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Cientos de cursos de Secundaria aún no comienzan por falta de docentes

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Informe de Ángela Reyes para EnPerspectiva.net //

Dos liceos públicos. Las mismas materias, la misma currícula y la misma administración estatal. Pero realidades muy diferentes marcadas, entre otros factores, por el nivel socioeconómico del entorno.

En el liceo 7 de Montevideo, ubicado en la calle Pedro Berro en el corazón de Pocitos, ya están empezando las evaluaciones en Ciencias Físicas. Mientras, en el liceo Nº1 de Barros Blancos, ubicado a pocos metros de la ruta 8 en Canelones, decenas de alumnos ni siquiera comenzaron los cursos de esta materia. En este centro educativo quedan 14 horas vacantes de Ciencias Físicas y Física para cubrir. También hay ocho horas vacantes de Geografía y 11 de Química, entre otras.

Como resultado, cientos de alumnos tienen libres horas en las que deberían estar asistiendo a los cursos. Algunos estudiantes del centro explicaron a En Perspectiva que, en estos casos, a veces permanecen dentro del salón -hay profesores de otras materias que les dejan actividades para que puedan hacer en los tiempos libres- y a veces salen al patio. “Cuando tenemos suerte nos adelantan alguna materia y salimos antes”, contó uno de los alumnos.

Mientras tanto, los docentes colaboran para intentar solucionar la situación, comentando entre colegas qué horas disponibles quedan en qué liceo y poder así cubrir lo más rápido posible las vacantes, aunque tampoco dan abasto para llenar todos los huecos.

A casi dos meses de iniciadas las clases, este liceo de Barros Blancos no es el único donde algunos cursos todavía no empezaron. Y tampoco es la primera vez que sucede. Todos los años, la elección de horas por parte de los docentes continúa luego del comienzo de las clases. Como resultado, algunos cursos empiezan con semanas de atraso, otros a mitad de año y otros ni siquiera se imparten.

En 2014 quedaron en Secundaria 5.000 horas sin cubrir, informó a En Perspectiva el consejero de Secundaria Daniel Guasco. La elección de horas para 2015 comenzó a mediados de noviembre y este año la situación mejoró: actualmente quedan entre 2.500 y 3.000 horas sin cubrir, según las estimaciones de Guasco. Esto representa menos del 1% de las horas totales de Secundaria (311.123 en 2013, según datos oficiales).

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Sin embargo, según el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEEd) el sistema actual de elección de horas genera problemas de gestión en los liceos tanto a nivel administrativo como pedagógico y termina desfavoreciendo a los centros educativos ubicados en las periferias.

Manuel Oroño, dirigente del sindicato de profesores de Secundaria (Fenapes), dijo a En Perspectiva que otro liceo de Canelones que presenta una situación complicada es el de 18 de Mayo, cerca de Las Piedras. A los problemas edilicios y la superpoblación, se suman en este liceo la falta de docentes para cubrir algunas horas de Física, Inglés, Informática, Historia.

El problema no se limita a Canelones. En Montevideo, por citar un ejemplo, en el liceo n° 50 ubicado en Casabó hay horas vacantes en Informática, en el liceo n° 2 de Treinta y Tres hay horas sin asignar de Inglés y el n° 2 de Young, Río Negro, de Química. Estas situaciones se replican a lo largo y ancho del país.

Según Guasco, que algunos cursos no hayan comenzado es un fenómeno “multicausal”. La primera razón mencionada tanto desde el Consejo como desde el sindicato es la falta de docentes. En algunas materias como Física, la situación es “dramática” porque la cantidad de estudiantes del IPA y egresados por año es mínima. Química, Inglés e Informática son otras de las materias donde hay dificultades.

El consejero explicó que en algunos sitios apartados del interior del país incluso es imposible “crear grupos cuyas asignaturas supongan una especificidad por parte de quienes las dictan”, por ejemplo de nivel de bachillerato, porque no hay profesores que puedan cumplir con esos requisitos.

La falta de profesores lleva a que, en algunas asignaturas, los docentes estén sobrecargados. Este año hay profesores que cubren más de 48 horas semanales.

Detrás de la falta de docentes y la sobrecarga horaria late con fuerza el problema salarial. Un docente grado 1 gana unos 21.000 pesos nominales por 20 horas de clase semanales, que le insumen al menos unas 10 más para la preparación y corrección de trabajos, entre otras funciones. Los docentes con mayor grado dentro del sistema perciben por esta misma cantidad de horas poco más de 34.000 pesos nominales.

El gremio pretende que el salario de los grado 1 aumente por lo menos a 30.000 pesos, y por eso decidió que a finales de mayo hará un paro de 24 horas para reclamar en el marco de la discusión del presupuesto quinquenal. A este reclamo se le suma el de un 6% del Producto Bruto Interno para la educación.

Para Manuel Oroño, dirigente del sindicato, no es casual que la falta de docentes a esta altura del año se de en los liceos situados en las zonas más “complicadas” tanto de Montevideo como del interior. Los profesores “tratan de elegir las horas para trabajar en las mejores condiciones que pueden y lamentablemente hay grupos que se terminan completando a mitad de año”, explicó a En Perspectiva.

