Según datos que divulgó el BCU, el PBI se mantuvo prácticamente estancado en el primer trimestre de 2016. La comparación contra el cuarto trimestre de 2015 dio cuenta de una suba de 0,1 %, mientras que la comparación contra el mismo trimestre del año pasado mostró una caída de 0,5 %. Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
Análisis económico
Jueves 16.06.2016
Según los datos que divulgó ayer el Banco Central, el Producto Bruto Interno se mantuvo prácticamente estancado en el primer trimestre de 2016. En concreto, la comparación contra el cuarto trimestre de 2015 dio cuenta de una suba de 0,1 %, mientras que la comparación contra el mismo trimestre del año pasado mostró una caída de 0,5 %.
Para analizar en detalle estos datos y para ver las perspectivas para este año, estamos en diálogo con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Para empezar, Florencia, ¿Cuál fue la primera lectura de estas cifras? ¿Estuvieron en línea con lo que esperado?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC) —En lo que es el número global estuvieron muy en línea con lo que esperábamos. De hecho estábamos aguardando una variación de 0,1 % en la medición desestacionalizada (frente al cuarto trimestre de 2015) y una caída interanual de 0,6 % (es decir, sólo una décima superior al dato efectivamente observado).
Teníamos ya numerosos indicadores que nos permitían prever que la situación de estancamiento que se fue consolidando en el transcurso de 2015 se había mantenido al inicio de este año y las cifras conocidas ayer nos lo terminaron confirmando. Más aún, en estas cifras del primer trimestre tuvimos una contribución importante de una mayor generación hidroeléctrica y eólica…. El PBI sin electricidad, que a nuestro juicio es un mejor indicador de la evolución de la actividad económica (al dejar de lado vaivenes de un sector que tienen más que ver con razones climáticas que económicas), tuvo un desempeño muy malo en el inicio del año…
RA —¿Cómo evolucionó concretamente el PBI sin electricidad?
FC —En el primer trimestre del año tuvimos, como decía recién, una buena generación hidráulica (por las abundantes lluvias que se vieron sobre todo en el norte del país) y una mayor generación eólica también, todo lo cual derivó en un crecimiento del sector de Electricidad, gas y agua de casi 20 % en la comparación con el último trimestre de 2015 y de 15 % en la comparación interanual. Con lo cual, si no consideramos la incidencia de este sector, el PBI sin electricidad cayó 0,4 % frente al cuarto trimestre del año pasado y acumuló una baja de casi 1 % frente a los niveles de un año atrás.
RA —¿Y cómo fueron los desempeños de los demás sectores de la actividad económica?
FC —La verdad que la caída de la producción fue muy generalizada a nivel sectorial… Más allá del sector de Electricidad, gas y agua que comentábamos recién, el único sector que creció en enero-marzo fue Transporte, almacenamiento y comunicaciones, que creció 1,9 % frente al cuatro trimestre de 2015 y 2,6 % en la comparación con los niveles de un año atrás… Según señala el mismo comunicado, este agregado creció por el impulso exclusivo de las comunicaciones (sobre todo por el dinamismo que todavía mantienen los servicios de datos), que más que contrarrestó la caída a nivel de las actividades de transporte y almacenamiento.
En el resto de los grandes sectores que componen el PBI, la tónica fue de caída…. Concretamente, las actividades primarias cayeron casi 2 % frente al trimestre inmediato anterior y más de 4 % en la comparación interanual, debido a la menor actividad agrícola en este último verano y a un descenso de la producción ganadera de carne y de leche, que no pudo ser compensado por el sostenido crecimiento de la silvicultura. De la misma manera, la construcción y el agregado de comercio, restaurantes y hoteles, que habían tenido cierta recuperación sobre el cierre de 2015, volvieron a contraerse en el inicio de este año y acumularon caídas de 4,7 % y 4,5 % en la comparación interanual.
Y finalmente, la industria manufacturera y el agregado Otras actividades (que engloba varios servicios diversos) se contrajeron 1,2 % frente al cierre de 2015 en ambos casos y quedaron prácticamente estancados en la comparación con los niveles del mismo trimestre del año pasado.
En definitiva, Romina, la actividad económica tuvo un desempeño realmente pobre en el inicio del año, con casi todos los grandes sectores de actividad sufriendo caídas tanto en la comparación frente al trimestre inmediato anterior como en la comparación con las cifras de un año atrás.
RA —¿Y cómo fue el comportamiento de los principales componentes de la demanda? ¿Qué pasó con el consumo, la inversión y las exportaciones?
