A. Económico

Análisis de Exante: Las claves del panorama económico de nuestra región

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Los datos del PBI de Argentina, Paraguay y Brasil muestran un desempeño del trimestre positivo.

EMILIANO COTELO (EC): La semana pasada el Banco Central divulgó las cifras de actividad económica del primer trimestre del año, que confirmaron una leve caída del Producto Interno Bruto frente a los niveles de cierre de 2020. 

En estos últimos días, además, se fueron conociendo datos sobre el desempeño económico de varios países del continente. Por eso, con estos números sobre la mesa, hoy les proponemos poner el foco en cómo vienen marchando las economías de nuestros vecinos y cuál es el panorama para los próximos meses. Lo conversamos con la economista Alicia Corcoll, de Exante

ROMINA ANDRIOLI (RA): Alicia, Emiliano adelantaba que se han ido conociendo datos de actividad económica en varios países de la región. ¿Podemos repasar los principales números del primer trimestre? 

ALICIA CORCOLL (AC): Sí, perfecto. La semana pasada se conocieron datos de PBI de Argentina y Paraguay, que se suman a los de Brasil que ya teníamos desde hace unos días. En los tres casos el desempeño del trimestre fue positivo. Quitando efectos estacionales del cálculo, se vieron aumentos del PBI de 2,6% en Argentina, de 1,2% en Brasil y de 0,5% en Paraguay frente al último trimestre de 2020.

También se publicaron datos de otros países del continente, como por ejemplo de Colombia y Chile que tuvieron un muy buen primer trimestre (subieron ambos en torno a 3%) y de Perú que tuvo una caída moderada (de 0,2%).  

RA: ¿Cómo comparan estas variaciones con respecto a las estadísticas oficiales de PBI aquí en Uruguay? Recién decíamos que en Uruguay hubo una leve caída.

AC:  Así es. Los datos de PBI que publicó el Banco Central de Uruguay habían confirmado un descenso de 0,5% en enero-marzo frente a octubre-diciembre de 2020, por lo que la performance de nuestro país fue comparativamente mala.

Igualmente, me parece importante enfatizar que estas variaciones hay que analizarlas también en función de cómo venía siendo el desempeño previamente (por ejemplo, según qué tan fuerte había sido el desplome de la actividad el año pasado). 

RA: Detengámonos en eso ¿A qué te estás refiriendo concretamente?

AC: Claro. Me refiero a que Argentina (u otros países que estuvieron muy complicados a nivel sanitario cuando llegó el COVID) cayeron mucho más que otras economías en el peor momento de la crisis. Argentina cayó 16% en el segundo trimestre del año pasado (mucho más que Uruguay, que otras economías de la región y que las economías desarrolladas en general). Entonces, con ese desplome tan fuerte e incluso creciendo bastante en la segunda mitad del año pasado y primer tramo de este año, la brecha versus la situación pre-pandemia sigue siendo importante.

 Luego tenemos el caso de Paraguay, que no creció demasiado en el primer trimestre de este año, pero que había caído “poco” sobre mediados del año pasado. Por eso, por más de que su crecimiento posterior esté siendo leve, Paraguay ya está operando en niveles de actividad algo superiores a los que tenía antes del COVID. En Brasil sucedió algo similar (la caída en el segundo trimestre del año pasado no fue particularmente fuerte) y ahora con el crecimiento que tuvo posteriormente pudo recuperar lo perdido por el COVID, llegando casi a los mismos niveles que a fines de 2019.

RA: ¿Y en el caso de Uruguay? ¿Cómo quedamos parados en esa comparación frente a la situación pre-pandemia?

AC: La caída que tuvimos en abril-junio del año pasado (que fue de 11%) fue muy similar a la de Brasil, más acotada que la de Argentina y más intensa que la de Paraguay. Sin embargo, nuestro crecimiento fue más moderado en los trimestres siguientes y, como decíamos, incluso hubo una caída del PBI en el primer trimestre (mientras que en la región todos siguieron creciendo). 

