiene todo tipo de certificación. Da un servicio valioso y se ha defendido bien, incluso en el 2019, que fue un año dificilísimo porque la economía argentina se contrajo y eso impactó los volúmenes que maneja.

EC —En este resumen de gestión 2016-2016 ustedes insisten mucho con la transparencia, parecería que ese es el concepto fuerte o concepto madre. ¿Por qué?

MJ —Ancap es una empresa de todos los uruguayos, una empresa pública, y la transparencia es lo que permite ese control social. También vimos que eso suplía la falta de un regulador independiente. Si todas las ineficiencias de Ancap o todas las discrecionalidades que se quieran ejercer a través de Ancap son opacas, eso no está bien. Nos pareció que transparentar nos ayuda a ser más eficientes, ayuda a la previsibilidad, a que nuestros clientes sepan cómo se van a mover las tarifas en función de ciertas variables; eso es la paramétrica, ni más ni menos. Uno de los problemas con que nos encontramos cuando este directorio ingresó a dirigir Ancap no fue solamente financiero, había un quiebre de la confianza de toda la sociedad uruguaya en Ancap.

EC —Las encuestas eran lapidarias.

MJ —Eran lapidarias. Recuerdo los primeros meses, incluso los primeros años, abrir el diario para ver dónde había algo negativo, muy negativo, que generaba muchísima desconfianza sobre Ancap o alguna de nuestras empresas. La transparencia fue ayudando a que la gente fuera otorgándonos de vuelta esa confianza, que es un proceso bien difícil, porque todos sabemos que una vez que la confianza se quiebra no es fácil volver a conseguirla.

EC —Dijo recién que esta forma de comunicar Ancap era una alternativa para promover las mejoras en la eficiencia “ante la ausencia de un regulador independiente”. ¿Cómo es eso? ¿Y la Ursea?

MJ —La Ursea no tiene competencias de regulador económico, hace una regulación técnica y calcula precios de referencia que orientan, pero en definitiva no incide en la fijación de las tarifas ni en muchas otras cosas que hacen a las reglas de juego. Por ejemplo, con respecto a toda la regulación económica de las cadenas de distribución lo único que la Ursea tiene dentro de sus cometidos es velar por la defensa de la competencia. Ahí ha tenido algunas intervenciones, de hecho, durante los años de los que estamos hablando. Pero no fija márgenes de distribución, no interviene en eso.

EC —¿Cómo ayuda la transparencia?, ¿cómo empuja? ¿Por el debate público que se va generando a partir de la información?

MJ —No solamente. Por ejemplo el tema de la paramétrica, ¿que es la paramétrica? Es calcular para el año en curso, en función de las variables macroeconómicas que esperamos y de nuestros objetivos internos de eficiencia, por ejemplo, cuál es la tarifa que vamos a solicitar. Si dejamos eso librado a cambios sin que haya ninguna lógica explícita, es muy fácil barrer cualquier problema, cualquier ineficiencia, abajo de la alfombra. De hecho, lo que se hacía antes era correr un modelo y decir: ¿qué caja tengo?, ¿cuánto me falta?, y subir la tarifa en función de eso. Entonces eso es una bolsa en la que puede ir cualquier cosa. Desde compensaciones que no corresponden a los propios funcionarios, inversiones que no tienen un retorno, ineficiencias operativas, todo tipo de cosas. La paramétrica dice “todo lo debería gestionar Ancap, excepto el tipo de cambio y el precio del crudo”. Esa fue una forma de autoimponernos una regla para dar mayor previsibilidad a la tarifa.

EC —También en esta línea de la transparencia, ustedes destacan que se informó, se abrió ese proceso a lo interno, con la incorporación de un portal para import/export de crudo y derivados. ¿Qué es esto?

MJ —Tal vez recuerdan uno de los temas que se ventilaron mucho en la comisión investigadora de Ancap, que era el proceso de compra de crudo. El proceso de compra de crudo se hacía de una forma casi artesanal y de otra época, el procedimiento hasta hablaba de un fax; lo que había en la realidad era una casilla de correo.

