
Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
Conversamos En Perspectiva con Lucía Topolansky, que ha ido retomando la actividad política en el Movimiento de Participación Popular (MPP) y del Frente Amplio, tras 40 días después del fallecimiento de su esposo José Mujica.
¿De qué manera trabaja en el legado del ex presidente? ¿A qué se dedica ella hoy en el MPP y el FA? ¿Qué papel puede jugar en esta administración y en la negociación entre oficialismo y oposición?
En las semanas siguientes al fallecimiento de José “Pepe” Mujica, su esposa, Lucía Topolansky, comenzó a retomar la actividad política.
La ex senadora, que hace tres años dejó su banca en la cámara alta siguiendo los pasos de Mujica, para dejar espacio a las nuevas generaciones, conserva, de todos modos, un peso significativo como referente del Movimiento de Participación Popular (MPP).
Y vuelve al ruedo en un contexto muy particular: cuando el gobierno de Yamandú Orsi, a quien el MPP y Mujica personalmente impulsaron como presidenciable, empieza a lidiar con las dificultades que implica el hecho de que el oficialismo no tiene mayoría propia en la Cámara de Diputados.
¿Cómo conjuga el duelo personal con su vocación política?
¿Cómo observa ella los primeros cien días de gestión del cuarto gobierno del Frente Amplio (FA)?
¿Qué papel va a jugar dentro del MPP, que ya venía siendo la fuerza de mayor peso dentro del FA pero en las últimas elecciones acrecentó aún ese poder interno?
A partir de su larga experiencia como diputada y senadora, ¿qué aportes puede hacer al FA y a la marcha de esta administración?