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Energías renovables: ¿Qué son y cómo se financian proyectos de baterías que capturan y almacenan energía en varias fuentes? Con Priscilla Pelusso (Exante)

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Foto: Enlight

EMILIANO COTELO (EC): Como ustedes saben, Uruguay lideró la incorporación de fuentes renovables en su matriz energética, con fuertes inversiones que se llevaron adelante sobre todo en la década que fue de 2010 a 2020. Ahora, nuestro país está recorriendo junto a muchos otros países el camino de desarrollo del hidrógeno verde para la producción de combustibles limpios que sustituyan a los fósiles.

Al margen de eso, en el mundo hay otra línea de desarrollo en lo que tiene que ver con energías limpias en torno a los sistemas BESS, sistemas de baterías que capturan y almacenan energía de varias fuentes. Estas tecnologías probablemente cobrarán algún lugar relevante en los próximos años, aunque todavía enfrentan varios desafíos técnicos y, sobre todo, desafíos de carácter económico-financiero. Para empezar a mirar este asunto, estamos en comunicación con la Cra. Priscilla Pelusso, socia de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Priscilla, ustedes han estado mirando este tema desde la perspectiva de los desafíos económico-financieros, pero antes de ir allí, quizás valga la pena para situar a los oyentes hacer un repaso bien rápido de dónde está Uruguay en términos de potencia y generación de energía eléctrica de fuentes renovables.

PRISCILLA PELUSSO (PP): Claro Romina. Como decía Emiliano al comienzo, alrededor del año 2010 Uruguay comenzó lo que hoy llamamos la primera ola de inversión para generar energía eléctrica a partir de fuentes renovables. A la tradicional generación hidroeléctrica se le sumaron parques eólicos y fotovoltaicos, es decir, parques que generan energía utilizando como recurso el viento y el sol respectivamente.

En el último año, según datos de la Administración del Mercado Eléctrico (ADME), el 42% de la energía eléctrica que se generó en Uruguay provino de estas dos fuentes (viento y sol). En términos de potencia instalada, en 2023 totalizaron unos 1.800 MW de los 5.200 MW totales.

Hoy se habla muchísimo y cada vez más de la importancia de generar energía a través de fuentes renovables como una de las principales medidas para combatir el cambio climático y el proceso de descarbonización, por lo que cada vez más surge la necesidad de generar energías de estas fuentes y, en particular, de aumentar su aprovechamiento, a lo cual podrán contribuir los sistemas de almacenamiento de energía.

RA: A ver Priscilla, ¿cómo sería esto?

PP: El tema es así: Las energías renovables, fundamentalmente las de origen eólico y solar, si bien presentan muchas ventajas, también tienen algunos problemas.

En particular, uno de los mayores inconvenientes es la variabilidad de su producción, en función de las fluctuaciones de los vientos y de las horas de sol. Estas energías se generan cuando el viento está disponible o cuando el sol está disponible, pero a veces, esos no son los momentos en los que la energía que se produce más se necesita.

Por lo tanto, la posibilidad de almacenar esta energía aumentaría sustancialmente su aprovechamiento, porque la energía sobrante en determinados momentos podría ser utilizada en momentos de escasez.

Aquí es donde aparecen soluciones tecnológicas que podríamos llamar innovadoras”, soluciones para incrementar ese aprovechamiento y guardar la energía que se genera en un momento para utilizarlo después. Estos son los llamados sistemas BESS.

RA: ¿Podemos profundizar un poco más en estos sistemas, Priscilla? ¿Qué son y para qué sirven?

PP: Un BESS (los llamamos así por sus siglas en inglés) es un sistema de almacenamiento de energía que captura energía de distintas fuentes y la almacena en baterías recargables para su uso posterior.

Actualmente, las baterías más utilizadas son las recargables de iones de litio, porque permiten almacenar grandes cantidades de energía y liberarlas gradualmente a medida que se necesitan.

Hasta hace unos años, pensar en este tipo de soluciones parecía imposible, por sus altos costos. Pero, a medida que bajan los costos (y justamente es lo que está sucediendo), estos sistemas de almacenamiento empiezan a verse como una solución al problema del aprovechamiento, permitiendo que los sistemas eléctricos sean más sostenibles y eficientes, tanto desde una perspectiva técnica, de oferta y demanda de energía, como económico-financiera.

Ahora, como todo, tiene sus ventajas y presenta sus desafíos.

RA: ¿Podemos mencionar Priscilla cuáles son estos desafíos?

PP: , Romina. Podríamos mencionar rápidamente cuatro.