EC —Una casilla de correo a la que llegaban las ofertas cuando Ancap salía a comprar.

MJ —Exactamente, cuando salía a comprar el crudo, que no nos olvidemos, es la transacción más importante que hace Ancap y tal vez el país, es mucho dinero. Auditamos todo eso, lo estudiamos y vimos que había debilidades de auditabilidad, para poder auditar eso, para poder asegurarse el control. No encontramos nada que estuviera mal concretamente, pero vimos un proceso débil.

EC —Un proceso en el que por ejemplo un ofertante podía conocer las ofertas de los otros, eventualmente.

MJ —No podíamos a posteriori auditar si las podía conocer o no. Y hacia fuera eso también desincentiva a oferentes eventualmente. Se desarrolló un portal de comercio electrónico que gestiona todo en forma muy automática: se hace el expediente, todo se va aprobando ahí, es muy auditable y el resultado concreto es que la cantidad de ofertas se multiplicó. El proceso se comprimió, se hace más rápido, es más eficiente y tiene mayor integridad, se puede auditar.

***

EC —Ese portal es import/export. ¿Lo de export para qué casos es?

MJ —Entre fines del año pasado y este enero concretamos exportaciones, y eso también se hace a través de un proceso transparente al revés, se subastan esos volúmenes. Tenemos un departamento de comercio exterior que se dedica a hacer ese tipo de transacciones y lo está haciendo a través de este portal electrónico.

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EC —Vayamos a la información que divulgaron ayer, el desempeño 2019. Ganancias de unos 39 millones de dólares. ¿Ese resultado era el esperado?

MJ —Sí, era el esperado. Siempre nos planteamos una rentabilidad objetivo que está relacionada con cuánto necesitamos para ser sustentables, con tener el dinero necesario para seguir haciendo las inversiones que creemos hacen falta para continuar el negocio, actualizarlo. En el año 2018 hicimos un poco más del doble, 88 millones de dólares. ¿Por qué es esa diferencia? Parece enorme en términos de millones de dólares, pero el costo del crudo es una variable de tanto peso y que tiene tal volatilidad que es difícil afinar mucho más fino.

EC —En el ejercicio anterior la ganancia había sido de 88, en 2019 fue de 39 millones de dólares.

MJ —Sí, que está más cerca del objetivo que nos habíamos planteado.

EC —Le preguntaba si era el resultado esperado porque de por medio estuvo la decisión de congelar las tarifas. No hay aumento de tarifas desde mediados del otro año.

MJ —En julio de 2018 fue la última vez que se subió la nafta, y el gasoil en julio de 2017.

EC —Por eso, durante todo el año pasado, durante este año 2019 que estamos considerando, no hubo aumento de las tarifas. ¿Cómo impactó eso?

MJ —Hace más de un año y medio que no se subía la nafta y más aún, dos años y medio, que no se subía el gasoil.

EC —¿Cómo impactó esa decisión política?

MJ —Los primeros años tenemos que reconocer que las tarifas, además de los costos operativos de Ancap, de comprar el crudo, la materia prima, también eran necesarias para salvar ciertos ítems extraordinarios del balance. Había pérdidas que había que reconocer por inversiones de años anteriores, que se llaman deterioros contables; había deudas con la DGI, con la Aduana; esos ítems se reportaron en los primeros años. Al no estar eso ya fue un gran alivio. La otra cosa que influye en la fijación de las tarifas es la posibilidad de proyectar, tenemos mucho mejores herramientas para modelizar, para proyectar, conseguimos eficiencias del orden de los 50 millones de dólares, que se fueron transfiriendo a las tarifas. También desarrollamos las herramientas para hacer las coberturas, que son seguros con respecto a estas variables que inciden tanto, el precio del petróleo y el tipo de cambio. Eso permite que podamos proyectar tarifas más finamente.

