Continuamos con la serie dedicada a los sellos editores que han hecho un inmenso aporte a la música uruguaya.
Por Eduardo Rivero ///
Cuando arrancaban los años 70, un pequeño colectivo de personalidades vinculadas a nuestra cultura maduró la más original -y bienvenida- de las ideas: colocar en el mercado un sello editor de música sin fines de lucro y a la vez apuntando a la alta calidad en todos los aspectos de sus ediciones, que volcara el producto de las ventas en la financiación de nuevos discos. Una premisa que se mantiene intacta en la empresa hasta hoy, tras décadas de fecunda actividad.
Conviene mencionar a aquel núcleo de impulsores iniciales: Daniel Viglietti, José Pepe Guerra, Braulio López, Myriam Dibarboure, María Teresa Sande, Edgardo Bello y ya desde el comienzo en un puesto de vanguardia, el multifacético e inolvidable Coriún Aharonián.
Se estableció que el nuevo emprendimiento tendría dos etiquetas editoras: Ayuí para la música popular, y Tacuabé para la culta. La elección de esos nombres no fue simplemente ocasional: Ayuí era el arroyo en cuya margen José Artigas estableció el primer gobierno independiente del poder imperial español en 1812. Tacuabé era el nombre de un cacique charrúa apresado por los franceses y llevado a París, donde sería exhibido como una simple curiosidad étnica hasta su muerte.
Ya desde el comienzo Ayuí/Tacuabé innovó en todo, en el marco de un mercado fuertemente extranjerizado y con ediciones muy poco cuidadas (algunas realmente penosas): las carátulas serían diseñadas por artistas gráficos de peso, como -por mencionar apenas uno- el enorme Hermenegildo Menchi Sabat; se incluiría una completísima ficha técnica incluyendo personal completo, y hasta marca y tipo de cinta magnetofónica y micrófonos utilizados en el estudio de grabación; asimismo, los ejemplares saldrían al mercado numerados, como forma de asegurar al intérprete un control cabal de las ventas. Ya por todo esto podemos señalar que hay un antes y un después de Ayuí/Tacuabé en la música nacional.
El catálogo de ambos sello fue consolidado rápidamente, conformando un enorme aporte a la cultura uruguaya en el más amplio sentido.
Las primeras ediciones fueron dedicadas a Los Olimareños, los escritores Juan Capagorry y Milton Schincha, el humorista Wimpi y el guitarrista de tango Agustín Carlevaro, así como el destacado pianista y compositor del área culta Héctor Tosar. En esos inicios también jugó un rol preponderante la existencia de contactos internacionales, gracias a los que se fueron incorporando al catálogo los integrantes del nuevo movimiento de la Trova Cubana Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, con su disco Cuba va, primera edición a nivel internacional de esos intérpretes. También a los músicos de tango argentinos Juan Cedrón y Susana Rinaldi, la cantante argentina de música sefaradí Dina Rot, los cantantes populares chilenos Angel y Violeta Parra, los españoles Paco Ibañez y Raimón y el pianista y cantante cubano Bola de Nieve, entre otros.
La llegada de la dictadura significó, además de un trauma político, un auténtico terremoto cultural que, sin embargo, no logró quitar a Ayuí/Tacuabé del mercado. En esos oscuros años, Coriún Aharonián asumió el rol de coordinador general de los sellos. En su política cultural tuvo un papel preponderante el descubrimiento de nuevos talentos, importantes en sí mismos, pero también por su condición de ser capaces de tomar la antorcha que habían dejado quienes debieron marchar al exilio. Aparecieron así primeros discos de Carlos Pajarito Canzani (1975), Jaime Roos (1977), Los que iban cantando (1977), y también de Rubén Rada (1975), Dino (1976) y de los integrantes de la llamada Generación de 1978 entre quienes están Leo Masliah, Fernando Cabrera, Jorge Galemire y el grupo Rumbo donde estaban, entre otros, Mauricio Ubal y Laura Canoura.
