El presidente Vázquez anunció este miércoles cambios en las pautas salariales, respondiendo a reclamos reiterados del PIT-CNT. Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
EMILIANO COTELO (EC) —El presidente Vázquez anunció este miércoles cambios en las pautas salariales, respondiendo así a reclamos reiterados del PIT-CNT. En particular, si bien las pautas originales suponían ajustes de entre 8 % y 10 % en 2015 y luego una reducción de entre un punto y un punto y medio por año en los aumentos nominales a conceder en 2016 y 2017 Vázquez accedió a mantener para este año la magnitud de ajustes planteados para 2015.
Como es evidente, el anuncio fue bien recibido por la central sindical pero generó varias reacciones negativas en el frente empresarial, desde donde se advierte del riesgo de más pérdida de empleos.
¿Cómo se analiza este cambio de la pauta desde una perspectiva macroeconómica? ¿Qué implicancias puede tener a nivel de las proyecciones de salarios y empleo para los próximos meses? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Florencia, ¿Cómo vieron ustedes este cambio de pautas salariales por parte del Gobierno?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC) —A ver. Para poder analizar estos anuncios del miércoles hay que tener presente cuáles son los aspectos clave de estos lineamientos salariales que fueron presentados por el Gobierno al comienzo de esta sexta ronda de negociación que está transcurriendo…
Estas pautas marcaron varios cambios relevantes respecto a lo que venían siendo las de rondas anteriores, pasando a ajustes semestrales, con aumentos nominales fijos (dependientes del desempeño del sector) y decrecientes año a año como decías al inicio. Cuándo estos lineamientos fueron presentados, marcamos que a nuestro juicio iban en la línea correcta, en la medida en que procuraban contribuir a una moderación de salarios, con dos objetivos fundamentales: cuidar el empleo y bajar la inflación. En última instancia apuntaban a una mayor consistencia entre las políticas macroeconómicas, en un marco en el que el cambio de contexto externo empezó a agudizar la tensión entre los objetivos de seguir promoviendo subas fuertes del salario real y al mismo tiempo moderar la inflación y cuidar la competitividad y el empleo.
En ese sentido, a nuestro juicio esta modificación de las pautas salariales anunciada por el Gobierno señaliza cierto cambio en las prioridades, aun cuando no cambiaron las condiciones, porque en lo esencial la inconsistencia de objetivos a la que hacía referencia antes sigue estando…
RA —Florencia, en ese contexto de tensiones de objetivos al que haces referencia, una de las preocupaciones es el impacto a nivel del mercado de trabajo. ¿Cómo están viendo ustedes la evolución del mercado de trabajo? Esta semana se publicaron justamente datos nuevos, que marcaron una baja del desempleo en el mes de junio ¿verdad?
FC —Sí. Es cierto. El desempleo bajó, por segundo mes consecutivo, y se ubicó en 7,5 % en junio. La verdad es que el desempeño del mercado de trabajo en esta primera parte del año está siendo mejor del que podíamos prever algunos meses atrás. Después de la suba del desempleo que vimos en el transcurso de 2015, podemos decir que la tasa de desocupación dejó de subir en esta primera parte del año y la tasa de empleo también ha tendido a estabilizarse en los últimos meses…
Ahora, más allá de esta dinámica más reciente, si comparamos con los niveles de un año atrás o cuando hacemos incluso una mirada más larga, el mercado de trabajo ha mostrado un deterioro relevante en los últimos dos años.
RA —¿Por qué decís eso? ¿Podemos comentar alguna cifra en ese sentido?
FC —Sí. Claro… Digo esto porque tras el cambio del contexto externo, a partir de 2014 el empleo ha caído de forma significativa. Para ponerlo en cifras, hoy tenemos unos 45.000 ocupados menos que en aquel entonces. Y si el desempleo subió relativamente poco (aproximadamente 1 punto porcentual desde 2014), fue porque también cayó la tasa de actividad, que refleja un menor número de personas buscando empleo… Eso es algo que suele suceder en momentos en los que cambia la dinámica del mercado de trabajo y crecen los llamados “descontentos”, que no buscan empleo porque tienen pocas esperanzas de encontrarlo… Y como explicamos varias veces, para uno ser definido como desempleado debe reportar haber buscado activamente un empleo en la última semana.
Y además, Romina, esa tasa de desocupación de 7,5 % a nivel promedio país, encierra situaciones muy dispares. Por ejemplo, si bien el desempleo entre los mayores de 25 años se mantiene en torno a 5 % en lo que va del año, en la población joven, de menos de 25 años, el desempleo es mayor al 23 % actualmente… y es todavía más alto en las mujeres jóvenes, en dónde se ubica en casi 29 % en esta primera mitad de 2016 y subiendo en el último año. ¿Por qué hago esta precisión? Porque a veces la discusión se centra exclusivamente en los niveles promedio país y se ignora que hay segmentos de la población para los cuales el desempleo es un problema muy relevante… y esa población más “vulnerable” del mercado laboral es muchas veces la más afectada en tiempos de más restricciones como el actual.
RA —En este marco del mercado de trabajo, entonces, ¿qué efectos puede tener este cambio de las pautas salariales?
FC —En primer lugar habrá que ver cómo se desarrollan las negociaciones que aún están en curso… Hay que tener presente que si bien los lineamientos son una referencia clave, los convenios que se acuerdan en los distintos sectores pueden no ajustarse en su totalidad a lo planteado por el Gobierno.
Ahora, si asumimos que en lo sustancial se va a estar tomando este cambio y que por tanto los salarios van a estar subiendo 1 punto o 1 punto y medio más en los convenios que se negocian en esta segunda parte del año (que son más del 60 % del total) entonces evidentemente vamos a ver una moderación menor de los salarios reales… que se verá sobre todo en las estadísticas del año que viene. Además, hay que tener presente que con la caída del dólar que estamos viendo, está bajando la inflación, lo que refuerza lo anterior… porque es conjuga más suba nominal del salario con menos inflación.
Nuestros últimos pronósticos estaban apuntando a una suba del salario real promedio de entre 0,5 % y 1 % en 2017… Con este cambio de pauta podríamos ver un aumento aún mayor… Si bien es cierto que el mercado de trabajo se ha mantenido relativamente firme en esta primera parte del año, en una economía que no crece, con dificultades significativas en varios de los principales sectores de la economía y con riesgos de ingresar en recesión, una mayor suba del salario real supone riesgos mayores de pérdida de puestos de trabajo.
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Foto en Home: Presidente Tabaré Vázquez junto al prosecretario Roballo recibieron a dirigentes del PIT-CNT, 8 de agosto de 2016. Crédito: Álvaro Salas/Presidencia de la República.