EC —Creo que no está mal recordar cómo fue la cosa en los años anteriores, porque estamos hablando de una ganancia de 39 millones de dólares. Pero vamos bastante para atrás, a la época roja de Ancap. Año 2011, 94 millones de dólares de pérdida; año 2012, 14,6 millones de dólares de pérdida; año 2013, 169 millones de dólares de pérdida; año 2014, 323 millones de dólares de pérdida, y año 2015, 198 millones de dólares de pérdida. Fue a partir de ese momento que se modificó la gestión, asumieron estas nuevas autoridades, etcétera, y en el primer año de la nueva era tuvo 15 millones de ganancia, el segundo 39, el tercero 88 y ahora se vuelve a 39. Aquellos rojos eran realmente impactantes.

MJ —Y fueron los que terminaron en la necesidad de capitalizar a Ancap.

EC —Ahora que se da esta ganancia, el oyente puede preguntarse: está bien, suspiramos aliviados, ya terminaron las pérdidas, pero cuánta ineficiencia todavía arrastra Ancap que pega en costos que son importantes para la industria, la producción, el transporte y hasta la propia gente común y corriente en su transporte. ¿Qué dice usted?

MJ —Por supuesto que quedan eficiencias por capturar, algunas más inmediatas de capturar, otras que requieren tecnologías. Estamos en eso, y creo que hay que seguir y que hay un equipo muy profesional al frente de Ancap que no somos los directores, son los gerentes. Hemos logrado convocar gerentes de primera línea, armar equipos muy potentes con esa gente nueva y gente que tiene muchísimos años en Ancap. Y creo que se estableció una cultura de disciplina de costos que hay que seguir. Y quiero decir que estamos prácticamente en la paridad de importación, estamos muy cerca de la paridad de importación.

EC —Hablemos de combustibles, que quizás es lo que más mira o más tiene pendiente a la gente. Veamos cómo fue el desempeño en ese rubro en 2019 y por qué ustedes concluyen que refinar crudo agregó un valor de 126 millones de dólares. ¿Qué quiere decir esto?

MJ —Romina estuvo en el taller que hicimos para explicar eso, usted no pudo venir.

EC —Yo no pude ir, y los oyentes tampoco.

MJ —Hemos hecho un esfuerzo grande y francamente creo que ha permeado bastante los conceptos, que no los inventamos en Ancap, son los que se manejan en el negocio de refinación en todo el mundo. Decimos que Ancap en su refinería produce una canasta de productos que van desde el supergás, si se quiere el más liviano, hasta el asfalto y el fueloil, que son los más pesados. Toda esa canasta la valorizamos a precios de referencia que calcula la Ursea, que es un precio teórico de importación. En la realidad hay por ejemplo productos como el asfalto o como el combustible de aviación para los que uno puede calcular un precio teórico pero de hecho no los importa nadie, porque es una pesadilla logística, porque el manejo ese producto implica un montón de otros costos y el riesgo que es importarlo y demás.

Volviendo a esa canasta de productos, se valorizan todos al precio de referencia de la Ursea y por otro lado se calcula cuánto nos costó producirlos: el costo del crudo, el costo de todos los que trabajan en la refinería, los seguros, los contratos de mantenimiento, todo eso. La diferencia es el valor que se generó refinando acá, que es de 126 millones de dólares. Aumentó del 2017 al 2018 por la introducción de una tasa consular. Eso no es mérito de Ancap, pero es un costo adicional que se agrega a la importación. Y este último año, si bien procesamos un millón de barriles menos, se mantuvo porque el precio de los destilados en el mundo, comparado con el del petróleo, se despegó y eso genera un mayor margen de refinación. De vuelta, no es mérito de Ancap, pero es algo que se puede capturar teniendo la refinería. Y toda la región –creo que ese también es un dato interesante y es por lo que pudimos exportar algunos excedentes nuestros– es deficitaria en destilados. Brasil, Argentina, están todos en una situación en que sus refinerías no están dando abasto para abastecer la demanda. Entonces nosotros somos competitivos con derivados que tienen que venir de fuera de la región.

