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La Mesa TIC, martes 13 de junio

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WC —Es importante aclarar también algunos aspectos muy relevantes del mundo. Primero, los países más avanzados son aquellos más industrializados, no hay duda. Segundo, tampoco hay duda de que hay países pequeños como Luxemburgo, que produce la misma cantidad de vidrio que produce Argentina, pero está rodeado de un mercado común que realmente funciona y permite el acceso a esos mercados. Tercero, el 84 % de la matriz uruguaya está formada por pequeñas y medianas industrias, también es importante destacarlo. Cuarto, es correcto lo que dice la ministra, hay un gran apoyo a las pequeñas industrias, yo he visto empresas con pocos funcionarios y con productos muy innovadores para lo que es el mercado, […] no solo atender al mercado nuestro, sino también al mercado de exportación. Quinto, es muy importante destacar que como presidente de la CIU, y aun sin serlo, he tenido la oportunidad de visitar muchas industrias uruguayas, y realmente, para el volumen nuestro y con los problemas de un Mercosur que no funciona como debería: que el productor uruguayo cargue su camión, llegue a Argentina o Brasil y no tenga una doble imposición tributaria; que su producto vaya con certificado de origen emitido por una unidad respetable y seria –valga el ejemplo– como es la CIU ya debería permitir que esos productos entraran a un verdadero mercado y que no tuviéramos siempre el temor de que los brasileños o los argentinos –como nos complicaron la vida hace cinco años– si algún producto uruguayo no les sirve nos compliquen la vida. Países como Israel, si bien tienen poca masa crítica, pueden exportar el 80 % de lo que fabrican, sus productos de alta tecnología.

Esto nos lleva de vuelta al tema que es clave: hay en Uruguay una masa crítica muy importante de productos y de empresas que han incorporado tecnología, hay un montón de empresas que efectivamente, como dijo la señora ministra, como dijo Fontán, como dijo el oyente, están conectadas por sistemas, por internet o parecido, en los cuales las máquinas se autodiagnostican y le dicen directamente de Italia, de Alemania, de Estados Unidos cuál es el problema que está teniendo. O aún más, le dicen si están operando la máquina en forma eficiente, como el fabricante dijo que tenía que ser.

Pero esos son dos mercados, uno es la realidad del país y otro es la realidad que queremos llevar. Países tecnificados y avanzados son los que van en el mundo. Creo que es importante tener por ejemplo energías, no solo por lo que estamos haciendo con la señora ministra de buscar energías baratas para la industria; la energía debe ser barata para todo el aparato del país, no solo para la industria, no solo para aquellas empresas que clasifiquen en la categoría de industrias consumidoras, sino en general. Hoy a Uruguay le están sobrando unos cuantos miles de megavatios y que a veces se venden o se están exportando a valores que no son los correctos. Estaría bueno tener toda esa energía en el país para que cualquier persona pueda disponer de ella y buscar proyectos, que no sea complicado, que no se cobre una tarifa fija a las empresas solo por tener energía, que nos preocupemos también de, en esa innovación permanente que estamos haciendo, tener el apoyo del gobierno en todos aquellos sectores, como lo estamos teniendo con el MIEM. Me gustaría tener el mismo apoyo que tenemos del MIEM por ejemplo de Economía, o de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto en el Plan Nacional de Competitividad. Porque todo esto va ligado a una sola cosa que se llama números. Las empresas tienen que ser rentables, autosustentables, lo acaba de decir el señor presidente de la República en la OIT, en Ginebra. Hoy en día es clave la sostenibilidad de las empresas. Entonces de nada nos sirve tener una empresa que invierta mucho dinero, que se tecnifique, que incorpore una tecnología 4.0 si después por razones de costos o de productos de demanda no puede desarrollarse, cierra y provoca la pérdida de puestos de trabajo.

