A. Económico

Trump restableció aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de Argentina y Brasil

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¿Cómo debemos leer esa medida?

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EMILIANO COTELO (EC): Esta semana el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció a través de su cuenta de twitter que restablecería los aranceles a las importaciones de acero y aluminio de Argentina y Brasil. Según declaró el mandatario, la medida se justifica por las devaluaciones que tuvieron las monedas de esos dos países sudamericanos en los últimos meses y que estarían afectando a los productores agrícolas de Estados Unidos.

¿Qué tanto inciden esos dos productos en el comercio exterior de estos países? ¿Cuáles son los impactos que puede tener esta medida en las respectivas economías? Sobre esto, conversamos con la economista Alicia Corcoll, de la consultora Deloitte. 

ROMINA ANDRIOLI (RA): Alicia, una vez más el presidente Trump comunica por twitter la aplicación de medidas proteccionistas, pero esta vez lo llamativo fue que no se refirió ni a China ni a otra gran potencia, sino que se dirigió a Argentina y Brasil, dos países con un peso bastante más reducido en la economía mundial. ¿Qué fue concretamente lo que anunció Trump y cuáles son las claves a analizar de medidas como esta? 

ALICIA CORCOLL (AC): Efectivamente y como adelantaba Emiliano recién, lo que anunció Trump es que reaplicará los aranceles a las exportaciones de acero y aluminio de Argentina y Brasil. Recordemos que cuando en marzo de 2018 (inicio de la “guerra comercial” con China) Estados Unidos puso aranceles de 25 % a las importaciones de acero y de 10 % a las de aluminio, se había determinado que quedaban exentos cinco socios comerciales: Argentina, Brasil, Australia, Corea del Sur y la Unión Europea. Así que esta nueva medida lo que está suponiendo es una reversión de esa decisión.

Ahora, respecto a tu segunda pregunta, nos parece que hay varias formas de pensar este tema. La primera y más evidente es mirar qué tanto inciden Argentina y Brasil en el mercado del acero y del aluminio de Estados Unidos. La segunda dimensión refiere a tener en cuenta la incertidumbre que empieza a generarse respecto a si este endurecimiento de tarifas arancelarias se podría extender luego a otros productos (como justamente terminó sucediendo con China) y la tercera es, naturalmente, evaluar el impacto que puede tener esta medida para las economías de Argentina y Brasil. 

RA: De acuerdo. Si te parece comencemos por ese primer punto: ¿cuánto pesan las ventas de acero y aluminio desde Argentina y Brasil en el total de compras de estos productos que hace Estados Unidos?  

AC: Si, perfecto. Tomando datos de 2018, las ventas de aluminio, acero y hierro desde Argentina hacia Estados Unidos fueron de aproximadamente US$ 690 millones y las de Brasil sumaron algo más de US$ 4.500 millones. Dejame aclarar aquí, que estoy tomando esos tres productos (incluyendo también al hierro y no sólo al aluminio y al acero) porque varias partidas arancelarias refieren indistintamente a estos productos y por eso es bastante difícil aislarlos de las estadísticas, pero no debería alterar ninguna de las conclusiones a las que lleguemos. 

Dicho eso, con estos números, estamos hablando de que lo que pesan Argentina y Brasil en el total de importaciones que hace Estados Unidos de estos tres productos es de aproximadamente un 5 % y que lo que pesan en el mercado total de aluminio, acero y hierro estadounidense (es decir, comparando ahora no sólo versus las importaciones que hace Estados Unidos, sino también contemplando la producción interna que hay en el país), el peso baja a un 2 %. Así que, son números realmente pequeños. De hecho, las ventas de aluminio, acero y hierro desde Argentina y Brasil equivalen sólo a un 0,03 % del PIB total de Estados Unidos. Desde esa perspectiva, entonces, podríamos concluir que esta medida no debería tener un impacto macroeconómico relevante sobre Estados Unidos. 

RA: Ahora, también preocupa la eventualidad de que esta medida sea sólo un comienzo y que se vengan más medidas de corte proteccionista por parte de Estados Unidos. Desde esa lógica, parece interesante entender qué otras cosas le venden Argentina y Brasil a Estados Unidos. ¿Podríamos comentar a grandes rasgos cómo se componen las exportaciones a ese destino? 