EC —Se agrega valor por 126 millones de dólares en el año 2019 al refinar todo acá.

MJ —Lo único que importamos es algo de supergás porque tiene una estacionalidad muy alta, entonces en invierno nos falta y se importa.

EC —La demanda se cubre 100 % en base a refinación nacional, salvo ese caso que acaba de mencionar.

MJ —Sí, y puede haber años de una extrema sequía, por ejemplo, en que UTE nos pida gasoil.

EC —Entonces se agrega ese valor, es interesante el número, 126 millones de dólares. Pero si lo miramos desde el otro lado del mostrador, del de quien va a cargar el combustible, ¿qué pasa?

MJ —Si todos los otros costos que se suman a la refinación se mantuvieran y trajéramos los combustibles importados, esto le estaría saliendo a la sociedad uruguaya 126 millones de dólares más.

EC —Ese es el concepto.

MJ —Sí, hay un montón de costos y de elementos que se suman a lo largo de la cadena desde que este producto sale de la refinería y llega al surtidor que inciden muchísimo en el precio, de hecho inciden casi más. Invito a la gente, porque creo que un gráfico es más claro que mil palabras, a que entre a nuestra página web y vea las tortas de composición de precios. De lo que paga cada uno en el surtidor Ancap recibe 22 o 23 pesos por litro; el Imesi tiene una incidencia muy grande; está lo que queda para la estación de servicio, que son 6 o 7 pesos, depende de si es nafta o gasoil; está la parte del fideicomiso del boleto, que son más de 3 pesos. Hay una serie de incidencias que se van restando y lo que le ingresa a Ancap efectivamente son 22, 23 pesos. ¿Eso se puede bajar? Sí, desde luego, porque el margen de refinación son 126 millones, pero hay cosas que se pueden hacer y que seguimos haciendo para seguir mejorando ese margen. Además hay otros procesos dentro de Ancap que no son la refinación que de alguna manera tienen que contribuir más. El pórtland es uno de ellos, procesos administrativos, un montón de cosas.

EC —Por estos días y a raíz del borrador de la Ley de Urgente Consideración (LUC) que ha preparado el gobierno que asume, se discute otra vez la desmonopolización. Dice el borrador de la LUC: “Derógase el monopolio de la importación, exportación y refinación de petróleo crudo y derivados del mismo, establecidos a favor del Estado y gestionados por Ancap de acuerdo con la ley 8.764, del 15 de octubre de 1931”. ¿Cómo observa una medida de este tipo?

MJ —Creo que esa frase en sí genera muchas más preguntas que certezas. Y de hecho habla de toda una reglamentación. Creo que hay dos mundos, dos paradigmas, uno es un mundo regulado para este tipo de mercado y otro es un mundo libre. El mundo libre quiere decir importa el que quiere, donde quiere, por ahí hay una regulación de seguridad, por ejemplo, una regulación técnica de qué calidad, pero va a haber momentos en los que van a faltar productos, va a haber momentos en los que va a haber una competencia exacerbada y tal vez los precios sean muy favorables para el consumidor, pero al otro día se funden los actores y te quedás sin el producto. No creo que eso sea lo que se esté planteando, porque aparte no he escuchado, no he percibido ese consenso o esa voluntad prácticamente en ningún ángulo del espectro ideológico de Uruguay.

EC —El párrafo 2 del artículo dice: “La prestación de dichas actividades se ejercerá en los términos y condiciones dispuestos por la reglamentación que a los efectos dictará el Poder Ejecutivo”.