CC —Estoy de acuerdo y me ocupa el tema de que el cambio de la matriz eléctrica deba devolverse a toda la sociedad. Absolutamente de acuerdo. Estamos en ese camino, lo que pasa es que es un camino, lo primero que hicimos fue con las empresas electrointensivas, que nunca se había hecho, que fue asociar la producción al consumo de energía y a un beneficio. Ahora bajamos ese muro a las que son un poco menos electrointensivas. Y a mí me preocupan los hogares. Hay que hacerlo con cuidado. Yo tengo algunas ideas que estamos trabajando con UTE y con el resto del ministerio y vamos a seguir trabajando. Me preocupa la competitividad de las empresas y me preocupa hacerlo de manera equilibrada, por eso este camino que estoy planteando. Porque tampoco podemos jugar con la facturación de UTE. Entonces el tema de las redes inteligentes puede ser parte de la solución. Es una convergencia de cuestiones que hay que ir conduciendo. Pero comparto la visión.

CA —Las nuevas tecnologías de almacenamiento de energía también colaboran en ese proceso y surge la movilidad eléctrica que da esa posibilidad.

CC —También, exacto.

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EC —Quiero ser un poco más preciso con los integrantes de este panel a propósito de qué está haciendo el Estado, cómo está dándose la relación entre Estado y privados en esta dirección.

CC —Primero, te felicito por esta iniciativa de las mesas de tecnología, las mesas TIC, para mí ha sido un gusto participar en esta. De aquí voy a la Cámara Mercantil de Comercio y Servicios (CNCS), porque ahí estamos organizando una feria de beneficios para las pymes. Estamos recorriendo todo el país acompañados por la CIU, el LATU, Uruguay XXI, la ANII, el Ministerio de Economía, con el Área de Estímulo a las Pymes. Y con la CNCS decidimos hacerlo ahí para las pymes que están asociadas.

¿Qué estamos haciendo en Uruguay? De la misma manera que Carlos hablaba de cuestiones que convergen naturalmente hacia la industria 4.0, estamos desarrollando una gran cantidad de programas con fondos no reembolsables, estamos interactuando con la educación, estamos trabajando en una energía más competitiva, nos hemos integrado al Gabinete de la Transformación Productiva y la Competitividad. Hemos planteado una iniciativa en electrónica, porque creemos que la industria de software precisa una industria electrónica, que es incipiente en Uruguay, para seguir desarrollándose. La industria electrónica acá tiene la materia prima, en la parte de diseño, que es la materia gris de una gran cantidad de estudiantes y de profesionales, pero le faltan las facilidades. Entonces estamos trabajando en el Poder Ejecutivo en un programa y seguramente un proyecto de ley para abrir las válvulas para que la industria electrónica se pueda desarrollar en Uruguay. Eso de la mano con una industria del software madura, con unas buenas telecomunicaciones y con una energía que estamos trabajando en que sea más económica también forma parte de ese cimiento.

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EC —¿Qué está haciendo el Estado a partir de aquel convenio firmado con la Cámara de Comercio Uruguayo-Alemana hace dos años? ¿Qué dice el presidente del LATU?

FF —Para empezar, parte de la implementación de la industria 4.0 implica la preparación de los trabajadores para que puedan entender los desafíos tecnológicos de este paradigma industrial. Para citar un caso de algo que venimos trabajando en conjunto con el MIEM y con el Centro de Formación Técnico-Profesional, con UTU, menciono el Centro de Mecatrónica, que está localizado en el LATU. El LATU, gestionado en conjunto por el MIEM, el Banco República y la CIU, trabajando en conjunto con el ministerio y con UTU, está llevando adelante ese centro.

EC —Se llama Caime (Centro de Automatización Industrial y Mecatrónica).

FF —Mecatrónica parece un concepto que asusta, pero es lo que está detrás de la implementación de este concepto de industria 4.0. Con el Caime estamos formando trabajadores para la industria, reciclando trabajadores con formación en la operación de cadenas industriales tradicionales para que se adapten a trabajar en las nuevas cadenas.

También es muy destacable lo que está haciendo el Plan Ceibal con la robótica en los liceos, estamos formando a los adolescentes. Basta verlo, en la prensa salió hace pocos días el grupo de estudiantes de Tala que fue reconocido por el logro que tuvieron en el diseño de una solución robótica a un problema de su comunidad, un tema que tenía que ver con una plaga que querían combatir.