FC —Estas cifras de inicios de 2016 volvieron a marcar una caída significativa de la demanda agregada, de 5 % en la comparación con los niveles de un año atrás. En particular, sobresalió una contracción muy fuerte de la inversión, tanto pública como privada. Concretamente, la inversión bruta fija se retrajo 22 % en la comparación interanual, con caídas de 25 % a nivel de la inversión pública y de más de 21 % a nivel de la inversión privada…
Mientras tanto, el Consumo Privado, que había cerrado 2015 con una variación nula en el promedio del año, registró una contracción de 0,8 % en enero-marzo de este año, mientras que el consumo público (es decir, los gastos corrientes del sector público, sin transferencias) continuó aumentando, subieron 1,3 % en el trimestre, pero moderó sensiblemente su ritmo de expansión respecto al año pasado, cuando había aumentado 2,6 % en el promedio del año. Y finalmente, las exportaciones de bienes y servicios en términos reales crecieron 1,8 %….en este caso mostrando cierta dinamización frente a lo visto en 2015, cuando sufrieron una caída de más de 1 % en el año.
Esa caída de 5 % a nivel de la demanda agregada no se reflejó en una contracción comparable a nivel de la actividad económica gracias a que volvimos a ver una caída fuerte de las importaciones, que bajaron más de 17 %. Como comentamos cuando analizábamos las cifras de cierre de 2015, en parte como respuesta automática a la menor demanda y en parte a instancias de la suba observada del tipo de cambio en los últimos dos años, que encarece particularmente los bienes importados.
RA —Más allá de las cifras, ¿cómo se explica este freno tan marcado de la actividad económica?
FC —A nuestro juicio en este estancamiento de la actividad económica (que fue en realidad una leve retracción si no consideramos la generación de electricidad), inciden tanto factores externos como internos. Otras veces comentamos en este espacio que hemos visto desde 2014 un deterioro bastante notorio del marco internacional, con caída de los precios de los commodities, fortalecimiento del dólar, un enlentecimiento significativo de las economías emergentes (en particular, de China) y un contexto regional que agrega dificultades, en el que tenemos a ambos vecinos en recesión…
Y a ese panorama externo se agrega que a nivel local se produjo en los últimos años una profundización de varios desequilibrios macroeconómicos: un déficit fiscal en más de 3,5 % del PBI, inflación alta (ya desde hace algunos meses por encima de 10 %), incrementos de salarios a un ritmo superior a la productividad y pérdida de competitividad frente a varias referencias relevantes (en particular, con Brasil). En ese marco, el clima de expectativas ha mostrado un fuerte deterioro, tanto a nivel del sector empresarial como entre los consumidores…
Todos estos elementos explican el freno que vimos en nuestra actividad económica y la caída que estamos viendo desde el año pasado a nivel de la demanda agregada.
RA —Para terminar, entonces, y a la luz de ese diagnóstico, ¿cómo son las perspectivas para este año? ¿Hay un riesgo de que terminemos con una caída del nivel de actividad?
FC —Estamos revisando las proyecciones pero pensamos que a la luz de estas cifras y de otros elementos que se han ido sumando en los últimos meses, hay un riesgo cierto de que veamos una caída de la actividad económica… Por ahora, nuestras proyecciones apuntan a un crecimiento nulo en 2016, pero no podemos descartar inclusive una caída leve si tenemos en cuenta los anuncios de aumentos de impuestos y recortes de gastos que realizó el gobierno el mes pasado. Si bien la mayoría de esas medidas comenzarían a regir en 2017, el sólo anuncio tiene impactos en las expectativas y en las decisiones de gasto de los afectados.
De todos modos, Romina y más allá de si la variación del PBI termina siendo nula o levemente negativa, nuestro escenario base no es por ahora un escenario de caída fuerte de la producción… Ahora, eso tiene que ver en parte con que estamos esperando una progresiva suba del dólar, que va a ir permitiendo una mejora de competitividad y un sostenido ajuste de nuestro sector externo (con menos importaciones que dejen más espacio a la producción local, tal como hemos visto en los últimos trimestres). Ahora, si el dólar no retoma una senda alcista en los próximos meses, nos parece que la probabilidad de que la actividad económica termine teniendo un peor desempeño y que el PBI cierre 2016 con una caída aumenta…
En otros términos, nos parece que si se prolonga el escenario de relativa estabilidad (o baja) del dólar que estamos viendo de marzo a esta parte en Uruguay, eso podría suponer algo menos de inflación pero también implicaría a nuestro juicio algo menos de actividad económica… salvo que veamos al mismo tiempo una fuerte mejora del escenario externo que hoy no estamos contemplando. En ese sentido, si bien en estas últimas semanas hemos visto una recuperación significativa de los precios de algunas materias primas (en particular de la soja), a nuestro juicio esto refleja situaciones particulares de oferta a nivel mundial y no el comienzo de una nueva tendencia de tonificación generalizada y firme de los commodities.
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Foto en Home: Moneda nacional (foto ilustración). Crédito: Javier Calvelo/adhoc Fotos.