MJ —Entonces estamos hablando siempre dentro de un paradigma de un mercado fuertemente regulado. Entonces creo que antes de discutir más a fondo el tema de desmonopolizar o no –con respecto al cual tengo una postura que creo que está bastante evidente, pero que no es ideológica, es económica– lo primero que hay que hacer, si vamos por un mundo regulado, es tener un regulador independiente realmente fuerte, que tenga competencias, que dentro de sus cometidos esté poder hacer ciertas cosas y que además tenga competencias técnicas, recursos. Creo que hay que empezar por ahí. Y luego que el propio regulador, con gente experta en regulación de mercados, sea el que discuta, aporte a pensar cómo se diseña este mercado de forma más eficiente. En Uruguay tenemos numerosos oligopolios y ninguno de ellos es un ejemplo de cómo beneficiar al consumidor y en muchos de esos oligopolios participa la propia Ancap. ¿Queremos otro oligopolio en el que participe Ancap y si es ineficiente, que es un poco parte del relato, que sea la que fije los precios más altos? Basta con mirar, ya lo dije en otras audiciones: el pórtland, el supergás…

EC —Expliquemos un poco mejor eso que acaba de decir: en un oligopolio que podría configurarse, Ancap, presuntamente ineficiente, fijaría los precios más altos. ¿De que está hablando? ¿De que entonces los otros tendrían una tentación muy grande a ir cerca de esos precios altos, quizás un poco más bajos para ganar en la competencia, pero en definitiva precios que no serían los correctos desde el punto de vista del consumidor? ¿De eso está hablando?

MJ —Claro, es teoría económica, cómo funcionan los mercados. La competencia favorece al consumidor cuando hay competencia en serio, un mercado líquido, muchos proveedores, muy dinámico. Si yo sé que tengo un solo proveedor que además es un proveedor eventualmente ineficiente, que tiene más restricciones, que tiene que seguir todas las reglas de las compras públicas, eso lleva tiempo. Evidentemente una empresa pública no es la empresa más ágil, tiene un montón de restricciones, tiene funcionarios inamovibles. Puedo decidir entrar en una guerra de precios que no me conviene, porque aparte, justamente por ser pública, también tiene mucha espalda, difícil que salga del mercado, entonces no voy a entrar en una guerra de precios, me voy a acomodar en un óptimo de volumen/precio y el que sale perjudicado es el consumidor. Entonces a mí en este debate, de verdad, no me preocupa Ancap, me preocupa el consumidor.

EC —Esa puede ser la pregunta, que además hemos escuchado, la han planteado muchos oyentes: si en un escenario de competencia Ancap no corre peligro, ¿por qué no se la habilita y que se fundan esos privados que vienen a competir, que demuestre Ancap que es más eficiente, etcétera? ¿Qué dice de eso?

MJ —De vuelta, creo que hay que ver qué problema queremos resolver y a partir de ahí plantear la solución. No al revés, salir con una postura ideológica de que esto es lo que nos va a salvar y después darnos de cabeza. Yo creo que Ancap puede vivir en cualquiera de los dos mundos y a las pruebas me remito, pero creo que se perjudica el consumidor, de eso hay suficiente evidencia. Me parece que es una discusión para expertos, para técnicos, y de hecho muchos de los partidos están diciendo: es una decisión importante, hay riesgos. Estamos escuchando voces, de repente como la mía, que dicen “creo que esto perjudica al consumidor”, “no estamos del todo convencidos”. Esto hay que estudiarlo, pero hay que estudiarlo en serio.

EC —Eso por ejemplo propone el Partido Colorado (PC), desglosar ese capítulo de la LUC, considerarlo aparte, estudiarlo con cuidado.

MJ —Sí, pero además yo he interactuado con grupos de técnicos en una discusión técnica y la coincidencia es: lo primero es poner el regulador, todo lo demás se puede volver a estudiar y con los expertos, el regulador, que es quien en definitiva tiene al consumidor como el primer grupo de interés al que defiende. Entonces tengámoslos en cuenta también.

***

EC —Un último detalle sobre lo que veníamos conversando. Pregunta Leo: “No entiendo, ¿dice la ingeniera Jara que los consumidores pueden perjudicarse con un oligopolio, pero no con la situación actual de monopolio?”.

