Entrevista con el economista Mario Bergara, presidente del Banco Central del Uruguay.
EN PERSPECTIVA
Lunes 24.10.2016, hora 8.26
EMILIANO COTELO (EC) —En marzo de este año la mayoría de los analistas proyectaban que el dólar iba a terminar 2016 a $ 36. Sin embargo, muy lejos de eso, por estos días está en valores mínimos en lo que va del año: apenas por encima de los $ 28 en el mercado interbancario.
En las últimas semanas, el Banco Central del Uruguay (BCU) ha salido a marcar la cancha, realizando compras muy voluminosas para evitar un mayor descenso del billete verde.
¿Cómo se justifica esa línea de trabajo cuando, simultáneamente, se impulsa una política monetaria muy contractiva? ¿Qué cabe esperar con respecto al dólar para el último trimestre?
De estos temas, y también algo de política, vamos a conversar con el economista Mario Bergara, presidente del BCU.
¿El dólar es su tema obsesivo en estas últimas semanas?
MARIO BERGARA (MB) —No, nunca lo es. Justamente, durante mucho tiempo tratamos de fundamentar que no nos podemos obsesionar con una variable: el dólar, la inflación, el crecimiento, la estabilidad financiera. Son todas cosas que hay que estar mirando simultáneamente, por lo tanto no se puede ser fundamentalista con una, porque si uno pierde de vista las demás, los equilibrios se pierden. Por lo tanto durante todo este tiempo hemos estado enfatizando la idea de que hay que estar resolviendo de manera más o menos simultánea los aspectos que pueden incidir en la competitividad desde el punto de vista cambiario, la evolución de los precios, la estabilidad del sistema financiero y de las finanzas públicas, la sustentabilidad de las cuentas públicas. Son todos objetivos que hay que ver de manera simultánea sin que derrape ninguno. Por lo tanto uno no puede ser fundamentalista u obsesivo con ninguno de ellos.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Hagamos un repaso. Al comienzo del año vimos una suba del dólar muy fuerte en nuestro país, con un tipo de cambio que llegó a $ 32,50 a inicios de marzo. Luego, después de ese pico, el dólar ha mostrado una tendencia más bien bajista que incluso se ha profundizado en las últimas semanas, ubicándose apenas por arriba de los $ 28, lo que ya nos deja hoy con un dólar 6 % debajo del cierre de 2015, cuando estaba próximo a los $ 30. ¿Cómo explica este comportamiento tan errático que ha tenido el dólar en esta parte del año?
MB —En primer lugar, desde que tenemos una perspectiva de flexibilidad cambiaria desde el punto de vista de la política monetario-cambiaria, el gobierno no fija ni el tipo de cambio ni la variación del tipo de cambio, como en el pasado, cuando había tipo de cambio fijo, había tablita, había banda cambiaria. Desde el año 2003 eso no es la característica del mercado uruguayo, sino que la característica es la flotación.
Y en segundo lugar, a partir sobre todo de la crisis financiera global de 2008, todo queda bastante determinado por lo que suceda en EEUU. Hay que recordar que el dólar, si bien es una moneda de aceptación mundial, es la moneda de la economía estadounidense, y en función de los vaivenes de la economía norteamericana, que han sido muy fuertes, muy gruesos, muy volátiles a partir de la crisis en 2008, su valor básicamente está condicionado, determinado por la política monetaria de EEUU.
EC —Este año entonces…
MB —También. El dólar tuvo una desvalorización muy significativa entre 2008 y 2013, con la política monetaria muy expansiva de la Reserva Federal de EEUU. Eso comienza a revertirse desde mediados de 2013 hasta principios de este año, cuando más bien hubo un fortalecimiento del dólar. Fortalecimiento del dólar determinado por las decisiones de la Reserva Federal, que no solamente había desmantelado los llamados “aflojamientos cuantitativos”, es decir, la compra de activos de baja calidad para expandir la moneda, sino que también había dado una primera señal en la suba de las tasas de interés. Eso generaba expectativas –que es el otro factor que incide– de un dólar más fuerte, y por lo tanto esas expectativas anticipan el fortalecimiento del dólar.
Pero en los últimos tiempos, en los últimos meses, las señales de la economía americana no han sido potentes. Hay que entender que el fortalecimiento de la moneda en última instancia depende de la fortaleza de la economía de soporte, y la economía norteamericana no está dando señales potentes de crecimiento económico. Por tanto la Reserva Federal, o sea el banco central de EEUU, ha mantenido una tesitura conservadora, muy cauta, con respecto a los movimientos en las tasas de interés. Hace un tiempo se esperaba que este año hubiera cuatro subidas de la tasa de interés y todavía las estamos esperando. Quizás –y creo que incluso motivado en parte por el contexto político– haya una pequeña subida después de las elecciones, pero ni siquiera eso es muy seguro.
O sea que la Reserva Federal de EEUU ha decidido dar señales conservadoras, de que no hay ningún apuro para subir las tasas de interés, y eso vuelve a debilitar el dólar de manera directa y sobre todo por la vía de las expectativas que había con respecto al crecimiento.
Un tema adicional a principios de año, que nos arrastró en el tipo de cambio, que llegó a $ 32, $ 33, era lo que estaba sucediendo en Brasil. Recuerdo la discusión pública acerca de que debíamos seguir a Brasil a toda costa y dejar que el tipo de cambio acompañara. Porque también en ese momento el BCU intervino para suavizar la subida, en el entendido de que no eran fundamentos de la economía uruguaya los que llevaban el tipo de cambio tal alto, sino más bien bastante ruido regional asociado a la problemática económica, fiscal y política en Brasil. Fundamentábamos que no había ningún paralelismo entre lo que estaba pasando en Brasil –como había habido en el pasado en algunas situaciones– y lo que estaba pasando en Uruguay, y por lo tanto no debíamos seguir a Brasil a ese nivel.
Por eso hasta febrero, marzo, el tipo de cambio llegó a niveles de $ 32, $ 33, pero después se suavizó y en el último mes, aproximadamente, las señales de la Reserva Federal condicionan la desvalorización.
EC —¿Es el único factor?
MB —Es el factor principal.
EC —¿No hay factores locales?
MB —Siempre hay factores de distinta naturaleza. Pero si uno ve la evolución del dólar en Uruguay, ve que acompaña esencialmente la valorización o desvalorización que se va dando a nivel internacional. Nosotros seguimos de manera más o menos sistemática lo que sucede con los tipos de cambio en los países emergentes que también tienen políticas de flexibilidad cambiaria en la región y fuera de la región, y en general acompañamos valorizaciones y desvalorizaciones del dólar que están condicionadas principalmente por las decisiones de la política monetaria de los EEUU. No digo que sea el único factor, pero sin duda es el que domina la pintura general de la evolución del tipo de cambio.