Entrevista con el ingeniero Miguel Brechner, presidente del Plan Ceibal.
EN PERSPECTIVA
Martes 21.07.2015, hora 8.13
EMILIANO COTELO (EC) —El acuerdo firmado en mayo de este año entre el Plan Ceibal, la ANEP (Administración Nacional de Educación Pública) y Google desató un debate rico y a la vez intenso, que fue bastante más allá de la promesa del “espacio ilimitado” en la nube para los estudiantes y docentes o la posibilidad de acceder gratuitamente a determinadas herramientas educativas.
El 7 de este mes la Universidad de la República (Udelar) tomó como propias las críticas surgidas del Instituto de Computación de la Facultad de Ingeniería y expresó su “honda preocupación” por este tema.
Y la semana pasada, luego de una reunión en conjunto, la Udelar, el Plan Ceibal, la ANEP y Antel, entre otros organismos, acordaron analizar en el plazo de un mes “los componentes educativos, sociales y políticos de la situación planteada” y la posibilidad de elaborar alternativas locales a las herramientas ofrecidas por Google. El asunto también se está discutiendo en comisiones del Parlamento, donde, según el senador blanco José Carlos Cardoso, no hay consenso político para avalar el acuerdo con Google.
¿Cómo ven este debate en el propio Plan Ceibal? ¿Cómo han recibido las críticas al acuerdo? ¿Cómo se avanzará de ahora en adelante?
Vamos a conversarlo con el presidente del Plan Ceibal, el ingeniero Miguel Brechner.
MIGUEL BRECHNER (MB) —Una pequeña precisión: no son herramientas educativas, son herramientas. Tenemos que separar las plataformas educativas de las herramientas.
EC —El acuerdo se firmó hace casi dos meses, el 22 de mayo, y lo tratamos en una entrevista con usted aquí, en En Perspectiva, tres días después, el lunes 25. En esa ocasión, durante el diálogo aparecieron tímidamente las objeciones con un par de preguntas que vinieron de los oyentes. Pero con el correr de los días el debate creció a ritmo de vértigo y abarcó tanto el ambiente académico como el gremial y el político. ¿Se imaginaba toda esa repercusión, toda esa polémica?
MB —No me la imaginaba. Algunas de las cosas que están pasando me sorprenden, creo que no es mi rol hacer un análisis de por qué se dan estas circunstancias, pero no dejan de sorprenderme.
EC —Cuando firmó, ¿no tenía nada de esto en la cabeza?
MB —No, nosotros seguimos pensando eso y estamos trabajando en eso. El año pasado empezamos a entender que necesitábamos herramientas colaborativas para trabajar en las plataformas del Ceibal y empezamos a investigar qué herramientas colaborativas había. Además de resolver un tema de equidad, que es el acceso a discos. Los dos pilares de esta discusión son las herramientas colaborativas y el disco. Herramientas colaborativas no hay.
EC —¿Qué son las herramientas colaborativas?
MB —Cuando uno piensa en a quién educamos, piensa en educar a un individuo que tiene lo que se llama las seis C, pensamiento crítico, trabajo colaborativo, ciudadanía… El trabajo colaborativo es fundamental desde el punto de vista de la educación, es que varios estudiantes trabajen juntos sobre un documento, sobre un proceso y elaboren. Cuando lanzamos las primeras ceibalitas hablábamos de la malla o la mesh, que permitía ir ensanchando el alcance de internet entre varias computadoras. Esa era la principal herramienta que tenía la primera XO para el trabajo colaborativo, o sea que entre tres pibes podían escribir un documento, podían hacer una planilla, podían hacer algo. Después esa herramienta se tuvo que suspender porque el trabajo de la mesh colidía muy fuertemente con el buen resultado de internet.
Entonces desde el punto de vista pedagógico que haya trabajo colaborativo es una necesidad, es la construcción de conocimiento, es el trabajo en equipo. Todos los que fuimos a facultad trabajábamos de a tres o cuatro, hacíamos las cosas en grupo de estudio. Y salimos a buscar una herramienta colaborativa, y la herramienta colaborativa más usada hoy en el mundo es esta. Dentro del paquete Google Apps for Education hay lo que se llama Google Docs, que son las herramientas de trabajo colaborativo que funcionan a nivel privado.
