Transformación Educativa: ¿En qué consiste? ¿Qué impactos tendrá en los alumnos? Con Adriana Aristimuño, directora de Planificación Educativa de la ANEP
Foto: En Perspectiva
El Plan de Transformación Educativa que impulsa el gobierno viene provocando discusiones fuertes y enfrentamientos entre autoridades, grupos de estudiantes y docentes.
Pero en medio de esa controversia, ¿ustedes tienen claro cuáles son los cambios que se van a implementar y qué impactos tendrán en los estudiantes?
El plan preparado por el Codicen tiene tres partes.
Una, la reforma de la gestión de los centros educativos, otorgándoles mayor autonomía.
Dos, la reforma de formación docente, que prevé el acceso al grado universitario en las carreras correspondientes.
Y tres, la reforma curricular, que incluye un nuevo Marco Curricular Nacional, que modifica los programas de estudio en todos los niveles de enseñanza para, entre otros objetivos, hacerlos más atractivos y motivantes para los estudiantes.
Sobre este último capítulo, el más debatido durante el conflicto, profundizamos en esta entrevista. ¿En qué consiste, concretamente? ¿Qué impactos tendrá en los alumnos?
Conversamos En Perspectiva con Adriana Aristimuño, doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad de Lovaina en Bélgica, directora de Planificación Educativa de la ANEP.
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Enlace relacionado: Texto del Marco Curricular Común presentado por la ANEP
1 Comentario
¡Qué parecido que piensan la derecha y la izquierda en estos temas! Eliminar la repetición es dejar de constatar el fracaso escolar. Obviamente que con eso les va a ir bárbaro, porque lo que usan como medida del éxito es el egreso del sistema. Aristimuño parece creer lo mismo que pensaba, por ejemplo, Irupé Buzzetti, que era directora de primaria puesta por el FA. Cualquier sistema de evaluación honesto debe aceptar que el fracaso escolar es inevitable. Si aprueba todo el mundo es porque no significa nada aprobar. El problema no es engañar e igualar certificando éxito a todos, sino ofrecer una educación diversificada para tratar de que cada uno llegue lo más lejos posible certificando niveles que efectivamente cumplió.
Cuando se habla de hacer atractiva la educación, por ejemplo, se está desertando del rol educativo. Un educador no está para satisfacer los prejuicios que tienen los estudiantes sino para cultivarlos aún en cosas que no les apetece a priori estudiar. A nadie le apetece una comida que jamás probó y un docente ante todo debe educar el paladar de sus alumnos.
El objetivo principal de un sistema educativo no es mantener al estudiante en su zona de confort, sino sacarlo de ella para hacerlo madurar. Tampoco es impartir una lista explícita de conocimientos ni desarrollar una lista explícita de competencias. Formar es «darle forma» a alguien y la educación que no forma, no sirve.
Una de las constantes que históricamente definen a los jóvenes es actuar como si supieran exactamente lo que es bueno para ellos y los viejos estamos para desafiar esa falsa creencia. Si el estudiante hace lo que tiene ganas y el sistema corre tras él como si fuera un cliente, entonces fracasamos en transformarlo y legarle nuestro capital cultural. Si ya al día de hoy no logramos que se concentren 45 minutos en lo que les dice un docente, esa debería ser la competencia cero que deberían desarrollar: prestar atención y concentrarse en una actividad aunque sea árida y ajena a sus apetitos.
Al final todos estos equipos técnicos partidarios en educación piensan igual y sólo discuten por cargos. Tratan a los estudiantes como clientes y no como la generación a la que deben educar y formar en el saber de las generaciones pasadas. Y como buenos gestores, siempre están preocupados por que los indicadores les den bien. De ahí también la prisa por eliminar la repetición para que los números den bien. Como decía Iglesias hace años en una entrevista, si quieren ofrecer mecanismos alternativos para «remolcar» a los estudiantes rezagados, está perfecto. No eliminen la repetición, «remolquen» y constaten que con el rigor de siempre, repiten menos. Con ese plan que tienen, cualquier cosa que hagan les va a dar bien porque el éxito está garantizado.