En esos años también se editaron trabajos de gran importancia en música culta del guitarrista Abel Carlevaro, la clavecinista Eva Vicens y los pianistas Luis Batlle Ibañez, Héctor Tosar, Hugo Balzo, Reneé Pietrafesa, Nybia Mariño y Lyda Indart. Es importante señalar que en esos años Ayuí/Tacuabé tenían el único catálogo en el mundo de música culta contemporánea latinoamericana.
En 1983 asumió como coordinador general -posición que mantiene hasta hoy- el cantautor Mauricio Ubal.
En los años de la restauración democrática, Ayuí/Tacuabé siguió descubriendo nuevos talentos y ofreciendo una primer oportunidad de dar a conocer su obra a través del disco. Entre otros, se editaron los primeros trabajos de Jorge Schellember, Mariana Ingold, Esteban Klisich, Alberto Wolf, Alejandro Ferradás, Walter Bordoni, Tunda Prada, Gastón Rodríguez y Jorge Drexler. El catálogo era ya de una amplitud y un eclecticismo que iba del payador Carlos Molina a El Cuarteto de Nos, de Mario Benedetti y Eduardo Galeano en su propia voz, hasta Eduardo Mateo y la Tabaré Riverock Banda.
Un momento bisagra en el mercado discográfico a nivel mundial y, por lógica, también uruguayo, fue la aparición del disco compacto o CD. En 1993 se cierra en nuestro país la última fábrica de discos de vinilo. El primer CD editado por Ayuí, en el invierno de 1993, fue Fines, del cantautor Fernando Cabrera. Alrededor de 1997 se editaban alrededor de 25 CD diferentes.
Se optó, además de nuevos lanzamientos, por una necesaria política de reedición en el nuevo formato de vinilos de importancia histórica. Fueron reflotados materiales de artistas como las vocalistas de tango Lágrima Ríos y Elsa Morán y el cantautor de música de inspiración rural Anselmo Grau. Mediante un convenio con el SODRE, se editaron obras de Eduardo Fabini, Héctor Tosar, Luis Campodónico y Diego Legrand. Otro importantísimo convenio fue el establecido con la hoy desaparecida revista Postdata, resultando en una excepcional serie de 17 CD con música nunca antes editada en formato digital.
Poco después, 1996, los 25 años de Ayuí/Tacuabé fueron festejados con una inolvidable gala en el Teatro Solís, en la que quien escribe tuvo el honor de participar.
En 2001 abrió sus puertas Ayuídiscos, una disquería propia que pasó a formar parte del complejo cultural del teatro El Galpón. A través de un convenio con el canal municipal TV Ciudad se grabaron 32 videos de 16 artistas pertenecientes al catálogo del sello.
La gravitación de internet, tan inevitable como innegable, ha llevado a Ayuí/Tacuabé a tener desde 2003 un completo sitio web, que fue totalmente reciclado en 2011.
Es importante señalar que sus ediciones no se han limitado a la música, ya que también han aparecido libros de especial interés cultural, entre los cuales hay obras de Coriún Aharonián y Rubén Olivera.
Como músico, como crítico musical y como comunicador, considero a Ayuí/Tacuabé parte de mi vida. El sello me ha dado el honor de editar tres CD con mi participación: El vuelo del zorzal, disco de canto en el que canto el repertorio gardeliano, Debes esforzarte más, del grupo de rock Lavanda Elástica que integré, y la recopilación de audios históricos de los dos ciclos del espectáculo Nosotros Tres, que integré junto a Jorge Galemire y Eduardo Darnauchans.
Pero además se trata de un sello que respeto y admiro y que tuvo dos coordinadores generales que son un capítulo enorme de mi formación musical: mi maestro en análisis musical, Coriún Aharonián, y mi colega y amigo Mauricio Ubal, a quien conocí en los lejanos años de mis estudios en el liceo Dámaso Antonio Larrañaga.
Larga vida al sello, entonces, y a su inestimable aporte a la cultura uruguaya. Por vaivenes que viva el mercado, por amenazas tecnológicas que sigan apareciendo, estoy seguro de que la premisa esencial de música sin fines de lucro que realimenta nuevos discos seguirá vigente pese a todos los pesares.
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Urquiza esq. Abbey Road es el blog musical de Eduardo Rivero en EnPerspectiva.net. Actualiza los miércoles.