EC —Las utilizan por ejemplo las empresas.
MB —Cinco millones de empresas las utilizan en el mundo, más de 200 millones de personas. Y están las de educación, este set que no tiene nada de publicidad, que usan 40 millones de estudiantes. En San Pablo, con 4,3 millones de estudiantes y docentes lo están usando. En Uruguay se usan mucho, las usan facultades, la usa el propio INCO (Instituto de Computación, Facultad de Ingeniería, Udelar) para su trabajo entre estudiantes, para compartir documentos usa esa herramienta. Y no le hablo de la Facultad de Ciencias y la Facultad de Comunicaciones, la UTEC. Es una herramienta muy usada.
EC —Usted remarca que se está utilizando en instituciones que pertenecen al Estado.
MB —No quiero entrar en esa discusión…
EC —Porque hay un debate a propósito de que una empresa privada puede hacer lo que se le ocurra, pero acá está en juego el Estado y sobre todo están en juego los niños a los que el Estado educa. Pero volviendo al tema del que estábamos hablando, ¿cuáles eran las necesidades que se pretendía resolver con este acuerdo?
MB —El trabajo colaborativo y la equidad. Trabajo colaborativo quiere decir que los estudiantes y los docentes puedan trabajar sobre los documentos. Y equidad quiere decir que los estudiantes puedan tener acceso en la nube –del mismo modo que mis hijos o mis nietos pueden tener discos fijos más grandes en su computadora–, porque tenemos una limitante real que es la capacidad de almacenamiento de las computadoras del Plan Ceibal, que es de 8 o 16 GB.
EC —Uno de los objetivos fue proveer espacio de almacenamiento en la nube, o sea a través de internet, no en la propia máquina sino, en este caso, en los servidores de Google.
MB —Muchos proveedores proveen espacio en la nube. Lo provee Google, lo provee Microsoft, lo provee Dropbox, ojalá lo pueda proveer Antel. Es una necesidad en el mundo. Porque uno en general tiene mucho material que quiere dejar almacenada en algún lado y no en su propio dispositivo. En el caso de las herramientas colaborativas no hay tantos proveedores, sí hay mucha historia de productos que trabajan a nivel individual. En el Plan Ceibal usamos Open Office, que es una planilla electrónica de software libre, como la mayoría o casi todo el software que usa el Plan Ceibal. Pero herramienta colaborativa no hay. Simplemente cito los usuarios porque no es un capricho o una idea del Plan Ceibal.
Por otro lado, quiero hacer una precisión sobre una parte de la discusión. El Parlamento uruguayo votó por unanimidad la ley de protección de datos hace unos años –no sé si en el período anterior hubo tantas leyes votadas por unanimidad–. Esa ley, entre otras cosas, nombra una unidad responsable de la protección de datos del país, dice cómo se va a integrar, quién por el Poder Ejecutivo, etcétera. Esta unidad es como la justicia en estos temas. Le presentamos todos los contratos a esta Unidad Protectora de Datos y nos dijo que está acorde con la ley uruguaya. Entonces lo único que pido es que cuando sigamos discutiendo temas, obviemos los que ya están laudados.
EC —Enseguida vamos a hablar de lo que se dispuso en la Agesic.
MB —No es la Agesic la que lo manifiesta, es una unidad especial votada por ley para ello. No podemos seguir discutiendo que los datos están en el exterior, si pueden estar en el exterior y que es una unidad gubernamental. Nosotros preguntamos: “¿Este contrato va de acuerdo?” y nos dijeron: “Sí”, y nos hicieron recomendaciones sobre las que me gustaría hablar. Pero no podemos seguir discutiendo. Es como cuando el partido de fútbol terminó y seguimos discutiendo. Acá hubo un juez, que es la Unidad Protectora de Datos, que emitió un comunicado muy claro, irrevocable. Entonces podemos cuestionar otros temas, pero no podemos cuestionar la legalidad, está 100 % de acuerdo con la norma que rige en este país.