AC: Claro. Obviamente Estados Unidos es un socio comercial importante tanto en Argentina como en Brasil. De hecho, en los dos casos es el segundo destino de exportación a nivel de bienes: en Argentina concentra un 7 % de las exportaciones y en Brasil un 12 %.

En los dos casos se vende una variedad relativamente amplia de productos, pero lo cierto es que el agregado “hierro, acero, aluminio y sus manufacturas” termina siendo el segundo rubro de exportaciones hacia Estados Unidos y pesa en ambos un 16 %. En los dos casos también son muy importantes las ventas de combustibles, que pesan un 23 % en Argentina y un 13 % en Brasil. Y luego el resto de los ítems más importantes incluye: perlas finas, piedras y metales preciosos, bebidas alcohólicas y hortalizas y frutas en Argentina o máquinas y aparatos mecánicos, aeronaves y madera en el caso de Brasil por mencionar los más grandes. Pero, en síntesis, en las dos matrices exportadoras pesan bastante sí el aluminio, el acero y el hierro.  

RA: Y entonces, con los pies puestos en Argentina y Brasil, ¿cómo les pega esta medida? 

AC: Bueno, por ahora las ventas de Argentina y Brasil hacia Estados Unidos que quedan gravadas por estos aranceles decíamos que representan – en ambos casos – un 16 % de las exportaciones totales de bienes hacia ese destino. En Argentina, el monto que queda alcanzando por esta medida equivale a un 1 % del total de exportaciones de bienes que hace el país hacia el resto del mundo (y apenas representa un 0,1 % de su PBI). En Brasil las conclusiones son muy similares: el monto gravado por estos aranceles representa un 2 % de su total de exportaciones de bienes (y es sólo unas dos décimas de su PBI). Entonces, claramente estos aranceles van a tener un efecto negativo sobre la industria del aluminio y el acero tanto en Argentina como en Brasil, pero los efectos a nivel agregado en las respectivas economías no deberían ser tan significativos.

Igual, lo que nos parece bien preocupante en este momento es el riesgo de que este tipo de medidas puedan terminar extendiéndose a otros productos. De hecho, como decía antes, respecto a otras economías los aranceles al acero y al aluminio fueron el comienzo de otras medidas de “guerra comercial”.Y en esa misma línea, esta semana teníamos un nuevo conflicto asomando entre Estados Unidos y la Unión Europea por las amenazas de Trump de aumentar los aranceles de algunos productos franceses. 

Volviendo a nuestra región, ir a ese tipo de retórica es complejo, porque tampoco estamos en una situación en la que Argentina o Brasil estén – a nuestro juicio – promoviendo una devaluación “competitiva” (o que pueda ser vista como “desleal”) de sus monedas, como afirmó Trump en su tweet para justificar la medida. 

RA: Quisiera detenerme en eso último que señalás. ¿A qué te estás refiriendo exactamente? 

AC: Me refiero en primer lugar a que en Argentina es verdad que el dólar subió mucho en lo que va de este año, pero Argentina también tiene una inflación altísima. Por eso, su tipo de cambio en términos reales no parece estar demasiado “alto”. De hecho, hoy por hoy está sólo un 7 % por encima de su media histórica, mientras que en otros momentos de crisis en Argentina supo estar muchísimo más arriba.

En el caso de Brasil también hubo una suba bastante significativa del dólar en lo que va de este año: un tipo de cambio en R$ 4,20 como el de ayer deja un aumento de 8 % frente al cierre de 2018, pero ésa es una suba de intensidad muy similar a la que también tuvo el dólar en otros mercados. Sin ir más lejos, acá en Uruguay el tipo de cambio ya lleva acumulada una suba de 16 % en el año. Y estamos en general en momentos de dólar “fuerte” a nivel mundial: el dólar se fortaleció no sólo frente a las monedas de nuestra región, sino también frente a las de muchas otras economías emergentes… incluso se fortaleció frente al euro. 

Así que, en definitiva, no parece ser el caso de que Argentina o Brasil estén promoviendo una devaluación “desleal” ni mucho menos. De ahí que sorprenda tanto esta medida de Trump. Reitero entonces que una de las principales preocupaciones es que estas medidas puedan terminar extendiéndose a otro tipo de productos u a otras economías, podemos estar ante un escenario comercial todavía más duro que el actual. 

 

 

 

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Foto: Nicholas Kamm / AFP

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