La tasa de desempleo se situó en marzo en 9% de la población económicamente activa, según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadísticas. Ese dato marca una suba fuerte en relación al 8,2% de febrero. Se trata, además, del valor más alto desde mediados de 2007.
¿A qué responde esta suba de la desocupación? ¿Cómo quedan las perspectivas para los próximos meses?. Lo analizamos con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA) – Pablo, ¿cómo evaluaron este dato?
Pablo Rosselli (PR): El dato de marzo fue francamente malo… Emiliano decía que fue el peor registro mensual desde 2007… de diez años… Y supone un incremento del orden de un punto porcentual en relación a los valores que veníamos observando desde hace algunos meses… En febrero el desempleo había sido de 8,2%, en enero de 8,1% y a fines de 2016 habíamos tenido algunos valores debajo de 8%.
Por lo tanto, Romina, el dato de marzo fue francamente malo.
Sin embargo, y como siempre advertimos al comentar estas cifras, los indicadores del mercado de trabajo tienen mucha volatilidad y, por lo tanto, no deberíamos sacar conclusiones apresuradas en base a un solo dato mensual.
RA – Está clara la advertencia, Pablo. Ahora, ¿a qué se debió este incremento de la desocupación en marzo? ¿Hubo una caída importante en los puestos de trabajo?
PR – La tasa de empleo tuvo una baja en relación a febrero, pero fue una baja pequeña, de sólo 0,2%… Por lo tanto, parte de la suba del desempleo del último mes es por menos puestos de trabajo… Ahora, si miramos los últimos dos o tres meses, la tendencia parece reflejar más bien una relativa estabilidad en la cantidad de puestos de trabajo.
De todos modos, es importante marcar que la tasa de empleo hoy se encuentra en niveles sensiblemente más bajos que los de hace tres años… En concreto, la tasa de empleo (que mide la cantidad de personas que tienen trabajo sobre las personas en edad de trabajar) se ubica en torno de 58% mientras que a comienzos de 2014, cuando la economía todavía crecía a un ritmo fuerte, rondaba el 60%… Ese descenso de la tasa de empleo en esa comparación contra 2014 significa que el país perdió unos 40.000 puestos de trabajo en los últimos tres años… Esa pérdida de empleos fue paulatina, pero la mayor parte ocurrió en el transcurso de 2014 y 2015.
RA – ¿Y qué pasó con la cantidad de gente que busca trabajo? Decías que “parte” del mayor desempleo en marzo era por una reducción de puestos de trabajo… Me imagino, entonces, que en marzo tuvimos más gente buscando empleo… ¿Es así?
PR – Es cierto… Lo que mostraron las cifras de marzo es que la tasa de actividad (medida como el porcentaje de personas en edad de trabajar que participa del mercado laboral, ya sea porque esas personas están ocupadas o porque están buscando empleo activamente) se situó en 63,7%, 0,3% por encima del registro de febrero…
Tuvimos más gente buscando trabajo en marzo y eso tuvo una incidencia en la suba de la desocupación…
Más aún, si comparamos los valores de marzo con los registros de hace tres o cuatro meses, la conclusión que tenemos que sacar es que básicamente tenemos ahora un desempleo de 9% porque hay más gente buscando empleo… En cambio, más allá de la caída puntual de marzo, la tendencia del empleo de los últimos meses ha sido de relativa estabilidad, como decía antes.
RA: – ¿Y por qué razón, Pablo, la gente está buscando más trabajo ahora?
PR: – Es una buen pregunta… En primer lugar y como dijimos antes, todos estos datos son muy volátiles y por lo tanto tenemos que aguardar algunos meses para ver si realmente se consolida una tendencia clara de más gente buscando trabajo…
Lo que sí sabemos es que, en los últimos años, junto con la reducción del empleo también se observó una caída en la cantidad de personas que buscaba de trabajo. Este es un comportamiento habitual, muy bien documentado y ocurre en todo el mundo (no sólo en Uruguay): cuando la gente piensa que hay más trabajo se motiva y busca empleo y cuando piensa que hay menos oportunidades deja de buscar trabajo.
Una hipótesis que podemos formular, si se consolida este aumento en el número de personas que busca empleo, es que la población puede estar percibiendo que la situación económica está mejorando y que por lo tanto haya una expectativa de mejores oportunidades laborales que aliente el retorno al mercado de personas que se habían alejado en los años previos.
De hecho, como ya hemos hablado otras veces en este espacio, estamos viendo desde la segunda parte de 2016 mejoras en varios indicadores relacionados a la actividad económica… y también parece estar consolidándose un mejor clima de expectativas. Por ejemplo, el indicador de confianza de los consumidores que realizan la Universidad Católica y Equipos consultores ingresó en terreno de “moderado optimismo” por primera vez en dos años.
RA: – ¿Y cómo es el análisis cuando se mira por separado Montevideo y el Interior del país, Pablo?
PR: – Si miramos el último mes, el desempleo subió esencialmente en Montevideo, donde pasó de 8,1% en febrero a 10,1% en marzo… En el Interior prácticamente quedó igual… de hecho, bajó de 8,3% a 8,2%.
RA – Para terminar y a la luz de estas cifras, ¿cuáles son las perspectivas para los próximos meses?
PR – El mercado de trabajo tuvo un deterioro claro en los últimos meses… Pero dada la volatilidad mes a mes que tienen estos datos no debemos apresurarnos en sacar conclusiones.
De todos modos, hay algunas cosas a tener en cuenta… En primer lugar, hace ya bastante tiempo que veníamos con tasas de desempleo elevadas, en el entorno de 8%… que si bien para la historia de Uruguay no parecen muy altas sí lo son dentro de cualquier comparación internacional. Este aumento en la cantidad de personas buscando empleo en los últimos meses, origina este salto a 9%… Es como una luz amarilla pero en realidad ya veníamos con malos indicadores en el mercado de trabajo.
En segundo lugar, pese a que la actividad económica está mostrando un mejor desempeño desde el tercer trimestre de 2016, el empleo todavía no da señales de reactivación… En este sentido, un elemento que nos hace ser cautelosos es que a nivel de las empresas parece haber una reticencia fuerte a contratar personal… De hecho, nuestra última encuesta de expectativas empresariales realizada en abril mostró que todavía un 25% de las empresas grandes esperan una reducción de su plantilla laboral para el año próximo y menos de 10% espera aumentar su plantilla de trabajadores.
RA – ¿Y a qué atribuyen ustedes esa reticencia de las empresas a contratar?
PR: – Probablemente eso tiene que ver, por un lado, con que todavía hay elementos de riesgo que pueden afectar el ritmo de recuperación de la actividad económica…
Por otro lado, y probablemente mucho más importante, los costos laborales han seguido aumentando en los últimos años… Pese a que la actividad económica estuvo prácticamente estancada desde la segunda parte de 2014 hasta mediados de 2016, los salarios continuaron subiendo en términos reales… Y si los salarios suben y la producción no sube, las empresas no tienen otro camino para contener los costos salariales que recortar el empleo.
En suma, Romina, tendremos que ver si los datos de los próximos meses confirman un desempleo en torno de 9% o si volvemos a valores algo más bajos… Todavía no podemos aventurar un pronóstico en ese sentido… Lo que sí nos parece probable y que debemos contemplar en nuestros pronósticos es que la reactivación de la actividad económica que prevemos para este año no va a ser acompañada de una creación de empleos importante ni de una mejora rápida en las condiciones del mercado de trabajo.