El Instituto Nacional de Estadística informó esta semana que en noviembre la tasa de desempleo bajó a 7,4 %, su valor más bajo desde diciembre de 2017.
Romina Andrioli (RA): ¿A qué obedece esta caída? ¿Qué está pasando con la cantidad de personas ocupadas? ¿Hay diferencias a nivel geográfico o entre rangos de edades? Les proponemos analizar los últimos datos oficiales con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
Tamara, ¿cómo vieron los últimos datos del mercado de trabajo que divulgó el INE?
Tamara Schandy (TS): Fueron datos muy buenos, tanto por la caída de la tasa de desempleo que tú mencionabas recién como porque además mostraron un repunte en la tasa de actividad y en la tasa de empleo.
Concretamente, la tasa de actividad (que es el porcentaje de personas en edad de trabajar que se encuentra económicamente activa; esto es, o bien ocupada o bien buscando trabajo) se ubicó en 63,3 % en noviembre. Eso supone un aumento de 5 décimas respecto a la medición de octubre y de 3 décimas respecto al valor de un año atrás.
Y la tasa de empleo, que mide el porcentaje de ocupados sobre la población en edad de trabajar, subió a 58,6 % en noviembre, lo cual implica un incremento de más de un punto porcentual frente a octubre y de medio punto porcentual frente a un año atrás. Este último dato, de hecho, es el mejor dato de empleo que hemos visto en dos años.
RA: – ¿Sorprende la mejora?
TS: – Sí, sorprende en la medida en que se da en un contexto de poco crecimiento económico, pero también hay que tener en cuenta que estas estadísticas salen de encuestas y tienen alta volatilidad mes a mes… El propio INE divulga en sus comunicados rangos de valor para sus estimaciones puntuales, y de esos rangos es bastante evidente que no tenemos que sobre-interpretar las variaciones mensuales de los indicadores.
Por ejemplo, cuando el INE informó la estimación de la tasa de empleo en 58,6 % para noviembre, también incluyó un intervalo de confianza de entre 57,6 % y 59,6 %. Son dos puntos porcentuales de diferencia entre el piso y el techo de ese intervalo de confianza, lo que pauta la magnitud del posible margen de error. Notemos, además, que la parte de abajo de ese intervalo de confianza es muy parecida a la que había sido la estimación puntual de octubre… Así que, en síntesis, Romina, los datos de noviembre fueron muy buenos, pero la volatilidad mensual es alta, el margen de error de las estimaciones es alta y por lo tanto no podemos hablar todavía de cambios de tendencia ni apresurarnos en las conclusiones.
RA: – Hecha esa aclaración, ¿podemos repasar qué están mostrando las cifras para Montevideo y para el interior del país?
TS: – En este último dato, la mejora de la tasa de empleo se dio tanto en Montevideo como en el interior del país… Pero en Montevideo el desempleo cayó más. En Montevideo veníamos de una tasa de desempleo particularmente alta en el dato de octubre (9,7 %) y tuvimos una bastante baja en noviembre (7,2 %).
Ahora, como decía recién, no debemos sobre-interpretar las variaciones mensuales. Si tomamos el promedio enero-noviembre, tenemos movimientos muy parecidos en Montevideo y en el interior del país. Comparando con el mismo período de 2017, en ambos casos hay caída del empleo, caída de la tasa de actividad y aumento del desempleo. Y si comparamos con el 2014, que fue el pico del mercado laboral en Uruguay, el deterioro acumulado es también bastante similar en ambos casos. En los últimos 4 años la tasa de empleo cayó 3,1 puntos porcentuales en Montevideo y 3,4 puntos porcentuales en el promedio del interior… Y la tasa de desempleo subió 2 puntos porcentuales en Montevideo y 1,6 puntos porcentuales en la media del interior.
