En el último año, las expectativas entre los empresarios tuvieron un “deterioro sensible”. Así lo señala la consultora Deloitte, en el informe divulgado esta semana con los resultados de una nueva edición de su Encuesta de Expectativas empresariales, informe que lleva por título Revés parcial en la visión de los ejecutivos sobre la economía y el clima de negocios.
Emiliano Cotelo (EC): Se trata de una encuesta que la consultora realiza dos veces al año desde 2010 y que en esta oportunidad contó con la participación de unos 336 gerentes y ejecutivos de empresas que operan en Uruguay, que respondieron el relevamiento durante el mes de abril.
Para analizar los resultados de esta última edición de la encuesta, estamos en diálogo con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA) Florencia, antes de ir a los números… ¿por qué eligieron ese título para la encuesta? ¿Qué querían marcar con eso de “Revés parcial en la visión de los ejecutivos sobre la economía y el clima de negocios”?
FC – Con ese título queríamos marcar dos mensajes que nos parecían centrales al analizar los resultados de esta última edición de la encuesta… Por un lado, es claro que vimos un deterioro notorio de las expectativas, sobre todo frente a las dos ediciones anteriores (realizadas en 2017) cuando tendimos a recoger una mejora bastante clara en el clima de expectativas empresariales. Sin embargo, al mismo tiempo, queríamos destacar que los resultados no son tan malos como los que recogíamos en 2015 y 2016… En aquel momento el deterioro de expectativas fue mucho más fuerte… Por eso lo de “revés parcial” en el título…
RA – Está claro. Vayamos entonces a los resultados… Al inicio del informe destacan que los juicios de los ejecutivos de empresa sobre la marcha de la economía y el clima de negocios en el último año son notoriamente peores que en las ediciones previas… ¿Podemos comentar las cifras?
FC – Sí, claro. Como decís, en esta última edición se aprecia un deterioro notorio de los juicios sobre la evolución de la economía en el último año, que contrasta con la tendencia de mejora que se venía viendo en las tres ediciones anteriores, es decir, en la última edición de 2016 y las dos ediciones realizadas en 2017.
Si vamos a las cifras, la proporción de ejecutivos que ve una mejora de la situación económica en el último año pasó de 32% en octubre de 2017 a sólo 11% en esta encuesta de abril y al mismo tiempo el porcentaje que señala un deterioro de la situación económica subió de 14% a 32% (el 57% evalúa que no hubo cambios relevantes). Con lo cual, el saldo neto entre quienes ven una mejor situación económica y quienes marcan una peor situación económica volvió a terreno negativo… Concretamente, pasó de un saldo positivo de 18% en octubre de 2017 a un saldo negativo de -21% en esta última edición…aunque, de todas maneras, está muy lejos de los peores niveles vistos en 2015 y 2016… En los peores momentos ese saldo era negativo en 90 puntos porcentuales.
RA – ¿Y cómo fueron los resultados en relación a la evolución reciente del clima de negocios? ¿También se advierten peores respuestas allí?
FC – Sí. Los juicios respecto a a evolución del clima de inversiones también empeoraron frente a octubre… el porcentaje de ejecutivos que dicen que el clima de inversiones es peor hoy que un año atrás subió 18 puntos y alcanzó al 45% y sólo el 5% entiende que éste mejoró en el último año.
Y consistentemente, la valoración absoluta del clima de negocios se mantuvo en torno a los niveles más bajos desde que comenzamos a realizar este relevamiento en 2010. Concretamente, en esta edición menos del 30% de los consultados calificó de “bueno” o “muy bueno” el clima de negocios… un guarismo apenas menor al de las dos ediciones pasada. Hay que recordar, Romina, que hasta 2014 la mayoría de los ejecutivos de empresa decía que el clima de negocios era bueno… Pero desde 2015 ese porcentaje comenzó a caer y están predominando juicios bastante más críticos… en el peor momento (a finales de 2015 y durante 2016) menos de 20% decía que el clima de negocios era bueno… ahora, como decía, ese porcentaje está en torno al 30%.
RA – Está claro entonces que los empresarios están evaluando peor la evolución de la economía y del clima de negocios en el último año… Ahora, ¿Cómo son las expectativas hacia adelante?
FC – Las expectativas para el próximo año muestran un mayor pesimismo entre los empresarios. Si bien se mantuvo relativamente estable el porcentaje de ejecutivos que prevé que la situación económica permanezca relativamente igual (apenas abajo del 60%), aumentó a 30% la proporción que espera que empeore (se duplicó frente a la edición de octubre) y cayó a 12% el porcentaje que aguarda una mejora de la situación económica (frente al 30% de octubre). De esa manera, por primera vez en dos años estamos obteniendo más respuestas negativas que positivas respecto a la situación económica esperada para el próximo año.
