EC —Usted quería agregar algo a lo que veníamos charlando.
EB —Efectivamente, porque cuando la Policía actúa en barrios de estas características, que son varios en Montevideo, generalmente hay una prédica de que la Policía está estigmatizando el barrio, de que lo criminaliza. Y en realidad es exactamente al revés. La composición de lugar que nos hacemos es que la gente que actúa así es una ínfima minoría y que afecta a la mayoría que trabaja, formal o informalmente, que estudia, que estudia y trabaja, que tiene una perspectiva de vida para adelante, que tiene servicios en el barrio –salud, transporte, educación, políticas sociales– y que requiere de ellos, los necesita y los reclama, y tiene derecho a tenerlos. Los trabajadores que prestan esos servicios muchas veces se reúnen conmigo y me dicen “si no nos dan protección no vamos más”. Son trabajadores de la salud, del transporte, de escuelas y liceos. Pero cuando se les da la seguridad que piden, sale otra gente a decir “nos están estigmatizando, nos presionan en el barrio”. La mayoría de los que dicen eso son justamente los que están avasallando el barrio, y el barrio necesita la presencia del Estado no solo en los servicios, sino en que alguien dé seguridad para que esos servicios se presten. Entonces para mí son inentendibles –o son entendibles porque parten de una concepción equivocada– artículos que señalan esa cuestión de la Policía. Que vayan al barrio, vivan en el barrio y no hablen solo con los delincuentes que les dan esos elementos. Que hablen con la gente, con los vecinos de todos los días, que estén un tiempo ahí adentro, y van a ver lo que pasa.
EC —Usted mencionaba la novedad del PADO, el Programa de Alta Dedicación Operativa, que se estrena en estos meses a partir de lo previsto en la ley de presupuesto que se votó el año pasado. El personal destinado al PADO trabaja de manera exclusiva en este sistema. ¿Cómo opera en el caso concreto de Marconi y Casavalle? ¿Qué es lo que han previsto?
EB —El PADO se basa en que se han identificado los puntos calientes, en este caso de rapiñas, se puede hacer con hurtos, etcétera; en este caso el PADO es un programa contra la rapiña. Ese es el lugar donde existen más denuncias de rapiña de todo Montevideo. Se establecen zonas que son más fuertes que otras en cuanto a los delitos que se comenten, dentro de esas zonas existen segmentos, que son una continuidad de puntos cada 100 metros, y circuitos.
EC —Y la seccional 17, que abarca al Marconi y a otros barrios adyacentes, está en segundo lugar en cantidad de rapiñas.
EB —Sí, pero el PADO trabaja en la zona, no solo la seccional sino en la zona, y trabaja la Guardia Republicana. Entonces en el circuito, que contiene una cantidad de segmentos importante, existe una presencia planificada de vehículos y en cada segmento, que son espacios de 100 metros lineales, operan tres policías pie a tierra que solamente trabajan en ese lugar. Eso en determinadas horas, en las que se considera que se cometen los delitos, pero pueden variar, hay un grupo de análisis estratégico y táctico mirando la variación.
EC —Es como una saturación.
EB —Es como una saturación, pero con un determinado horario, que se mueve. A diferencia de lo que hacíamos el año pasado, que decíamos de 4 a 12 hs, que era como se podía organizar, ahora se puede variar: de 4 a 12, de 4.30 a 12.30, de 2 a 10, se varía de acuerdo al comportamiento.
