EnPerspectiva.uy

Entrevista central, jueves 9 de junio: Ernesto Talvi

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

RA —En su alocución usted no solo comentó el paquete de medidas del Gobierno, sino que también trasladó las que Ceres entiende que deberían tomarse. En primer lugar, anunciar que las medidas no son para siempre, que el aumento de impuestos no es permanente sino que cuando mejorare la situación se volverá a la presión fiscal anterior.

ET —Eso como primera cosa, porque si no da la sensación –que es la sensación que uno tiene hablando con la gente común y corriente, no con los especialistas– de que nos están cobrando más a todos, a los que se supone que les cobran y a los que no se supone que les cobran pero sienten que les cobran, para que todo siga como está.

EC —Incluso hay sectores del FA que lo ven saludablemente. En el sentido de que con esta discusión que se dio dentro del oficialismo se logró que la reforma tributaria del primer gobierno Vázquez girara más a la izquierda, que ahora se cargara más con el IRPF, por ejemplo, a quienes más ganan. La expectativa está en que eso quede.

ET —El ciudadano promedio, el que está en la franja media del IRPF, paga por todo concepto, impuestos nacionales, municipales, directos, indirectos, 43 % de sus ingresos, son impuestos finlandeses. En Finlandia es el 47 %, con la diferencia de que tiene los mejores servicios públicos del mundo, la mejor educación del mundo, y nosotros tenemos servicios públicos que están ranqueados a nivel internacional como los de Costa Rica, y Costa Rica cobra 29 %. O sea que tenemos impuestos finlandeses y servicios costarricenses, latinoamericanos.

Una política progresista implica que yo hago una progresión en términos de que paguen más los que más ganan o los que más tienen –nunca se hace esa distinción muy claramente–, para darles algo a los que menos tienen y mejorar la condición de vida de toda la sociedad. Pero resulta que lo que les estamos dando a los que menos tienen no funciona.

EC —Por eso usted señala que este anuncio de medidas, y en particular de los aumentos de impuestos, debe tener plazo.

ET —Creo que debería estar contenido en la rendición de cuentas que esta suba de impuestos se va a retirar apenas las circunstancias mejoren, que no va a haber un aumento de impuestos permanente sobre una población que ya está castigada de manera feroz con los impuestos.

EC —Hay más puntos en el planteo de Ceres.

ET —Lo segundo es que, dado que ya todos los gobiernos tropezaron con la misma piedra y que vamos de ajuste en ajuste –porque nuestra regla fiscal es muy simple, siempre tenemos déficit, haya boom, haya recesión, más grande o más chico, pero siempre tenemos déficit, no ahorramos nunca–, el Gobierno convoque para consensuar una ley de responsabilidad fiscal a la chilena, de manera tal que hoy se asuma el compromiso de que estos ajustes fiscales –que parecen nunca tener fin, y que ahora también el FA tiene que introducir, porque es la primera vez que le tocan circunstancias desfavorables– tendrían que ser la excepción y no la norma.

EC —Ya que todos los partidos pasaron por esta, que todos se pongan de acuerdo en cortar con el déficit.

ET —¿Por qué no se sientan y votan una ley de responsabilidad fiscal como la que votó el socialismo chileno y que con tanto éxito y con tanta admiración internacional aplicó, y lo hacen ahora que no hay un peso para gastar, y por ende nadie se puede restringir de gastar nada? Porque nadie quiere votar una ley de responsabilidad fiscal cuando hay plata para gastar. Entonces uno se compromete ahora a que la próxima vez que tengamos una bonanza va a actuar con responsabilidad y va a ahorrar para los tiempos de vacas flacas.

Entonces, primero, se anuncia que esto no es permanente, que es solo para las dificultades. Segundo, se anuncia que vamos a enmendar los errores que se cometieron de no ahorrar cuando debió haberse hecho. Y tercero, que vamos a tomar medidas sustantivas para reducir gastos superfluos. En ese sentido hicimos tres propuestas: una, que el Gobierno se comprometa por los próximos seis años a reducir el aumento de 44.000 funcionarios que hubo en la administración anterior simplemente no renovando las vacantes que se generen por fallecimiento o por retiro, jubilación.

EC —Propone que se vuelva para atrás, que terminemos recuperando la cantidad de funcionarios públicos del año 2009.

ET —De 2010. Son 44.000 que se bajarían a razón de 8.000 por año, sin despedir a nadie, solo por las personas que se retiran, que fallecen. Eso ofrece una perspectiva de que de aquí a seis años, si hay un compromiso serio, nos vamos a ahorrar US$ 500, US$ 550 millones por año. Esto es un ahorro muy sustantivo y que permitiría deshacer esto que hicimos fiscalmente.

Pero no solo eso. Creo que el Gobierno debería crear por ley una comisión pluripartidaria integrada por miembros de todos los partidos con representación en el Senado, de los cuatro partidos, Colorado, Nacional, FA y Partido Independiente, un miembro idóneo por cada partido, para hacer una preselección de candidatos a ocupar los cargos de dirección de las empresas públicas. Esos candidatos deberán tener probada idoneidad en la gestión de organizaciones complejas y probada idoneidad, en lo posible, en el rubro en el que la empresa opera. Ya chequeamos con constitucionalistas, con administrativistas, y esto se puede hacer, porque es preconstitucional. El presidente establecería un mecanismo para la selección de los directorios de las empresas públicas y luego mandaría, teniendo en cuenta lo que la comisión pluripartidaria propone y con acuerdo entre los partidos, los candidatos para que obtengan, como es de uso, la venia del Senado. Con esto obtendríamos la profesionalización de la gestión de las empresas públicas, que se decida ahora, ya, despolitizar la gestión de las empresas públicas.

Un número nomás. Si ahorráramos profesionalizando la gestión de las empresas públicas 10 % de los gastos, que les aseguro que no es un objetivo inalcanzable donde hay mucha grasa para cortar, ahorraríamos US$ 550 millones por año. O sea que con estas dos medidas en los próximos cinco o seis años ya tendríamos ahorros de US$ 1.000 millones, sin necesidad de subir impuestos, sin necesidad de echar a nadie, sin necesidad de bajarle el sueldo a nadie, simplemente en un caso no reponiendo vacantes y en otro eliminando gasto superfluo.

Por último, propusimos que haya un cambio muy importante en el modelo de gestión de la educación en contextos vulnerables para empezar a terminar con la fragmentación social, la marginalidad y la violencia, el delito y la droga que traen como secuela.

Comentarios