Hay acciones por un lado de preparar a los trabajadores para que puedan entender estas nuevas tecnologías, hay instrumentos. Basta con citar el Fondo Industrial del MIEM, los fondos de apoyo a la innovación de la ANII, el fondo Enrique Viga, que compartimos LATU y ANII precisamente para que las empresas planteen sus desafíos de competitividad y puedan no venir con un proyecto –porque a veces es difícil venir con un proyecto–, puedan venir con un problema y se pueda licitar la solución y se les pueda dar 60 %, 70 % de los fondos necesarios –según el modelo de presentación– no reembolsables para resolver el problema, por ejemplo.

EC —Ahí tenemos un panorama, tenemos una parte de lo que está armando, de lo que está ofreciendo en este caso una institución como el LATU, en la que convergen el Estado y los privados.

WC —He visitado el Departamento de Mecatrónica del LATU y es el primer nivel del mundo. Es muy importante la posibilidad que se le brinda a la gente de saber lo que son los procesos industriales, sobre todo lo que eso implica de traslado, llevado, formado y procesado de materias primas, productos armados, ensamblados. Está muy bueno el Centro de Mecatrónica.

Es muy importante también pensar los conceptos que hay que manejar en la industria. En 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, un japonés hizo un enchufe, se lo dio a los vendedores, les dijo: “Salgan a vender este producto”. A los 15 días vinieron medio con la cola entre las patas y le dijeron: “Honorable señor, el enchufe no se vende”: “¿Cómo que no se vende? Hice el mejor enchufe del mercado”. “Usted hizo el enchufe que quería usted, no el que el mercado realmente quería”. Ese señor fue Akio Morita, fundador de Sony, y descubrió que hay que hacer lo que el mercado quiere, no lo que uno cree que quiere el mercado.

Hay que pensar cuál es la industria uruguaya que quiere trabajar y cuál es la que puede trabajar en condiciones competitivas. Hay que pensar en los conceptos de innovación disruptiva, qué es la innovación disruptiva, cómo lo que conocíamos como mágico y seguro, que no iba a cambiar, cambia hoy, cómo los puestos de trabajo del futuro van a cambiar. Warren Buffett, millonario americano, acaba de comprar la Wrigely, la fábrica de chicle, por una cifra millonaria, porque descubrió que no va a haber cambios ni en los jóvenes, ni en los millennials, ni en los veteranos en cómo se mastica el chicle. Son conceptos de lo que es la tecnología, adonde tenemos que llegar.

La Cámara tenía el programa Industria en la Escuela, porque no solo es muy importante la formación de las ceibalitas, también es importante que los chicos vean cómo se pueden desarrollar procesos industriales en Uruguay. Las condiciones que hoy en día da el MIEM para que las empresas puedan acceder a tecnología son muy buenas, pero, insisto, hay que darle al país competitividad, porque estamos muy bien en Doing Business y estamos en el puesto 128 en 144 en relaciones y flexibilidad laboral. Hay que permitir el concepto de antes de los aprendizajes, porque a veces yo escucho que dicen “el trabajo infantil” como que fuera algo complicado, y dice Alvin Toffler: “el trabajo infantil debería dejar de ser castigado para pasar a ser estimulado”. Según el autor Alvin Toffler, hombrecitos de 14 a 16 años están mejor cualificados que muchos adultos para vender ordenadores, computadoras o manejar máquinas de alta tecnología 4.0. Entonces es importante la formación de los chicos, la preparación, que a nivel de las escuelas, de los liceos ya se prepare y se vea cuál es el futuro, porque si no tenemos juventud que está pensando en irse de la clase porque no le interesa lo que está aprendiendo y después es gente que no se capacita y que no tiene lugar para el mundo que viene.

En la industria reclamamos eso, reclamamos competitividad, adecuación laboral, flexibilidad laboral. Que si una persona trabaja tres o cuatro días en un área automáticamente ya es oficial no, el aprendizaje es permanente, la capacidad de la gente de tomar su propia decisión, hasta de decir cuándo quiere tomar su licencia, cuándo quiere irse. Eso es el internet de las cosas, es la adecuación, la flexibilización de todos los procesos productivos, no solo de la tecnología, sino también del ser humano, como esencia misma del ser humano.

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