Entrevista con Marco Dalla Rizza, ingeniero agrónomo, doctor en Biología Aplicada, coordinador de la Unidad de Biotecnología del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
EN PERSPECTIVA
Jueves 07.07.2016
La semana pasada, 110 premios Nobel firmaron una carta frontalmente crítica con Greenpeace. En un pronunciamiento sin precedentes, los científicos conminan a esa organización ecologista a abandonar su campaña contra los transgénicos. En particular, cuestionan la oposición que Greenpeace ha desarrollado contra uno de esos organismos genéticamente modificados: el arroz dorado, que, enfatizan, tiene el potencial de disminuir o eliminar gran parte de las muertes y las enfermedades causadas por la deficiencia de la vitamina A, que afecta a las personas más vulnerables de África y el sureste asiático. Además, los científicos llaman a los gobiernos del mundo a rechazar esas campañas de Greenpeace y a hacer todo lo posible para detener las acciones de esa ONG. “¿Cuántas personas pobres deben morir en el mundo antes de que consideremos esto un crimen contra la humanidad?”, se preguntan los firmantes de la carta.
Desde Greenpeace ya respondieron; señalaron que el arroz dorado no ha demostrado ser eficaz para solucionar la deficiencia de vitamina A e insistieron en que los transgénicos pueden provocar daños irreversibles en la biodiversidad y en los ecosistemas.
¿Es posible sacar algo en limpio de esta polémica? ¿Cómo se mira esa discusión desde nuestro país? Vamos a conversarlo con el doctor Marco Dalla Rizza, ingeniero agrónomo, doctor en Biología Aplicada, coordinador de la Unidad de Biotecnología del INIA, Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria.
EMILIANO COTELO (EC) —¿Qué te parece si empezamos con una definición? Creo que conviene, para ordenar la charla que vamos a mantener. ¿Qué son los transgénicos? O, mejor dicho, ¿qué son los organismos genéticamente modificados [OGM]? ¿Es lo mismo?
MARCO DALLA RIZZA (MDR) —Bien, vamos a ir por partes. Los OGM, también llamados transgénicos, son una forma de hacer mejoramiento genético, que es lo que desde siempre los institutos de investigación o las universidades han tratado de realizar a través de distintos instrumentos. La base de hacer mejoramiento es contar con variabilidad y poder seleccionar. Los OGM facilitan la forma en que uno hace transferencia de genes, y por eso hablamos de “organismos genéticamente modificados”, pero hay universidades americanas que dicen que todos los vegetales que hoy consumimos son OGM, porque cuando uno hace mejoramiento genético y domestica una especie, la especie original difiere mucho de la especie cultivada, y hay ejemplos variados en los cultivos donde uno, cuando compara la especie silvestre de donde se partió y llega a la domesticada, a veces no es capaz de reconocerla [a la especie silvestre]. Por lo tanto, el mejoramiento genético convencional produce cambios, y la transferencia genética, a través de la ingeniería genética, contribuye a hacer mejoramientos genéticos. Es una herramienta más que tenemos los investigadores para hacer mejoras.
EC —Pero un OGM es un caso particular de eso. ¿Dónde está el detalle, para terminar de entenderlo?
MDR —El detalle está en el conocimiento biológico, el descubrimiento de que eso existe en la naturaleza: formas de transferencia genética especializada que están en la naturaleza y fueron descubiertas por un grupo belga hace bastante tiempo, que emuló in vitro la forma en que se da en la naturaleza. Y entonces hoy es posible, a través del conocimiento, poder armar vectores de transferencia genética donde uno puede regular qué es lo que transfiere; transfiero, exclusivamente, una característica que quiero mejorar, por ejemplo, una característica cualitativa, de sabor… Depende un poco de lo que estemos hablando. Resistencia a herbicidas, a insectos o a hongos, etcétera.
EC —Veía acá, en una definición que ustedes mismos han manejado: la transferencia de genes por ingeniería genética, de un organismo a otro, produce organismos genéticamente modificados. En el caso de que el gen que se transfiere pertenezca a otra especie, el resultado es una planta transgénica.
MDR —Ahí, entrando un poco más en detalle… Sí, los transgénicos se pueden calificar en función de si uno está transfiriendo genes desde un reino a otro, desde uno animal al vegetal, o de microorganismos a vegetales —y entonces hablamos de transgenia, porque estamos atravesando los reinos—… Pero uno puede hacer modificaciones genéticas, también, para mejorar características que están en la propia especie, entonces hablamos de cisgénicos, si transferimos el gen tal cual lo encontramos para introducirlo en la especie afín, o transgénicos, si uno quiere modificar el momento, la cantidad en la cual se expresa el gen, y podemos, entonces, lograr diferentes… Como es el caso del arroz dorado: los genes están en la planta, se expresan en hoja, pero en este caso lo que quisieron los mejoradores fue expresar genes que están involucrados en la generación de provitamina A o betacaroteno en la semilla, como forma de vehiculizar características de interés para lo que menciona la nota, de solucionar un problema de la humanidad, relacionado con la ceguera de los niños.