MJ —Creo que de vuelta la clave acá es la regulación. Yo les hago una pregunta: ¿ustedes saben que el precio de venta al público es un precio máximo? Nadie está forzado a vender a ese precio, hay estaciones mejor posicionadas que otras, pero ninguna baja ni un centavo. Por lo tanto que haya un mayor número de jugadores no garantiza que la competencia aporte al consumidor.

EC —Usted dice que hoy mismo una estación de servicio podría vender el combustible a un precio más bajo que el precio que el oyente está acostumbrado a ver. Podría.

MJ —Podría.

EC —Y sin embargo nadie lo hace, ninguna estación.

MJ —De hecho, por ejemplo en el gasoil sabemos que hay convenios con flotas grandes, pero no hay ninguna que compita como vemos en Europa, en otros lugares, por la nafta. Entonces no voy a discutir que la competencia favorece al consumidor, pero para que la competencia se dé efectivamente requiere escala, requiere muchísimas cosas, un buen regulador de la competencia, por ejemplo. Entonces entiendo que es más fácil regular el monopolio y que además hay otras razones que hablan a favor, como la escala. Traer un montón de productos en parcelas chiquitas, por ejemplo el asfalto, productos que son complicados en su logística, que tienen que estar calefaccionados, por ejemplo, que no se pueden contaminar, traer todo eso en parcelas chiquitas es muchísimo más ineficiente que traerlo en un cargamento de crudo grande. Además el valor que genera la manufactura del producto en una instalación que es la refinería que está prácticamente amortizada. Entonces me parece que desde el punto de vista económico desmonopolizar no es la mejor opción.

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EC —Antes de preguntarle por otros negocios de Ancap y ya que estamos con combustibles, el equipo del presidente Luis Lacalle Pou entendía que las tarifas de los combustibles debían ajustarse en enero. Pero el gobierno de Tabaré Vázquez decidió mantenerlas, sin cambios. Por eso ahora el gobierno entrante se propone implementar un incremento tan pronto sea posible. Este ajuste debe pasar por el directorio de Ancap. ¿Cómo se va a manejar en la medida en que todavía no se produzca el cambio de autoridades?

MJ —Yo creo en la institucionalidad antes que nada. Lo primero que quiero decir es que tenemos todas las herramientas para correr todos los escenarios que hagan falta.

EC —¿Qué quiere decir “correr todos los escenarios”?

MJ —Tenemos modelos que nos permiten proyectar tarifas con relativa rapidez tomando como premisas las que se quieran definir. Por ejemplo, en estos modelos se pone una proyección de demanda; algunas de estas cosas son cosas que normalmente planifica Ancap porque conoce su mercado, sus clientes y demás. Pero después una de las que más inciden es en qué valor va a estar el dólar, cómo se va a cotizar el dólar, y están también las proyecciones del precio del petróleo; esta mañana lo primero que hice fue mirar la cotización y está por debajo de 50 dólares por barril.

EC —Está en el piso.

MJ —Está muy abajo y los futuros se mueven también con un petróleo que no recupera su precio. Entonces nosotros tenemos esa agilidad, esa posibilidad de calcular proyecciones, pero necesitamos del gobierno claridad en cómo van a ser las reglas de juego.

EC —Lo que usted dice es que el directorio de Ancap saliente puede asesorar, puede darle al gobierno entrante toda la información que este necesite para la intención de ajustar las tarifas. ¿De eso está hablando?

MJ —El gobierno me tiene que decir por lo pronto qué va a pasar con el Imesi, porque repito, lo que le ingresa a Ancap es una fracción del precio de venta al público, entonces hay mucha información que tenemos que intercambiar con el gobierno entrante.

