El INE informó ayer que el IPC subió 0,5% en mayo. Con ese registro, la inflación en los últimos doce meses se ubicó en 8,4%, aumentando por tercer mes consecutivo.
¿Qué está detrás de este repunte de la inflación en los últimos meses? ¿Cuáles son las proyecciones para adelante? De esto conversaremos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
Florencia, antes de entrar en el análisis del dato del mes pasado quizás sea bueno comentar un poco como es que el INE calcula la inflación… Te lo planteo porque es muy frecuente cuando analizamos los datos de inflación que nuestros oyentes luego nos escriban marcando que las cifras que comentamos suenan bajas en relación a la percepción que se tiene del ritmo al que están aumentando los precios en el día a día, en el almacén o en el supermercado, por decirlo de alguna manera… ¿Podés comentar brevemente cómo es que el INE computa el IPC?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
Sí, claro. A ver… la canasta del IPC está construida a partir de datos de la última Encuesta de Gastos e Ingresos de los hogares en Uruguay (que fue realizada entre 2005 y 2006) e intenta reflejar por tanto la composición de la canasta de consumo de un hogar uruguayo tipo, que incluye no solamente bienes de consumo corriente, del tipo de los que se compra en el supermercado o en el shopping, sino también otros bienes y servicios bien relevantes, como la salud, la enseñanza, el transporte, la vivienda, entre otros. Para medir cómo evolucionan los precios de todos los artículos incluidos en la canasta, el INE releva a su vez algunos productos (típicamente en lo que son bienes se procura tomar las categorías y marcas más vendidas en cada caso), procurando medir una referencia que sea representativa.
Por todo esto, es claro que la evolución del IPC puede no reflejar exactamente lo que está pasando con el costo de vida de cada hogar en particular (como decíamos, intenta reflejar el costo de la canasta de un hogar promedio)… Ahora, no por eso debemos dudar de la calidad de estos datos como indicador de lo que está pasando con los precios en la economía en general.
RA: – Está claro el punto. Comencemos entonces por analizar el dato de mayo que el INE divulgó ayer… ¿Cómo vieron ustedes esa suba del IPC de 0,5% el mes pasado?
FC: – Fue un dato bien alineado con lo que estábamos esperando. De hecho, nuestro pronóstico puntual para mayo era justamente de un 0,5%, con lo cual no tuvimos sorpresas allí. Como decía Emiliano, con este registro del mes pasado, la inflación anual volvió a subir, por tercer mes consecutivo. Esto era algo que veníamos advirtiendo en meses previos, cuando señalábamos que la baja de la inflación que habíamos visto hasta febrero de 2015 era transitoria y se explicaba esencialmente por la evolución de los precios administrados. De hecho, las presiones inflacionarias más persistentes no han dado muestras de ceder… y así lo sigue reflejando el indicador de inflación subyacente que elaboramos en Deloitte…
RA: – ¿En qué niveles se encuentra concretamente la inflación subyacente según sus estimaciones, Florencia?
FC: – Nuestra estimación de inflación subyacente (que mide la evolución de lo que está pasando con los precios de la economía, sin contemplar ni precios administrados ni frutas y verduras) se ha mantenido muy firme y en mayo en particular se ubicó en 9,7%… Está oscilando en torno de 9,5% desde hace más de un año…
Eso es una señal clara, como decía antes, de que las presiones inflacionarias están siendo muy persistentes… Como comentábamos el mes pasado, lo que estamos viendo es que a las presiones domésticas, que tienen su origen en subas de salarios que siguen siendo muy fuertes y en un gasto público que también ha venido subiendo a un ritmo importante, se agregó desde el año pasado la suba del dólar, que en los últimos doce meses acumuló un incremento de casi 16%.
RA: _- ¿Y esta suba del dólar está pegando en la evolución del IPC en los últimos meses?
FC: – Sí. Claramente…. Pega esencialmente en lo que llamamos la inflación transable, que refleja la evolución de los precios de bienes que se importan o se exportan. Estos precios suelen tener una referencia internacional (en dólares), con lo cual la evolución del tipo de cambio les afecta más o menos directamente. Ahora, como al mismo tiempo, los precios de los alimentos en el mundo han bajado significativamente, esto ha contribuido a moderar el impacto de la suba de dólar en este componente transable. De todos modos, incluso pese a ese descenso a nivel de las referencias internacionales de los alimentos, la inflación transable se mantiene por encima de 9% en los últimos doce meses.
RA: – ¿Y cómo están evolucionando los precios no transables, es decir, los precios de los bienes y servicios que no se comercian con el resto del mundo y por tanto no son impactados tan directamente por el dólar?
FC: – La inflación no transable se ha mantenido muy firme en torno al 10% anual en los últimos años y en mayo permaneció en esos niveles… apenas por encima del 10%. Como comentamos otras veces, esto refleja que, más allá de que la economía se está desacelerando, las subas fuertes de salarios que seguimos viendo suponen presiones inflacionarias muy persistentes también en estos rubros.
En definitiva, Romina, es claro que la problemática de la inflación no sólo es muy persistente sino que es muy generalizada. En este contexto, el hecho de que la inflación a nivel de los precios administrados haya bajado tanto en el último año y se ubique actualmente en menos de 4% en términos anuales es clave. No hay que perder de vista que los rubros administrados por el Poder Ejecutivo, entre los que se incluyen las tarifas, los boletos de transporte, la cuota mutual, entre otros, tienen un peso mayor al 20% en la canasta del IPC. Si no fuera por la evolución de este componente administrado, la inflación hoy estaría siendo sensiblemente más alta y se ubicaría bastante más cerca de la inflación subyacente que comentábamos antes, que en los últimos doce meses está apenas por debajo del 10%.
RA: – Frente a este panorama entonces, Florencia, ¿Qué podemos esperar para los próximos meses? ¿Qué proyecciones concretamente están manejando ustedes?
FC: – Por el momento no hemos modificado nuestros pronósticos y seguimos pensando en una inflación entre 8% y 8,5% tanto para este año como para el que viene. Como comentamos otras veces, estas proyecciones asumen cierta moderación salarial y una política fiscal también más austera, que permitan absorber la suba del dólar que necesita seguir procesando Uruguay sin un repunte muy abrupto de la inflación… En este sentido, será clave ver que se plantea en los próximos meses a nivel de la Ley de Presupuesto y en las pautas para la nueva ronda de negociación salarial… Si no viéramos esos ajustes a nivel de las políticas macro, nos parece que hay riesgos de que veamos una inflación incluso mayor, aun cuando la actividad económica se siga enfriando.