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Entrevista central, miércoles 25 de octubre: Luis Hierro López

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EC —Cambalaches hacemos. ¿Se acuerda de la expresión de Gregorio Álvarez, el presidente Gregorio Álvarez? Él era quien estaba al mando del gobierno en ese momento y en una cadena de radio y televisión unos días después del acto del Obelisco lo calificó de cambalache. Porque claro, fue uy fuerte la imagen, la foto esa que circuló por todo el mundo de ese escenario donde estaban juntos dirigentes de todos los partidos, incluso partidos de izquierda claramente proscritos.

LHL —Claro, yo no estaba proscrito porque no había tenido actividad pública antes del 73, estaba sentado en esa famosa foto al lado de Hugo Batalla, que efectivamente estaba proscrito aún. Quiere decir que estábamos proscritos y no proscritos dando una señal de aliento a la opinión pública, “miren que salimos”. Este era el mensaje, será como será pero salimos de este lío, vamos a salir. Y salimos, por suerte.

***

EC —En los primeros minutos evocábamos las actividades políticas de Jorge Batlle en los años 60, empezando por primera candidatura presidencial, 1966. De ahí en adelante lo intentó en todas las ocasiones que pudo, salvo en la de 1984, cuando no pudo, cuando estaba proscrito a esos efectos, fue candidato al Senado y resultó elegido senador, pero el candidato por Unidad y Reforma, por el batllismo, fue Sanguinetti, que fue elegido presidente. Para la ocasión siguiente él tenía la expectativa de ser el candidato, y Sanguinetti se vuelca por Tarigo, su vicepresidente del momento. Fue una crisis tremenda en el partido y sobre todo en el batllismo.

LHL —Fue muy dura, dio lugar a aquella expresión de Jorge, que tenía esas expresiones como latigazos, “me arrancaron un brazo”. Pero en realidad era un argumento político el que manejaba Sanguinetti. En ese momento Sanguinetti pensaba que Tarigo era mejor candidato, y con Sanguinetti así pensamos varios de nosotros. Jorge lo tomó más como una cuestión personal, y ese enfrentamiento nos costó a todos superarlo, se superó con grandeza de parte de Jorge.

EC —Hubo una elección interna en el batllismo.

LHL —Hubo una elección interna en el batllismo que termina ganando Jorge, claramente la ganó, fue cuando dijo aquello de los indios, “a los caciques les gano con los indios”. Él tenía siempre ese gracejo para inventar cosas. Lo que ocurrió fue que en realidad el referéndum por la ley de caducidad fue el 16 de abril, creo, de ese año 89 y la elección interna fue en mayo, y Tarigo había sido figura principal del referéndum. Todo ese proceso de institucionalización, de amnistía, de conducción de la paz, de construcción de la paz, al PC en su conjunto y a sus figuras visibles, en ese caso Tarigo, les costó mucho. Y nos sigue costando todavía, parte de la caída del partido se debe a ese asunto, todos los partidos de las transiciones han tenido esas dificultades.

EC —Por esa razón, dice usted, que Tarigo pierde la interna?

LHL —No, siempre hay muchos factores, este es uno de los factores, el referéndum fue el 16 de abril y la elección interna creo que fue el 25 o 26 de mayo, y estaban frescas las heridas y esto significó que hubiera una especie de castigo de parte de la opinión pública al oficialismo que representaba en ese momento Tarigo.

EC —el candidato del oficialismo termina siendo entonces Jorge Batlle, y pierde, es el Partido Nacional es quien triunfa en la elección.

LHL —en el año 94 Jorge tuvo muchas dificultades, había hecho una propuesta de reforma de la Constitución, esa reforma no prosperó, perdió, Jorge Batlle quedó reducido, pero con todo se recuperó y fue a la elección nacional apoyando la candidatura de Sanguinetti, y si uno ve las cifras de aquella elección, el partido ganó por 22.000 votos y el Senado de Jorge puso más de un senador, quiere decir que la presencia de Jorge Batlle también fue decisiva en esa elección del año 94.

EC —Ahí ya se había recompuesto el vínculo Batlle-Sanguinetti.

LHL —sí, el vínculo se recompuso al punto que al terminar la vida de Jorge la amistad entre Jorge y Julio ya era una especie de amorío.

EC —¿Cómo es eso?

LHL —No, no, en el mejor sentido del término, naturalmente. En plena coincidencia y lealtad mutua respecto al destino del país y del PC, luchando juntos por las mismas cosas, por los mismos ideales. Quiere decir que aquel episodio para mí quedó superado muy tempranamente por parte de ambos contendientes y siempre con lealtad y con hombría de bien.

EC —Como parte de esa reconciliación termina armándose la fórmula Jorge Batlle-Luis Hierro…

LHL —Yo ahí estaba marcado por lo siguiente, porque yo me había comprometido a que fuera cual fuera el resultado electoral en la interna yo iba a aceptarlo de buen grado. Porque yo venía de esa experiencia de Tarigo, lo que nos pasó, que Tarigo no fue el vice de Jorge y que el partido quedó dividido no me gustó, como no le gustaba a nadie, pero estaba comprometido a no repetir la historia.

EC —La interna del año 89 había sido sangrienta, cruel para el PC.

LHL —Fue dura, dejó heridas que nos hicieron perder. En cambio, tengo la impresión de que cuando hicimos la interna con Jorge…

EC —En el 99.

LHL —En el 99, y esa misma noche terminamos abrazados, y en la misma noche en el PN había un enfrentamiento visible, creo que ese día empezamos a ganar la elección. Y eso yo lo hice con la voluntad de unidad que ha caracterizado mi vida. He tenido diferencias con muchos compañeros y las tengo, pero creo que la unidad nos obliga y nos compromete.

EC —Vayamos a la presidencia de Jorge Batlle. Finalmente la logra, después de esos intentos, una tenacidad a prueba de balas, Jorge Batlle es elegido presidente y asume en marzo del año 2000.

LHL —La logra tras haber hecho un acuerdo con el PN antes de la segunda vuelta electoral. Digo esto porque eso determina la orientación del gobierno de Jorge.

EC —Ese es un buen dato a agregar, ya estaba la reforma constitucional vigente, se fue a balotaje.

LHL —Es curioso un dato: en contra de lo que seguramente pensaban ambos líderes de esa coalición, Jorge Batlle y Luis Alberto Lacalle de Herrera, digo cariñosamente el Viejo para que los muchachos no se confundan, el primer presupuesto aumentó el gasto público en 100 millones, en aras de la coalición, porque había que darles plata a los intendentes del PN, porque había que hacer tal obra que reclamaban los legisladores. Esto es totalmente legítimo, no es una crítica, estoy señalando que el acuerdo de la coalición significó una orientación que quizás no era la orientación liberal que Jorge Batlle hubiera impuesto de entrada. Pese a lo cual, si uno ve los cinco años, Jorge logró más de 90 desregulaciones en la vida del Estado que fueron muy importante, y que el exministro Bensión señaló en un libro en el que cuenta su trayectoria como un gran logro. Otras cosas no era posible reformar, por ejemplo Bensión promovía el desmantelamiento del Instituto Nacional de Colonización, y esas cosas para diputados del interior y senadores vinculados al territorio eran mala palabra, era un discurso políticamente incorrecto. Entonces el gobierno de Jorge quedó necesariamente a mitad de camino.

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