Otra información fundamental es qué tienen en mente en cuanto a la frecuencia de revisión de las tarifas. Con el gobierno saliente habíamos acordado revisiones semestrales, entonces para el primer semestre teníamos ese horizonte, sabíamos que teníamos posibilidades de ajustar en el segundo, cosa de que el ejercicio anual terminara cerrando bien. No sabemos cómo lo quiere hacer el gobierno que va a asumir ahora, si han hablado de revisiones frecuentes. Por ejemplo en Chile se revisa todas las semanas. ¿Quieren ir hacia ese modelo? No lo sabemos.

Entonces yo quiero decir: yo voy a seguir hasta el último momento haciendo mi trabajo lo mejor posible, yo no trabajo para ningún gobierno, trabajo para Ancap, que es de todos los uruguayos, y voy a cumplir mi función a cabalidad. Y creo que mi función es poner todos los números sobre la mesa. La tarifa es un tema bien serio que afecta la vida de todo el mundo, afecta todos los negocios, todas las empresas. Es algo que requiere un análisis, no es algo que se pueda debatir así, con ligereza.

***

EC —De los números que dieron a conocer ayer a propósito del año 2019, le pregunto por un negocio en particular. Hablemos del pórtland, que hace años que da pérdida, que está en la mira porque muchos entienden que debe lisa y llanamente cerrarse o venderse. ¿Cómo fueron las cosas en 2019?

MJ —Se consolidó el resultado del año anterior, fue prácticamente igual. De hecho el año anterior nos ayudó una cuenta que había con un proveedor que se saldó a nuestro favor. Por lo tanto eso implica que este año hubo una mejorita estructural ahí.

EC —Repaso los números: en 2016 el sector pórtland había perdido 148 millones de dólares; en 2017 perdió 12, una pérdida bastante menor; en 2018 la pérdida fue de 7 millones de dólares, y en 2019, de 8.

MJ —Sí, estamos en una meseta.

EC —O sea, sigue habiendo pérdidas, pero en ese nivel, de 7, 8 millones de dólares.

MJ —Sí, vemos una mejora en los niveles de producción, que venían bajando. Eso se revirtió, pero claramente es una perspectiva muy desafiante. El mercado se va a volver más complicado porque entró un nuevo jugador y eso va a generar un impacto en los precios a la baja.

EC —Ahora hay tres jugadores.

MJ —De producción nacional; además es un mercado libre de importación y hay una empresa que hace algunas importaciones. Pero creo que nadie creyó en su momento que las mejoras que se consiguieron fueran posibles porque eran décadas de pérdidas. Ahí va mi reconocimiento a todos los que trabajaron en eso. Fue difícil, hubo mucha gente que se desvinculó, sobre todo gente tercerizada. Pero personalmente es un punto que reconozco que no lo logramos y no creo que sea posible pararse de cara al futuro y decir “esto es lo que es, vamos a seguir perdiendo esta cifra para adelante”.

EC —En definitiva, usted dice que el negocio del pórtland en Ancap no tiene sentido.

MJ —Es la p de Ancap, le pega hasta a la identidad de Ancap como la conocemos, pero me parece que la sociedad uruguaya se debe este debate: qué valor le aporta el pórtland de Ancap. Si hablamos de un producto caro, regionalmente y mundialmente caro, y eso impacta socialmente mucho más que los puestos de trabajo que genera el pórtland de Ancap, que son 300 funcionarios y otro tanto de gente tercerizada.

EC —Pasa lo que veíamos hace un rato: si Ancap, que es un actor importante en el mercado, tiene un precio caro, los competidores se van a acercar a ese precio. Para la sociedad uruguaya el pórtland termina costando globalmente caro.

MJ —Exactamente, estratégicamente es un commodity que se está abasteciendo, se va a abastecer. Me parece que hay que tener ese debate franco, maduro. Hay escenarios que no se evaluaron porque una de las premisas con que trabajamos era mantener tres plantas abiertas; tenemos una en Paysandú, una en Minas, que son de producción, y una de ensacado en Manga. Es una decisión que trasciende a Ancap, pero es algo que me parece que los uruguayos tenemos que discutir.

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Video de la entrevista

Transcripción: María Lila Ltaif

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