Análisis Económico

La inflación volvió a moderarse en la medición a doce meses de julio, pero se mantuvo arriba del 10%

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¿Qué se espera para los próximos meses?

ROMINA ANDRIOLI (RA): La inflación de julio fue de 0,55% y en términos anuales bajó levemente, al ubicarse en 10,13% en los últimos doce meses cerrados. 

A la luz de estas últimas cifras dadas a conocer por el INE en el día de ayer, les proponemos analizar la evolución reciente de los precios al consumo en nuestro país y conversar sobre las perspectivas de inflación para los próximos meses. Para eso estamos con la economista Florencia Carriquiry, socia de Exante.  

Florencia, el mes pasado, cuando comentamos las cifras de junio, Luciano en esa ocasión no adelantaba que en Exante esperaban que la inflación iba a continuar bajando en el segundo semestre de 2020. Desde esa perspectiva, ¿podemos decir que estos datos estuvieron en línea con lo estimado? 

FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): Sí. De hecho, el registro de inflación del mes fue coincidente con lo que teníamos estimado. Nuestras cifras apuntaban justamente a una suba del IPC de 0,5% en el mes, tal como confirmó el INE ayer. Por tanto, efectivamente contemplábamos una nueva moderación de la inflación anual en julio, aunque moderada. Pasamos de una inflación de 10,46% en los doce meses a junio a un registro de 10,13% en julio. Todavía tenemos a la inflación en 2 dígitos, pero se empieza a alejarse del 11% que llegamos a ver en abril.

RA: ¿Y a qué obedeció esa nueva moderación de la inflación? 

FC: Esencialmente, volvimos a ver una baja de la inflación transable, es decir, de la inflación a nivel de los bienes y servicios comercializados internacionalmente (que se exportan y se importan), en dónde el dólar tiene una incidencia directa y en dónde, en algunos rubros, en particular, también impacta lo que pase con los precios internacionales de referencia. 

En ese sentido, después de la baja que tuvo el dólar en junio, en julio el tipo de cambio tuvo bastante volatilidad en el transcurso del mes, pero en promedio subió algo más de 1%. Pese a eso, julio volvió a ser un mes de inflación transable levemente negativa, esencialmente por la baja de precios a nivel de las carnes. 

Recordemos que las carnes tuvieron una suba muy fuerte en la segunda mitad de 2019, al impulso de una demanda externa (sobre todo desde china) muy firme en aquel momento, que llevó los valores de exportación a niveles récord. Desde comienzos de 2020 vienen cediendo y en particular en los últimos meses los precios de las carnes están bajando más de 1% por mes. Aún están casi 20% arriba de los niveles de un año atrás, pero llegaron a estar más de 30% arriba. 

Lo cierto, entonces, es que, con este último registro de julio, la inflación transable, que había llegado a un pico de más de 15% en abril y mayo, bajó a 13% en los doce meses a julio y eso a contribuido a la baja de la inflación que ante comentábamos. 

RA: Florencia, ¿y qué sucedió a nivel de los precios no transables el mes pasado? En meses anteriores comentamos que la crisis sanitaria generó una baja significativa de los precios de algunos rubros importantes como la enseñanza y que eso había contribuido también a una baja de la inflación no transable. ¿Qué pasó en julio en este componente del IPC? 

FC: Después de 3 meses de bajas a nivel de los precios de la enseñanza (reflejando los descuentos fuertes que implementaron los centros educativos tras la suspensión de las clases presenciales), en julio vimos un ajuste al alza importante en estos rubros, con un aumento de 9% a nivel de la enseñanza pre-escolar y escolar y de 7% a nivel de la enseñanza secundaria. Todavía no se recuperaron los niveles de precios pre-COVID, pero se revirtió buena parte de la caída vista desde abril. Luego también aumentaron 2% los precios de los servicios de esparcimiento y recreación, que había sido otro de los rubros con bajas significativas tras la llegada del coronavirus. Y, de esa manera, la inflación no transable de julio fue bastante más alta que en meses previos (se ubicó en 1%) y en términos anuales subió desde 7,8% en junio a 8,3% el mes pasado. 

GRAFICO DE INFLACION TOTAL TRANSABLE Y NO TRANSABLE

RA: Entonces, Florencia, a partir de estos datos, ¿siguen esperando que la inflación baje en los próximos meses? ¿Qué están proyectando en Exante

FC: Sí. Nuestros pronósticos contemplan que la inflación va a ceder de forma significativa en los próximos meses. En eso inciden varios elementos. Por un lado, este año no se van a estar repitiendo los aumentos fuertes de precios de la carne que vimos en el último trimestre del año pasado y eso va a contribuir de forma significativa a la baja de la inflación transable en lo que resta del año. Además, en nuestro escenario base contemplamos un ritmo devaluatorio relativamente moderado (con el tipo de cambio cerrando en
$ 44 este año y subiendo gradualmente hacia $ 50 a fin de 2021), lo que permitiría una desinflación transable adicional en el inicio de 2021, sobre todo en la medida en que no se repita el impulso del dólar que vimos en los primeros meses de este año. Y, finalmente y a la luz del convenio puente que se cerró entre empresarios, sindicatos y el gobierno, aguardamos una moderación salarial significativa en los próximos 12 meses. Con todo eso, nuestros pronósticos contemplan que la inflación cerraría este año en torno de 8,5% y que incluso podría ingresar en el rango meta sobre el segundo trimestre de 2021, al menos de modo transitorio. 

RA: ¿Por qué decís que el ingreso en el rango meta podría ser transitorio, Florencia? ¿Estiman que la inflación volvería a superar el 7% en el transcurso de 2021? 

FC: Por el momento nuestras proyecciones apuntan sí a que la inflación volvería superar el 7% en la última parte de 2021. Pero, como comentamos otras veces, la verdad es que hay varios factores de incertidumbre en estos pronósticos.

Por ejemplo, la propia evolución del dólar es un factor de incertidumbre significativa. Como decía antes, nuestras proyecciones asumen un dólar subiendo gradualmente hacia niveles de $ 50 al cierre de 2021. Ahora, esto dependerá no sólo de las tendencias externas (a nivel global y también regional por supuesto) sino también del rol que juegue la política monetaria a nivel doméstico. 

Si las autoridades terminan instrumentando una política monetaria más contractiva en 2021, eso podría permitir una baja más persistente de la inflación, aunque seguramente a costa de un dólar más bajo. En Exante, teniendo en cuenta los desafíos que mantiene Uruguay en el frente de la competitividad (sobre todo en relación con los países vecinos), tendemos a pensar que es arriesgado desde la perspectiva de la actividad económica endurecer la política monetaria ya en 2021. Además, incluso desde la perspectiva de la situación fiscal, la inflación puede ser funcional al objetivo de ajuste de las cuentas públicas, en la medida en que permite licuar gastos. Pero, en definitiva, la tónica que tome la política monetaria hacia el año próximo nos parece que es una de las claves en relación a los pronósticos de inflación y en eso seguramente incidirá cómo se encuentre la economía para ese entonces y la valoración que hagan las autoridades en relación a este dilema de objetivos entre inflación y competitividad en ese momento. 

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Foto: Javier Calvelo/ adhocFotos

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