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Entrevista, martes 3 de julio: Guillermo Popelka y Walter Canatta

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EC —Pero también hay de otros tamaños. La materia prima se encuentra en el subsuelo, para extraerlo hay que usar explosivos que fraccionan la roca. El oyente puede preguntar por qué esto es minería ecológica…

GP —Si es una actividad que cumple con todos los reglamentos, todas las medidas preventivas y de respeto y de renovación del medioambiente, es una minería aceptable medioambientalmente, y productiva y beneficiosa. En eso queremos insistir, en que Uruguay puede hacer eso.

EC —Tú en particular estás muy entusiasmado con esta forma de minería. ¿En contraste con cuál? ¿Cuál es la comparación?

GP —En Uruguay se ha querido ver un demonio en la minería, cuando en el mundo se hace bien cuando se hace bien hecha. Un país como Suecia tiene normas de producción y es el primer productor de hierro y metales en Europa. O sea que es una minería a cielo abierto de gran porte, todos esos adjetivos que tanto incomodan a algunos, pero que está bien hecha. Y eso se puede hacer en Uruguay. Este es un primer caso, el de minera Riachuelo, en que trabaja una minería no metálica, pero nosotros, Uruguay, ya hemos comprobado que tenemos metales y que podemos explotarlos ecológicamente, con respeto al medioambiente y no privarnos de ese valor para el desarrollo del país.

EC —¿Qué características tiene esa roca ubicada en el subsuelo uruguayo, en las costas de Colonia en particular, que la hacen atractiva para ser utilizada en la mezcla de hormigón?

GP —La fortuna, la naturaleza, Dios, lo que sea, ha puesto a un lado de la orilla un material, una disposición, una oferta, y del otro lado, del lado de Buenos Aires, de Argentina, una gran demanda, como es una ciudad tan grande como Buenos Aires. Así que lo único que es razonable es que haya comercio, que llevemos la piedra uruguaya a Buenos Aires y Buenos Aires se abastezca con buena piedra y barata del Uruguay. Eso es lo que sería normal si no hubiera habido tantos inconvenientes de índole extraminera.

EC —Pero esta roca no solo existe acá, no solo existe en Uruguay; en Argentina también hay.

GP —Pero mucho más lejos. Que lo diga el ingeniero que lo conoce bien.

EC —Hablemos de eso. Hablemos de la historia. Argentina acaba de rehabilitar esta importación de piedra partida uruguaya, que había sido prohibida en la primera presidencia de Juan Domingo Perón, que buscaba incentivar el trabajo en las canteras del sur de la provincia de Buenos Aires y también de la provincia de Córdoba. ¿Qué importancia llegó a tener este negocio en nuestro país?

WC —La realidad es que el departamento de Colonia tuvo un altísimo desarrollo en esas épocas, había más de 15.000 personas trabajando en el departamento, con más de 50, 60 yacimientos, no solamente de piedra, sino también de arena. La gente recordará las exportaciones desde Conchillas, desde Juan Lacaze y desde Riachuelo y desde Colonia. Desgraciadamente esto se cortó súbitamente y durante mucho tiempo no se pudo volver a importar.

Tuvimos un sutil intento hace algunos años que duró muy poco tiempo, desgraciadamente.

EC —¿Cuándo fue eso?

WC —Fue en la primera presidencia del presidente Kirchner.

EC —Así que estos 70 años no son de prohibición absoluta, hubo una ventanita ahí.

WC —Muy sutil, fue más una expresión de deseo que una realidad, y nuevamente se dieron estas externalidades en que se cortó el comercio entre los dos países.

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