Foto: En Perspectiva
El futuro del proyecto Neptuno está desde junio pasado en manos de la justicia, luego de que el juez Alejandro Recarey ordenara no innovar en su ejecución.
Mientras tanto, esta obra, que el gobierno considera fundamental para garantizar el abastecimiento de agua en el área metropolitana, sigue generando controversia entre expertos, vecinos y grupos ambientalistas.
En el proyecto se prevé que un consorcio privado construya y opere una planta potabilizadora de agua del Río de la Plata que se instalaría en la zona de Arazatí en el departamento de San José.
Este lunes entrevistamos aquí En Perspectiva al ingeniero civil Danilo Ríos, ex gerente general de OSE de 2006 a 2015, quien, entre otras cosas, cuestionó que el lugar elegido porque allí el agua tiene niveles de salinidad y otros problemas de calidad que no estuvieron previstos inicialmente y que han ido complejizando y encareciendo el sistema. Para el ingeniero Ríos lo prioritario hoy es que OSE con una fuente alternativa de agua bruta de calidad y eso se conseguiría construyendo la represa de Casupá, a un costo sensiblemente menor.
En paralelo, productores y vecinos de la zona cercana al proyecto manifiestan su preocupación por el monorrelleno previsto, donde se van a depositar los residuos químicos de la potabilización, por el denominado polder, un reservorio de agua, que según ellos, afectará la calidad de la tierra en una zona altamente productiva.
¿Qué responden las empresas que impulsaron este proyecto?
Conversamos En Perspectiva con el ingeniero Francisco Gross, director técnico del Proyecto Arazatí.
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