Por eso, por más de que el PIB tuvo un rebote fuerte frente al pozo de abril-junio del año pasado, nuestro país todavía estaba operando un 3,6% por abajo que en el último trimestre de 2019 (como referencia pre-COVID). 

RA: Está claro. ¿Y qué están mostrando los datos más actualizados? ¿Hay información disponible? 

AC: Sí. La información es muy preliminar, pero en todos los casos ya hay algunos indicadores adelantados.

Por un lado, tanto en Brasil como en Paraguay la actividad económica tuvo un revés en marzo y abril, cuando se agravó mucho la situación sanitaria. Sin embargo, ese revés fue parcial y en los dos casos los datos de mayo volvieron a ser positivos. Por ejemplo, en Brasil un indicador de actividad diario que hace Banco Itaú subió fuertemente en mayo y la primera parte de junio y las ventas en varios rubros comerciales estaban subiendo bastante. Y en Paraguay se recuperó bastante la movilidad y está creciendo la recaudación impositiva. 

En cambio, en Argentina la economía sí tuvo un freno en abril-mayo. La construcción cayó tres meses consecutivos, la industria moderó su ritmo de aumento y el gasto con tarjetas bajó muy fuertemente. La caída de la actividad en este vecino, por lo menos con estos datos parciales, parece estar siendo bien importante.

También difiere entre países la visión para los próximos meses.

RA: Justamente por ahí quería ir. ¿Cómo están quedando las proyecciones regionales para 2021 y 2022?

AC:  En Brasil estamos con una fuerte mejora de los índices de confianza y una revisión al alza de las proyecciones de PBI para este año. La encuesta de su Banco Central indica un crecimiento de 5% en el promedio de este año y un aumento adicional de 2,1% en 2022 (lo que implica crecer a un ritmo trimestral parecido al que vienen mostrando los últimos datos). Las proyecciones confían en el avance de la vacunación y asumen que habrá una contribución importante de la inversión y de las exportaciones en los próximos meses.

Por otro lado, en Argentina las proyecciones de PBI están bajando, pero al igual que en Brasil también contemplan algo de crecimiento adicional. Se espera un aumento del PBI de 6% para este año (que parece alto, pero se explica por la baja base de comparación) y de 2,6% para 2022. 

En Paraguay las proyecciones no incluyen más crecimiento para lo que queda de este año, porque las expectativas de reactivación por la vacunación recién están puestas para el año que viene. Igual su historia es diferente, porque Paraguay venía en una senda de crecimiento muy fuerte en los últimos años: que su actividad esté hoy en los mismos niveles que tenía antes de la pandemia supone estar en máximos históricos. Además, desde el punto de vista macroeconómico su situación es más favorable que el de los otros vecinos (en lo que hace a la dinámica inflacionaria o de las cuentas públicas). 

 

RA: En síntesis, ¿podríamos decir que el panorama de actividad económica en la región es relativamente positivo? Lo digo pensando en que tanto en Argentina como en Brasil se espera más crecimiento hacia adelante. ¿Cómo lo están evaluando?

AC: Es verdad que los mercados confían en que habrá algo más de crecimiento en los próximos meses. Sin embargo, también es cierto que incluso con ese aumento las perspectivas en Argentina y Brasil son notoriamente más débiles que en otros países ya sea frente a economías desarrolladas o frente al resto de las economías emergentes. 

También importa mucho cuál era la situación de cada país en el punto de partida. Dado el desempeño pobre que venían teniendo tanto Argentina como Brasil antes del COVID e incluso con más crecimiento hacia adelante, sus economías se encontrarían a fines de 2022 en niveles comparables con los de casi una década atrás. Es un retroceso muy grande.

Finalmente, en nuestros dos vecinos sigue habiendo riesgos en el horizonte, sobre todo en torno a la situación fiscal y en el plano político,  así que nos parece que no es posible descartar alguna sorpresa negativa desde nuestra región.

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