RA: – Tamara, cuando hacíamos la semana pasada el balance de 2018 en materia económica, mencionabas que hay unos 50.000 ocupados menos que en el pico de 2014… ¿Cómo se distribuye esa caída a nivel regional?
TS: – Redondeando podemos decir que son unos 30.000 menos en Montevideo y 20.000 menos en el interior del país.
RA: – ¿Y por sectores de actividad? ¿Dónde han estado las mayores caídas?
TS: – Prácticamente la mitad de la caída fue en la industria, donde los datos muestran unos 26.000 ocupados menos que en 2014. Luego hubo bajas también importantes en la construcción y en el sector agropecuario, de 15.000 empleos en cada uno según los datos de la Encuesta Continua de Hogares. En el comercio, el sector de transporte y almacenamiento y en el empleo doméstico también se ven caídas, aunque menores que las que comentaba recién… y en el otro extremo hay aumentos en el sector público, la salud y otros sectores de servicios, pero que no revierten las bajas que recién mencionaba. La verdad es que si tomamos las cifras del conjunto de 2018 y nos alejamos un poco de los datos mensuales puntuales, es un panorama de aflojamiento bastante generalizado de los niveles de ocupación.
RA: – Tamara, ¿qué conclusiones se pueden sacar si se hace un corte por género? ¿O por rangos de edades de la población?
TS: – Como es sabido, la incidencia del desempleo suele ser mayor en las mujeres que en los hombres, y también mayor entre la población más joven.
Si miramos el promedio enero-noviembre de 2018, la tasa de desempleo entre las mujeres de menos de 25 años fue de 30,7 %. Entre los hombres de menos de 25 años fue algo menor, pero también super alta: 22,6 %. En cambio, en los mayores de 25 años la tasa promedio de desempleo es más moderada: 6,8 % en las mujeres y apenas 4 % en los hombres.
Más allá de esas diferencias en nivel, también vale marcar que la población de menos de 25 años no solo es la que tiene una mayor tasa de desempleo sino también la que ha sufrido el mayor aumento en los últimos años.
RA: – ¿Podemos repasar las cifras, Tamara? ¿De cuánto es la diferencia respecto a la población adulta?
TS: – Si hacemos el corte en los 25 años, en 2014 teníamos que la tasa de desempleo en los más jóvenes promediaba algo menos de 20 % y la de los más adultos estaba en 4,2 %. Ahora, en el promedio de 2018, la del promedio de los más jóvenes se fue a más de 25 % y la de los más adultos subió en promedio a 5,3 %.
Por eso decía que no solo la problemática del desempleo se aloja fundamentalmente en la población más joven, sino que además fue en esta población en la que se vio el deterioro más grande en los indicadores en los últimos cuatro años. Los números que mencionaba recién implican que en los menores de 25 años la tasa de desempleo aumentó 6,5 puntos porcentuales en cuatro años, mientras que en los mayores de 25 años el aumento fue de sólo 1 punto porcentual (1,1 para ser exactos).
RA: – Para terminar, Tamara, ¿qué perspectivas manejan para 2019 en materia de empleo y desempleo?
TS: – Los datos que se han venido conociendo sobre la evolución de los salarios y los resultados de los cierres de las negociaciones colectivas en general hacen prever que el salario real va a estar creciendo muy poco este año…Eso debería ayudar a sacar algo de presión del mercado de trabajo…
Pero al mismo tiempo tenemos perspectivas bastante débiles en materia de crecimiento económico… En ese marco y luego de muchos años de aumento fuerte de los costos salariales, vemos a las empresas bastante reticentes a incrementar su dotación de personal. Los resultados de nuestras últimas encuestas de expectativas empresariales, que hemos comentado otras veces en el programa, son bastante elocuentes en ese sentido…
Así que si bien este último dato de empleo conocido esta semana fue muy bueno, en general tendemos a ser bastante cautelosos respecto a la posibilidad de ver una recuperación importante de los indicadores del mercado de trabajo a lo largo de 2019.
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