El primero, está relacionado a su alto costo. Pero como decía antes, los precios de todas estas tecnologías están mostrando una tendencia a la baja.

Por otro lado, como es algo nuevo, todavía existe incertidumbre sobre la performance que tendrán estos sistemas y cuánto tiempo será su vida útil, es decir, por cuántos años podrán funcionar.

Como tercer desafío podemos mencionar el vinculado a su disposición final. Los componentes de estos sistemas son sustancias tóxicas altamente contaminantes y aún no se sabe qué se hará con estos sistemas cuando dejen de funcionar. Dicho esto, la posibilidad de reciclar las baterías al final de su vida útil se vuelve una necesidad y permitiría, además, bajar costos.

Como último punto, es la dificultad asociada a su financiamiento, lo que en la jerga llamamos “la bancabilidad de este tipo de proyectos.

Aún con sus desafíos, hay países que ya están avanzando con este tipo de tecnología, de sistemas.

RA: Interesante Priscilla. ¿Podemos mencionar algunos casos?

PP: Realmente Romina ya hay proyectos anunciados de este tipo en muchos países del mundo. Como en muchos otros temas, los primeros países que nos vienen a la mente son países desarrollados: Estados Unidos, países de Europa como España, Portugal, Inglaterra, Finlandia. Pero sin ir tan lejos, ya hay proyectos de este tipo en Chile. Por poner un ejemplo, hace menos de dos meses, Chile inauguró una planta de almacenamiento que se dice es la más grande de Latinoamérica hasta el momento, con una inversión de cientos de millones de dólares.

RA: Priscilla, con estas cifras que mencionas parece que el financiamiento de estos proyectos es muy importante. ¿Cómo se financian entonces estos proyectos?

PP: Es importante aclarar que estas cifras que mencionaba son tan solo un ejemplo. Como en todo tipo de proyectos hay diferentes escalas y se pueden realizar proyectos más grandes o más pequeños, que tengan menos desafíos en cuanto a su financiamiento.

Dicho esto, hay dos grandes modalidades de financiación.

RA: ¿Cuáles son, Priscilla?

PP: La primera, es el financiamiento directo a través de las empresas proveedoras de servicios de energía o de grandes productores de energía independientes a través de sus estructuras de financiamiento corporativo. Lo que podríamos llamar un préstamo bancario tradicional a una empresa que se dedica a generar energía y que decide incorporar sistemas de baterías para aprovechar mejor su capacidad de generación y vender más energía o venderla a mejores precios según tenga contratos de venta a otras empresas o según venda en el mercado spot.

La segunda modalidad consiste en financiar la inversión utilizando lo que se conoce como estructuras de financiamiento de proyectos (en inglés el llamado Project Finance). En estas estructuras lo que sucede es que las deudas que se toman se repagan exclusivamente con los fondos que genera ese proyecto específico (por oposición al financiamiento bancario convencional en el cual las empresas pagan sus préstamos con todos los ingresos que pueden obtener en sus operaciones).

En esta modalidad de financiamiento de proyectos, la inversión es ejecutada por una sociedad de objeto específico que realiza la inversión y que vende sus servicios a otra empresa. En el caso que nos ocupa pensemos por ejemplo en un inversor que le arrienda a un generador el sistema de baterías, por lo cual cobra un arrendamiento anual. En estos casos, entonces, un tema muy importante a considerar es el plazo de repago que tendrá esa deuda, la que está directamente atada a la generación de flujos futuros del activo en cuestión. Y como comentábamos antes, uno de los desafíos que presentan aún estos sistemas es que no se conoce totalmente cuál será la vida útil del activo. Actualmente se habla de que el plazo estaría alrededor de los 15 años, pero todavía no hay certezas.

RA: Finalmente, Priscilla, ¿cómo ven ustedes que está Uruguay posicionado en este tema? ¿Cuáles son las perspectivas?

PP: Bueno, a fines de 2022 UTE realizó un llamado para que privados instalaran dos parques de baterías y UTE los arrendaría por un período de 15 años. Tenemos entendido que ese llamado no ha sido adjudicado hasta el momento.

Lo importante de remarcar es que Uruguay tiene mucha potencia renovable ya instalada y seguramente se instale aún más, por ejemplo, si los proyectos de hidrógeno verde que se han anunciado se terminan ejecutando.

Las experiencias en otros países que ya están más adelantados nos vienen allanando el camino sobre un tema que es clave para la viabilidad de este tipo de proyectos, que es la financiación de los proyectos.

En Exante pensamos que es bastante probable que en el futuro veamos la implementación de este tipo de proyectos en nuestro país.

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