Si se quiere cambiar la ley, pasar a una ley que diga que no puede haber ningún servidor en el exterior, que la ley lo diga. Pero si los requisitos de seguridad para que haya datos en el exterior son safe harbour, que es un concepto que Uruguay tiene, que tiene la comunidad europea y que tienen otros países, si lo cumplimos o lo cumplen –porque lo cumplen todas las formas del Plan Ceibal– no podemos seguir diciendo “el servidor está afuera”, “la soberanía”. Eso está contemplado en la ley y en su implementación. Hago la precisión porque no quiero entrar en una polémica que no tiene sentido.
EC —Justamente, teniendo en cuenta lo que acaba de señalar, ¿cómo hay que definir la situación actual de este acuerdo? Parecería que quedó en un limbo. Se ha informado que en un mes el Consejo Honorario de Asesoramiento en TIC de la ANEP, integrado por representantes de todos los organismos y desde ahora también por la Udelar, va a analizar los componentes educativos, sociales y políticos del acuerdo. También se acordó trabajar en una alternativa técnica nacional para el almacenamiento de datos en una nube nacional que podría ser provista por Antel.
MB —¿De dónde surge esa información?
EC —De lo que divulgó esta semana la Udelar a propósito de las reuniones que tuvieron lugar con la ANEP.
MB —Quiero ser preciso: hubo una reunión el martes pasado en el Rectorado, originada por el rector y por mí mismo, decidimos dejar de discutir por los medios y hacer una reunión. En esa reunión lo único que se decidió fue que en un período de 30 días Antel, la ANEP y el Plan Ceibal van a estudiar alternativas posibles en Uruguay. Además se decidió que la Udelar se integre a una comisión que creó la ANEP para políticas de TIC. Son cosas que no tienen nada que ver. Lo que se decidió es que la ANEP, Antel y el Plan Ceibal van a discutir otras alternativas. Eso no quiere decir más que eso.
EC —Pero, mientras tanto, ¿el acuerdo con Google se está implementando, está llevándose a la práctica?
MB —El acuerdo con Google es 100 % legal. Tiene una recomendación de la Unidad Protectora de Datos que es muy compleja, que dice que los estudiantes menores de edad para tener correo necesitan la autorización de los padres, sea este correo de Gmail, de Antel o del que sea. En esta etapa lo que tenemos liberado del acuerdo es la parte de los docentes, eso sigue funcionando. La parte para los jóvenes no está implementada porque estamos estudiando cómo vamos a hacer técnicamente para tener la autorización de los padres. Porque queremos tener la autorización total de los padres, no nos sirve de nada que el 70 % de los padres que digan que sí y el 30 % de los padres digan que no.
EC —De acuerdo con esa resolución que ustedes tienen que cumplir, hay más requisitos. Tienen que suministrar una traducción realizada por traductor público del acuerdo con Google y además divulgar una síntesis suficientemente comprensible, clara y concreta para que todo el mundo sepa de qué se trata.
MB —Absolutamente. Esa es la parte más fácil, las traducciones no sé si están prontas o ya están colgadas, y la síntesis. Esa es la parte más sencilla, la parte compleja es cómo se consigue la autorización de los padres. Además mañana el Plan Ceibal puede tener tres o cuatro correos posibles entre los cuales los estudiantes puedan elegir. Entonces, ¿cómo hacemos para que cada vez tengan la autorización de los padres? No estamos hablando de una escuela o un liceo con 100, 200 o 500 personas, estamos hablando de un entorno de 300.000, 400.000 personas en la primera etapa, que es educación media. Después hay que ver qué se va a hacer, si en algún momento alguna de estas herramientas se va a trasladar a primaria. Es un trabajo técnico y educativo no menor. En ese aspecto hay que trabajar y se va a trabajar fuerte, y ahí sí va a trabajar la comisión que está trabajando en conjunto con la ANEP, los actores privados, el Ministerio de Industria, Antel, Agesic…
EC —¿Usted dice que el acuerdo no quedó embargado o congelado, que se están cumpliendo los pasos que iba a haber que cumplir de cualquier forma?
MB —Estamos cumpliendo todos los pasos adicionales que tenemos que cumplir.
EC —¿Y si termina habiendo una alternativa local?
