
Foto: En Perspectiva
¿Qué podemos hacer como sociedad con los adolescentes que han cometido delitos y están en conflicto con la ley? ¿Qué altenativas existen a la política de encierro? ¿Es posible reeducar a todos esos jóvenes que cargan con historias de carencias y violencia? ¿Puede el Estado competir con lo que ofrece en términos económicos el narcotráfico?
Conversamos En Perspectiva con el nuevo presidente del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa), el licenciado en Educación Jaime Saavedra, que ha llamado la atención por sus planes y por varias de sus declaraciones.
El Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA) fue creado por ley en el año 2016, con el objetivo de ejecutar las políticas educativas y sociales para los jóvenes en conflicto con la ley.
El antecedente inmediato era el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (SIRPA), creado en 2011. Pero antes hubo otras experiencias dentro del Insituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU), todas cargadas de problemas y polémicas.
Con la llegada el nuevo gobierno, el 9 de abril asumió como presidente del INISA Jaime Saavedra, un licenciado en Educación que cuenta con una larga trayectoria en la gestión de instituciones vinculadas a la privación de libertad, acá y en Argentina.
Sus planes y sus declaraciones no han pasado desapercibidos.
“Quiero decir esto con toda claridad. No vamos a competir con la plata. Siempre lo que otorga el narco es mucho más que lo que yo puedo proponerles si les consigo un laburito en la Colonia Berro, en el Batallón 9, Cufré o lo que les puedo ofrecer a la salida. No compito por ahí. Compito desde el amor, desde la piedad y al decirles que hay otra vida posible. Porque esta vida que estás llevando, que te trajo hasta acá y no de casualidad, es una vida de porqueria. Lo que yo vivo todos los días hace muchos años, en adultos, en Uruguay, en Argentina y ahora acá con los adolescentes es que son gurises que han sufrido la vida más que vivirla…Ninguno quiere parecerse a Marset, nadie quiere eso de los que yo vivo acá. Quieren tener una vida un poquito más dulce que la que han tenido. Tener una casita donde volver, un platito de comida, un lugar donde educarse. Eso es lo que yo recibo todos los días Se compite de ahí. Esto es posible, depende de vos”.