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Un sistema perverso

El informe sobre el estado de la Educación elaborado por el INEEd en 2014 señala que un elemento “determinante de las dificultades en la gestión administrativa y pedagógica de los liceos” es el actual sistema de elección de horas docentes.

Por un lado, una cantidad “relativamente importante” de docentes asumen ya avanzado el año. Pero, además, no hay “incentivos para la concentración de horas en un mismo liceo y, por tanto, para la conformación de equipos” y, por último, es difícil cubrir las vacantes que se generan por licencia o renuncias.

Pero las dificultades no acaban ahí. Según el INEEd, los problemas de rotación de docentes que surgen del actual sistema de elección de horas se concentran precisamente en los liceos de las periferias, donde asisten alumnos de contextos socio-económicos más desfavorables. En estos liceos, sostiene el informe, es donde eligen mayoritariamente las horas los docentes que tienen menos experiencia y credenciales.

La alta rotación, por su parte, genera como resultado una “elevada inestabilidad en los equipos docentes, falta de compromiso institucional y poco conocimiento de colegas y alumnos”, así como dificultades para que cada centro pueda construir un plan anual entre otros problemas (el capítulo del informe del INEEd dedicado a la “Conducción y gestión de la educación secundaria” puede consultarse en el siguiente enlace)

Secundaria ha manejado sin éxito dos posibilidades para solucionar el problema de la asignación: crear la figura de “profesor cargo” -docentes que realicen en los centros otras tareas además de impartir clase de su materia- y establecer un sistema para que la elección de horas sea cada dos o tres años. Ambas propuestas fueron resistidas por los sindicatos.

Según distintos actores vinculados a la educación que fueron consultados por el INEEd, el sistema debería modificarse para que pudiera “contemplar la posibilidad de anticipar el calendario de elección, elegir por más tiempo, concentrar horas en un liceo, lograr que los directores puedan incidir en la elección o en la definición de criterios”, entre otras medidas.

Cifras clave

Trabajo virtual como alternativa

Secundaria trabaja actualmente en alternativas para que, en caso de que un curso no sea dictado, los alumnos de todas maneras puedan adquirir los conocimientos necesarios. Una forma de hacerlo es que para cada asignatura se establezca un programa mínimo y este sea abordado de manera virtual, con una videoconferencia semanal y trabajo por correo electrónico con los estudiantes.

Sin embargo, las soluciones dependen de cada institución en particular. En el bachillerato de Melo, por ejemplo, cuando se abrió el llamado para cubrir las horas de Matemática, ninguna de las personas que se presentó cumplía con los requisitos establecidos. En vez de dejar el curso sin docente, las autoridades decidieron seleccionar al postulante mejor calificado y fijarle un profesor grado siete como tutor.

Por otra parte, los liceos deben hacer un seguimiento cercano de los alumnos que el año anterior no cursaron una materia específica. Cuando en un centro una asignatura no se dicta por falta de docente, los alumnos pasan exonerados, como si de hecho la hubieran cursado. Esto obliga al profesor de esa misma asignatura el año siguiente a brindarle los conocimientos con los que ya debería haber comenzado el curso.

Las promesas de Tabaré Vázquez (2)

¿Metas demasiado ambiciosas?

“Es una meta muy alta, a la cual –como decía el doctor (Carlos María) Fosalba– no llegaremos nunca, pero debemos tender a eso”, afirmó la ministra María Julia Muñoz en entrevista con El Observador cuando fue consultada sobre el objetivo fijado por el presidente Tabaré Vázquez de universalizar la educación media antes de 2020.

Uno de los principales problemas que enfrenta el sistema para lograrlo es la falta de infraestructura. En Cerro Largo, por ejemplo, hay ocho liceos para 6.752 estudiantes, informó días atrás Muñoz en conferencia luego del Consejo de Ministros.

Este es uno de los reclamos centrales del sindicato. En la asamblea general de delegados de Fenapes que tuvo lugar el 7 de marzo, el gremio criticó el “inicio de clases con muchos grupos superpoblados, varios liceos con dificultades edilicias, llegando en algunos casos a poner en riesgo la salud de estudiantes y trabajadores”. Además de la falta de presupuesto, Fenapes atribuye este problema a la “mala gestión” durante el gobierno de José Mujica, en el que “más de una veintena de obras nuevas presupuestadas no fueron ejecutadas” y faltaron controles a las empresas constructoras (la declaración de la asamblea de fenapes puede consultarse en http://www.fenapes.org.uy/agd/declaraciones-emanadas-de-la-agd/).

Más allá de las carencias en infraestructura, desde el Consejo y el sindicato coinciden que para alcanzar la meta es necesario solucionar la falta de docentes, que ya dificulta la gestión en el contexto actual. Según datos oficiales, la matrícula en Secundaria pasó de 71.914 estudiantes en 1963 a 224.234 en 2013 y los liceos pasaron de 69 a 254. El problema en última instancia, de acuerdo a Guasco, es que “fue mayor el crecimiento de los estudiantes que la capacidad que se tiene de ofrecer un servicio tanto en materia de recursos humanos capacitados como edilicios”.

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