Agro

La Mesa Agropecuaria
Devolución de carne con ethion, situación de la agricultura uruguaya y telegramas

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AB —Más allá de las responsabilidades de la toma de decisión siempre lo voy a ver con preocupación, porque estamos hablando de gente, estamos hablando de empresas, estamos hablando de desarrollo económico, entonces siempre lo voy a ver como preocupante. Pero le quito el componente de que esto es la caída de la agricultura en el Uruguay.

PC —Más o menos coincido con lo que han dicho. Siempre hay que pensar que las producciones que tienen ciclos muy cortos, como es la agricultura con relación a la ganadería, por ejemplo, generan movimientos mucho más bruscos. La ganadería para reaccionar necesita años. Es más, recuerdo que nuestro amigo Eduardo Blasina resucitó a Malthus, se había acabado la tierra, se había acabado el petróleo, se había acabado todo y se venía una nueva era en la que prácticamente nunca más íbamos a ver precios bajos. Pero el mundo reacciona rapidísimo, te tapa de soja y baja de vuelta. Y lo mismo hay que pensar en el sentido contrario, ningún actor del mercado está añares padeciendo una cosa que puede corregir, entonces el mundo va a corregir esto y esto va a salir rápidamente.

Es verdad que hubo tierras que fueron avanzando irresponsablemente, por decisiones empresariales irresponsables, porque todos sabíamos que en suelos con índice Coneat 221 más de dos sojas no se podía hacer. Campos más o menos, esos que son ganaderos, salvo que la soja valga US$ 600, donde la agricultura es un touch and go, y en el go dejó una cosa muy complicada. Porque ese campo era un campo natural o una pastura que llevaba decenas de miles de años –no estoy exagerando–, que se podía morir por una sequía y volvía sin que hicieras nada en él. Ahora ya está manoseado, como en aquella película en la que Mr. Bean empieza a tocar el cuadro, a manosearlo y es cada peor, ahora esas tierras ya fueron tocadas y hay que seguir e invertir.

¿Cuánto hay que invertir? Esa gente explotaba su campo, tenía ganado arriba de ese campo, apareció alguien y le dijo “te doy US$ 250, US$ 300 por hectárea”; perfecto, vende el ganado, lo arrienda, a US$ 250, que en su vida sacó, y encima tiene toda la plata del ganado, que se la gastó, de noche no le quedaba nada. Entonces volver atrás, según Fucrea, cuesta US$ 1.400 por hectárea. En un momento en que la ganadería prendió todas las luces amarillas, ¿quién va a poner esos US$ 1.400? El señor que arrendó la tierra ahora es un rentista, antes era un productor, ahora depende de que le depositen porque de eso vive. Así que él no puede pasar dos años para recuperar la tierra.

EC —Está bueno lo que acabás de hacer notar en cuanto a que volver atrás tiene sus costos, que al dedicar a la agricultura, por ejemplo a la soja, un campo caracterizado por el pasto natural se estaba hipotecando, se estaba tirando por la borda la acumulación de años en esa pastura. Una vez que se decide no seguir con la agricultura hay que resolver cómo se sigue y se vuelve atrás, a la ganadería de nuevo, hay que recuperar ese pasto, y para eso hay que invertir. Entonces hay que recuperar el pasto y hay que poner las vacas de nuevo. Ahora, ese productor, que hizo mucho dinero con el negocio de arrendamiento…

GC —Ese propietario.

PC —Era productor, se reconvirtió.

EC —… ese productor-propietario que hizo mucho dinero con el arrendamiento y con la propia venta del ganado en su momento, ¿no tiene cómo invertir ahora para recuperar las condiciones?

PC —No. Tengo malas noticias. Creo que no, es mucho más fácil gastárselo. Los que están arrendando esos campos no tienen el dinero para revertirlo.

GV —Hay situaciones intermedias, no pongamos en blanco y negro. El ejemplo que ponés es el de una persona que entregó el 100 % de su campo en agricultura o un porcentaje importante.

RD —Un propietario del campo que quizás no esté ahí viviendo de eso.

GV —Posiblemente, esa situación se daba mucho más en la zona de Gabriel que en la zona marginal. Acá hablamos solo de marginalidad desde el punto de vista de tipos de suelos, pero cuando nos alejamos de los puertos en Uruguay la marginalidad también pasa a ser por costos.

AB —Logística.

GV —Logística, fletes; una soja que vale US$ 320 puesta en puerto paga un flete de US$ 20, US$ 25 desde Flores o paga un flete de US$ 60 desde Rivera, hace a la rentabilidad del negocio. Creo que el caso de Pablo fue el extremo más lamentable de esto, hay un porcentaje importante que está así, peo hay gente que arrendó parte de su campo y quedó con su producción activa, sacó ganado para otros campos a pastoreo, siguió funcionando en la producción, esa es más factible que vuelva. El problema está en que tiene que poner los US$ 1.400, y lamentablemente volvemos al tema anterior, las señales que da permanentemente la industria es que magnifica cualquier problema para lograr una baja de precios, o como hace dos o tres meses que salió a decir que el novillo no podía valer más de US$ 2,60, US$ 2,70 en Uruguay. Porque hace dos o tres meses fue el momento fundamental en que se deciden verdeos, se deciden praderas; no olvidemos que una persona que invierte US$ 1.400 precisa varios años para amortizarlos, y si yo no le doy señales de que lo que va a hacer arriba de eso va a tener cierta estabilidad… el que se quema con leche ve una vaca y llora.

RD —Qué historia vieja esta…

EC —¿Otra vez volvemos a que la industria es el malo de la película?

GV —No, no; en este caso, ¿cuáles son las alternativas para un campo que dejó la agricultura? Aparte de plantar marihuana, que sería muy poquita el área, únicamente puede hacer lechería o ganadería; en la práctica, ganadería. Por eso discutimos las señales que se dan en la ganadería, porque el plan B para esas chacras que quedaron libres es una explotación ganadera, no hay otra.

GC —Hay una máxima que dice que el mejor remedio para los precios malos son los precios malos. Porque cuando hay precios bajos –llamémosles precios malos a los precios decaídos que hay hoy– la demanda se incrementa, compra más, porque encuentra muy barato lo que está comprando, y la oferta cae porque el productor descubre que está produciendo un precio con el que capaz que ni siquiera cubre los costos. El problema que tenemos en Uruguay hoy es que no está solo produciendo en el mundo, Uruguay es un actor muy chiquitito en la producción mundial y a los que están produciendo a nuestros costados, Argentina, Brasil, EEUU, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, a ninguno de ellos le está pareciendo que estos precios sean tan malos. Ese es el problema más estructural que tenemos hoy.

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