MB —Bienvenida sea. Pero vamos a estudiar primero qué alternativa hay, si mañana hay tres alternativas vamos a ver qué hay. Nunca nos hemos cerrado a tener en cuenta dos o tres alternativas. Ojalá hubiera una alternativa nacional total o parcial; podemos discutir si eso tiene sentido o no, o qué tiene sentido, es otra discusión. No me cabe la menor duda de que Antel puede dar el correo electrónico, vamos a ver alternativas, vamos a ver qué nos plantea Antel. Para eso se hizo esta comisión entre Antel, Ceibal y ANEP.
EC —¿No habría sido conveniente discutir con Antel este acuerdo antes de firmarlo? ¿No habría sido conveniente intercambiar con el Instituto de Computación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República?
MB —Con Antel tenemos una relación no buena: buenísima. Tenemos dos oficiales de cuenta constantemente trabajando con nosotros y Antel conoce perfectamente las necesidades que tenemos de nube, qué hemos hecho. Por ejemplo, teníamos muchos servicios en la nube, porque en Uruguay nadie los podía dar, Antel conversando con nosotros vio la necesidad de resolverlo y lo fue resolviendo. Seguimos usando algunos servicios de nube en el exterior porque no se dan en el Uruguay. Tenemos que entender que la nube es algo que existe en el mundo desde hace 10 años, por lo menos, y en el Uruguay gracias al trabajo de Antel de los últimos años recién está ahí. No es que tenemos una nube gigante donde tenemos los grandes proveedores del mundo haciendo colocations.
EC —¿Conversaron con Antel la idea de firmar este acuerdo con Google para saber si tenía una alternativa?
MB —No entiendo. Nosotros conocemos las alternativas que existen en el Uruguay, y cuando existan otras las vamos a usar. Pero nuestro rol en lo que respecta a tecnología es ver qué tecnologías tenemos disponibles ahora y cómo las implementamos. Si hubiéramos esperado desde el primer día para hacer todo en el Uruguay, probablemente no estaríamos con el Plan Ceibal. Hemos desarrollado proveedores tecnológicos en el Uruguay de todos los colores, la gente no sabe. No solo hicimos un programa para desarrollar proveedores chicos, proveedores técnicos, proveedores de instalaciones, proveedores de red, proveedores de software, tenemos software hecho en Uruguay para matemática, para física, para química, en primaria, en media, tenemos la plataforma de evaluación en línea […]. Pero todo no se puede hacer en Uruguay.
¿Si íbamos a consultar a la Facultad de Ingeniería cada vez que desarrollábamos un software? Trabajamos con la facultad en lo que tenía que ver con ella. Cuando hicimos el desarrollo de robótica trabajamos mucho con la Facultad de Ingeniería. Pero en el Uruguay de hoy la instalación más grande que hay desde el punto de vista tecnológico y de alcance de wifi y comunicaciones es la del Plan Ceibal.
Nosotros sabemos lo que cada uno está haciendo y sabemos cuáles son los tiempos en que hay que hacer las cosas. Podemos decidir no tener una plataforma de matemática por cuatro años mientras construimos una. A título de ejemplo, este mes tuvimos días con más de 300.000 ejercicios de matemática, actividades de matemática en la plataforma. Hace dos años el máximo eran 40.000 en un día, hoy estamos en 300.000, multiplicamos por siete. ¿Cuánto vale el tiempo en que los estudiantes usan las herramientas para aprender? ¿Cuánto vale tener ciertos productos hoy?
Hemos conversado con muchísima gente, hemos conversado largo y tendido con Amazon para ver si podíamos tener Whispernet en Uruguay (Whispernet permite trasmitir por inalámbrico los textos), de manera que cada docente pudiera decidir qué textos tenían que tener los estudiantes en sus dispositivos. No hay esa tecnología en Uruguay. ¿Podemos ir a consultar si hay o no hay? No, conversamos con Amazon. Lamentablemente a Amazon no le interesa desarrollar ese producto para América Latina. Nosotros sufrimos de vivir en un país muy chiquito, entonces por más que estemos en la vanguardia que nos den ciertos beneficios lleva mucho tiempo. En el caso de Google, Uruguay no estaba en su lista.
