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Los problemas de la industria automotriz uruguaya en un contexto regional más difícil

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EN PERSPECTIVA
Análisis económico
Jueves 21.05.2015, 7:45 a.m.

EMILIANO COTELO (EC):
En estos días la empresa Chery-Socma, fruto de la sociedad entre la firma china Chery y la argentina Socma, anunció el cierre de su actividad de ensamblado de vehículos en Uruguay. La empresa había iniciado su producción en el país allá por 2007 y desde setiembre del año pasado había parado sus operaciones.

Ante esta noticia, hoy les proponemos centrar nuestro análisis económico de hoy en la industria automotriz, para entender mejor su desempeño reciente, su situación actual y sus perspectivas… De eso conversaremos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte

Florencia, para comenzar quizás sería bueno comentar las principales cifras de este sector. Por ejemplo, en términos de ingresos o exportaciones pero también en materia de empleo… ¿Qué dimensiones tiene esta industria en el país?

FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): Antes que nada hay que tener presente que muchas veces cuando se habla del sector automotor o la industria automotriz no sólo se considera a la actividad de ensamblado de autos sino también a la producción de partes y accesorios para vehículos… De hecho, las cifras de producción y de personal ocupado del INE consideran ambas actividades dentro de la misma rama industrial…

Ahora, si nos concentramos únicamente en la actividad de ensamblado de vehículos, estamos hablando de una industria que en 2014 armó unos 16.400 vehículos (incluyendo automóviles, camionetas y camiones), exportó unos 230 millones de dólares y que ocupó, según cifras del BPS, a casi 1.400 trabajadores.

Chery-Socma, en particular, armó unos 3.700 vehículos en 2014, mientras que las otras dos plantas armadoras, Lifan y Nordex, ensamblaron algo más de 6.300 vehículos cada una.

RA: – ¿Y cómo fue la evolución de la actividad de esta industria en los últimos años? ¿Los problemas que estamos viendo en estos últimos meses tienen que ver con dificultades que vienen desde hace varios años o se gestaron recientemente?

FC: – A ver… en términos de actividad la industria ha tenido variaciones bastante significativas en los últimos años, esencialmente asociados a problemas de acceso a la región. Hay que tener presente que esta industria destina casi la totalidad de su producción a los dos países vecinos, amparada en acuerdos comerciales, que le permiten ingresar sin pagar arancel siempre que se cumpla con algunos requisitos mínimos de origen regional.

Después de la creación del Mercosur, que significó el cierre de casi la totalidad de las plantas de ensamblado de marcas internacionales que operaban en el país, la industria de ensamblado de vehículos tuvo cierto resurgimiento en la segunda mitad de la década del 2000, sobre todo a partir del armado de vehículos de origen asiático… como es el caso de Chery o de Lifan, por ejemplo. En ese marco, las exportaciones de vehículos pasaron de unos 10 millones de dólares en 2004 a superar los 200 millones de dólares en 2011. Luego en 2012 la industria enfrentó los primeros problemas en la región, en particular con Argentina, que comenzó a restringir el ingreso de importaciones, y eso derivó en una contracción importante de la actividad ese año… A partir de 2013 la industria había logrado recuperarse, sobre todo de la mano de mayores colocaciones en Brasil, pero ya en la segunda parte del año pasado comenzaron a verse nuevas dificultades, porque a los problemas con Argentina se agregó una pérdida de competitividad cada vez más importante frente a Brasil.

Hay que tener presente que en los últimos años, en la medida que aumentaban los problemas de ingreso a Argentina, la concentración en Brasil fue creciendo…y en 2014 este destino llegó a concentrar el 80% del total exportado, con lo cual, la pérdida fuerte de competitividad que sufrimos con Brasil en los últimos meses es un golpe muy duro para esta industria…

RA: _- Florencia, ¿Y qué posibilidades tiene esta industria de salir fuera de la región?

FC: – Muy pocas… Esta es una industria de inserción netamente regional, que no tiene competitividad para salir al resto del mundo. De hecho, cómo decía antes, el armado de vehículos en el país se desarrolla esencialmente al amparo de algunas políticas de apoyo y protección dentro de la región, con beneficios arancelarios bien significativos, en una región que cobra aranceles muy elevados (de 35% tanto en Brasil como en Argentina) para el ingreso de vehículos de fuera de la región.
Ese arancel les permite a los armadores uruguayos entrar con un precio hasta 35% más alto que el precio de importación de un vehículo armado enteramente fuera de la región.

Y a eso se suma que este sector cuenta con algunas políticas de apoyo específico, que de hecho operaron como un factor de estímulo significativo para la reactivación que vimos en esta industria en la segunda mitad de la década de los 2000.

RA: – ¿A qué te estás refiriendo?

FC: – Me estoy refiriendo sobre todo a un sistema de reintegro a las exportaciones que es particularmente generoso… En general en el país el régimen de devolución de impuestos a las exportaciones tiene una tasa general de 2% sobre el monto FOB exportado, con la excepción de la industria frigorífica, a la que se le devuelve un 2,5% de lo exportado y algunas ramas, como la industria curtidora, la pesquera y alguna otra, que en un marco de fuertes dificultades tienen desde hace algunos años una devolución de impuestos transitoriamente más alta (de 3% sobre el valor FOB)…

En el caso de la industria automotriz (incluyendo la autopartista), existe un sistema especial, que le reintegra a las empresas de esta rama un 10% del valor FOB exportado… Se trata de un beneficio realmente importante para esta actividad.

RA: – Entonces, Florencia, frente a este panorama, ¿Cómo ven las perspectivas para la industria automotriz uruguaya?

FC: – En términos generales no vemos buenas perspectivas en el corto plazo para este sector. Las cifras de este inicio de 2015 están mostrando caídas muy fuertes (las exportaciones de vehículos cayeron casi 30% en los primeros tres meses del año), y la situación regional no nos permite ser muy optimistas para lo que resta de este año ni para el próximo… Los dos países vecinos están en recesión y presumiblemente van a tener correcciones adicionales de sus precios relativos en el transcurso de los próximos años… En otras palabras, es probable que veamos más subas del dólar en los dos vecinos. Con lo cual, en este contexto parece difícil que veamos una recuperación significativa de la actividad de esta industria.

La verdad es que la industria tiene muy poca competitividad, no tiene escala, opera con niveles de productividad muy bajos y ni siquiera con apoyos muy fuertes (como son los beneficios arancelarios en la región y la política de reintegro de exportaciones) ha logrado un posicionamiento competitivo sólido en la misma región… En estos momentos, con los dos vecinos en problemas, la industria no tiene muchas salidas.

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