Y, por otra parte, también aumentaron notoriamente las respuestas que apuntan a un deterioro del clima de inversiones en el próximo año. El saldo neto de respuestas en este caso pasó de -3% en octubre del año pasado a -26% en esta edición de abril.
Con lo cual, cómo decía antes, Romina, las expectativas para el año próximo son definitivamente más pesimistas de lo que recogíamos el año pasado, aunque, hay que advertir también, que las respuestas son menos malas cuándo se pregunta sobre la evolución que esperan en sus propias empresas.
RA – ¿Cómo es eso, Florencia? ¿Podemos comentar cifras concretas en relación a las expectativas de los ejecutivos consultados acerca de la evolución de sus propias empresas en particular?
FC – Sí. A ver… Las respuestas de los ejecutivos en esta edición marcan que las expectativas sobre la situación general de sus empresas para el próximo año son algo más desfavorables que en las dos ediciones previas, pero el deterioro es claramente más moderado que el que recogimos en las opiniones respecto al conjunto de la economía. Concretamente, el 30% de los encuestados espera que la situación general de su empresa mejore dentro de un año (ese porcentaje estaba en 36% en octubre) y el 18% aguarda un peor panorama (un 5% más que en octubre)…la mayoría por lo tanto (el 52%) no anticipa cambios relevantes (al igual que en la edición de octubre).
En particular, la encuesta reveló visiones más desfavorables en relación a las perspectivas de producción, que son consistentes con una expectativa de menor crecimiento económico en general. Por ejemplo, respecto a octubre disminuyó de 42% a 35% el porcentaje que espera una mayor producción en su empresa, mientras que aumentó de 50% a 56% la proporción que no aguarda cambios (el 9% restante aguarda una caída). Con lo cual se advierten peores perspectivas de producción, aunque también aquí se mantiene un escenario más positivo que en los relevamientos de 2015-2016 (cuando de hecho la economía se estancó y hubo varios sectores en recesión).
RA – Florencia, ¿y cómo fueron las respuestas en relación al empleo y a los planes de contratación en las empresas? Recuerdo que en ediciones anteriores ustedes destacaban que incluso con mejores expectativas de producción eran relativamente pocos los ejecutivos consultados que pensaban incrementar la dotación de trabajadores en sus empresas… ¿Qué resultados recogieron en esta nueva edición?
FC – En esta edición se mantuvo en 11% el porcentaje que prevé un aumento del empleo en sus empresas en el próximo año, pero se incrementó la proporción que aguarda una disminución desde 23% en la anterior encuesta a 28% en esta oportunidad. Además, al mismo tiempo, aumentaron de 24% a 38% las respuestas que indican que la empresa está revisando a la baja los planes de contratación y al igual que en la edición pasada, casi el 70% de los ejecutivos respondió que ha introducido o piensa introducir tecnología ahorradora de mano de obra en sus empresas.
En definitiva, Romina, parece claro que este último relevamiento vuelve a confirmar un panorama de preocupación por los costos y por la caída de la rentabilidad en las empresas y, en ese marco, hay mucha reticencia en las empresas a incrementar la dotación de trabajadores… Y eso, desde la perspectiva macro, nos hace ser muy poco optimistas en relación a la evolución del mercado de trabajo en los próximos meses.
RA – Para terminar, vayamos brevemente a la perspectiva más política de la encuesta… ¿que marcaron los resultados en relación a la evaluación de la gestión del gobierno?
FC – La evaluación de la gestión del gobierno continuó deteriorándose en este relevamiento de abril. De hecho, el porcentaje de desaprobación de la gestión de Vázquez aumentó 7 puntos porcentuales y se ubicó en 65% (que es el nivel más elevado en la historia de la encuesta). Y se vio un deterioro muy generalizado a nivel de las distintas áreas de gestión, con peores respuestas en asuntos como el manejo de la inflación, el crecimiento económico, el desempleo y la seguridad pública. En términos relativos, de todas maneras, el manejo de la inflación siguió de todas formas obteniendo la mejor evaluación, seguido por la promoción de la inversión y el crecimiento económico.
Y, por último, un elemento adicional a destacar de este primer relevamiento del año es que hubo una desmejora de las expectativas respecto a la política económica: la mayoría sigue sin esperar cambios (el 51%), pero un 42% aguarda un deterioro de la política económica en el transcurso del próximo año… ese porcentaje era apenas mayor a 30% seis meses atrás.