El resultado se debe al desempeño de sectores como transporte, almacenamiento y comunicaciones e industrias manufactureras, lo que logró compensar la caída en agricultura y construcción
EMILIANO COTELO (EC): La actividad económica mostró un repunte en el tercer trimestre del año. En concreto, el Producto Interno Bruto aumentó 0,6% en comparación con el segundo trimestre de este año y un 0,9% en la comparación interanual (contra el mismo trimestre de 2018).
Este dato marca un cambio respecto del panorama de estancamiento que se había observado en los trimestres anteriores. Para analizar estos datos y actualizar las perspectivas para 2020 estamos en diálogo con el economista Pablo Rosselli, socio en la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA): Pablo, ¿cómo vieron este dato? ¿Estaba dentro de lo esperado?
PABLO ROSSELLI (PR): Las cifras mostraron una aceleración moderada de la actividad económica en el tercer trimestre del año. El desempeño fue un poco mejor de lo que esperábamos hace tres meses, cuando se publicaron las cifras del segundo trimestre. Pero estuvo bastante en línea con lo que habían sugerido distintos indicadores adelantados de la actividad, que se fueron conociendo en los últimos meses, y en línea también con la mejora de expectativas constatada tanto a nivel del índice de confianza de los consumidores como la mejora de las expectativas empresariales. Por lo tanto, se observa una aceleración paulatina de la actividad económica que contrasta con el panorama de estancamiento que habíamos visto durante los últimos trimestres.
(RA): ¿Cómo fue el comportamiento de los distintos sectores de actividad?
(PR): Desde el lado de la oferta hubo, por ejemplo, una mejora en la actividad comercial, atada a esta recuperación de la confianza del consumidor que tuvo efectos positivos en la comercialización de bienes durables. El sector comercio, reparaciones, restaurantes y hoteles había caído 2,6 % interanual en el segundo trimestre, se recupera en el tercer trimestre y termina empatando frente a un año atrás. Toda esa recuperación ocurre en la actividad comercial, porque la actividad en el subsector de los restaurantes y hoteles cayeron a raíz de una menor actividad turística.
La industria manufacturera creció 2,7% en la comparación contra el tercer trimestre del año pasado, principalmente a instancias de mayores niveles de actividad en producción de celulosa, refinería de petróleo y la rama de alimentos diversos. Nuestra estimación de Núcleo Industrial en base a los datos mensuales que publica el INE, mostró en el tercer trimestre una suba mucho menor, de 0,6% frente a un año atrás.
Tuvimos una expansión importante en Transporte y Comunicaciones, como ocurre siempre. Ese sector mantuvo altas tasas de crecimiento (3,5% interanual).
También se observó un mayor dinamismo en el llamado rubro "Otros" que presenta el Banco Central. Este incluye una cantidad significativa de otros servicios, y creció un 0,8% frente a un año atrás.
Entre los sectores con retracción en el tercer trimestre, se destacan las actividades primarias (-7,8%), debido principalmente a menores niveles de faena y de exportación de ganado en pie, y a menor producción de leche. La caída es muy importante, aunque habíamos visto subas muy fuertes de la extracción de ganado en general, que sabíamos que no era sostenible.
La construcción también tuvo un desempeño malo, con una caída de 3,6 % frente a un año atrás, algo poco común para tratarse de un año electoral, pero la inversión pública en infraestructura cayó este año, contrariamente a lo que ha ocurrido en los ciclos electorales de los últimos tiempos. En parte, eso tiene que ver con que hay varios proyectos estructurados a través de las Participaciones Público Privadas que vienen atrasados, y eso deja un un impulso para el año que viene.
(RA): ¿Cuál es la lectura del lado de la demanda? ¿Qué pasó con el consumo, con la inversión..?
(PR): El Consumo Privado repuntó, con suba de 1,3 % frente a un año atrás. De nuevo, es la contracara de la mejora de expectativas que mencionábamos. La inversión en activos fijos subió 0,8 % frente a un año atrás, luego de haber caído un 4 % contra el segundo trimestre del 2018. Ese repunte de la inversión ocurre en el sector privado – más inversión en maquinarias y equipos – mientras que la inversión pública en activos fijos cayó casi 14 % frente a un año atrás.
Finalmente, las exportaciones de bienes y servicios aumentaron fuertemente (9,3 %), a instancias de la recuperación de las exportaciones de soja. Recordemos que en la sequía de 2018 había habido una importante reducción de la producción. Este año estamos normalizando las exportaciones de soja. En cambio, cayeron los ingresos de la actividad turística y también las exportaciones de otros servicios.
(RA): ¿Cómo quedan las perspectivas para este año y para 2020? A la luz de estas cifras, ¿van a revisar las proyecciones?
(PR): Para este año estábamos proyectando un crecimiento mínimo, casi nulo, del PIB. Con el dato del tercer trimestre pensamos que 2019 cerrará con un crecimiento más cerca del 0,5 % del PIB. No cambia el diagnóstico de fondo, no hay novedades sustantivas: 2019 fue un año de muy pobre desempeño de la actividad económica.
Para 2020 veníamos proyectando un crecimiento cercano a 2 %, que contempla un impacto del proyecto de UPM de aproximadamente 1,5 % y una expansión “sin UPM” de 0,5 %. Aunque la mejora de expectativas observada recientemente podría ser un argumento para revisar al alza la proyección de 2020. Sin embargo, no debemos perder de vista que cuando la economía crece poco, la lectura de la tendencia de la economía se puede ver más distorsionada por el efecto de Transporte y Comunicaciones que en momentos de expansión de la Economía. Pero además, las condiciones imperantes en Argentina son muy negativas y nos obligan a ser cautelosos. El próximo gobierno va a tener que implementar medidas de ajuste fiscal, y los ajustes fiscales tienen efectos en general adversos en la actividad económica. Por lo tanto, estaremos revisando las proyecciones en los próximos días, pero no esperamos cambios significativos.
El principal desafío que tiene el próximo gobierno es poner a la economía uruguaya en una senda de crecimiento sostenible.·UPM nos va a ayudar en 2020, pero no va a resolver nuestros problemas.
Para volver a crecer sostenidamente a tasas de 3 % – 3,5 % anual es necesario corregir primero desequilibrios macroeconómicos (déficit fiscal, atraso cambiario, desajuste entre salarios y productividad) e impulsar una agenda de reformas.
Nos va a tomar tiempo volver a crecer a esas tasas y mientras el país no crezca a un ritmo de 3%-3,5% anual será difícil que mejoren de un modo sustantivo las condiciones de vida de la población.
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Foto: Sede del Banco Central del Uruguay. Crédito: Ricardo Antúnez / adhoc fotos