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EC —Tal como se ha dado la discusión, las objeciones que se han planteado se pueden resumir en tres grandes capítulos: uno, los riesgos para la privacidad de los datos de los menores y cuál es la jurisdicción en la que se resuelven los litigios sobre este tema; dos, los costos que este acuerdo, aparentemente gratuito, le genera a Uruguay; tres, el hecho de que el Plan Ceibal haya ido en busca de herramientas extranjeras, cuando debió haber explorado primero la posibilidad de alternativas nacionales.
Veamos cada uno de los puntos. Antes, ¿algún comentario general sobre este conjunto?
MB —Estamos discutiendo los tres elementos que sí nos cuestionan, que son los costos, la ley y la fabricación nacional.
EC —Empecemos por el problema de los datos, que puede ser tomado por varios lados. Una de las preocupaciones es qué pasa con la información que los alumnos, todos ellos menores de edad, van cargando en la nube. El 7 de julio estuvo esa resolución de la Unidad de Protección de Datos que usted citaba, que sostiene que el acuerdo se adecua a las disposiciones normativas vigentes en materia de protección de información. De todos modos, realiza una serie de recomendaciones, entre ellas que los padres de los alumnos den su consentimiento a quienes vayan a utilizar ese servicio.
Sin embargo, lo que plantean los docentes de Facultad de Ingeniería es que el problema no se presenta si Google cumple el contrato, sino en caso de que Google violente el contrato. Y, por lo visto, la empresa ha incumplido ya en varias oportunidades, según se encargaron de aclarar en la comisión del Senado cuando estuvieron la semana pasada. Por ejemplo, la doctora Patricia Díaz, que acompañó a la decana de Ingeniería, María Simón, dijo: “Aquí la cuestión central es que si hay incumplimiento de contrato, hay que acudir a los tribunales de Santa Bárbara, California, Estados Unidos, de manera que la ley aplicable no es la nuestra. Y las personas que están usando eso no saben –porque no tienen por qué conocer la ley de Estados Unidos– qué ley rige”. ¿Qué dice sobre ese punto?
MB —Lo primero es que cuando uno firma un contrato con cualquier empresa del mundo, uruguaya o extranjera, espera que el contrato se cumpla. Con respecto a este dato –que me resultó extraño, yo no soy jurista–, hemos pedido a estudios jurídicos internacionales que nos informen sobre esto, porque el contrato de Google con nosotros dice que en el caso de entidades gubernamentales, como es el caso del Plan Ceibal, “se llama a silencio en lo que respecta a la ley de aplicación y la competencia territorial”. Quiere decir que rige la ley internacional, quiere decir que Uruguay tiene jurisprudencia sobre eso. Eso es lo que dice el contrato, esa es la interpretación que nos han dado los abogados, que como Ceibal es una organización gubernamental rige ese concepto.
EC —¿No rigen entonces las leyes de Estados Unidos, como se sostiene?
MB —Repito lo que dice el contrato: “… en el caso de que sea gubernamental, rige el silencio entre las partes”, el acuerdo establece que se guarda silencio en lo que respecta a la aplicabilidad de la competencia territorial. Aparentemente esa es una forma de salvar que tienen los contratos cuando se hacen con instituciones gubernamentales.
EC —No entiendo cuál es la consecuencia.
MB —Quiero separar, porque estamos haciendo un lío. Digo esto porque no me quiero meter en el tema jurídico. También quiero decir que cuando cualquiera de nosotros tiene cualquier software en su computadora la competencia donde rige ese software no es en nuestro territorio. Esto es en caso de conflictos, del mismo modo que el Estado cuando contrata con alguien necesita saber con quién tener la resolución de un conflicto sobre la forma en que fue contratado. Sobre esta fase vamos a tener un informe a la brevedad. Estamos muy tranquilos.
EC —Ese tema queda entonces para esclarecer después.
MB —Pero quiero hacer una precisión: cuando uno tiene Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp o cualquiera de esas herramientas hoy, el concepto básico es que es un software al que uno adhiere.
EC —Está bien, pero la puntualización que se hace acá es que están de por medio menores y que está una institución del Estado involucrándolos o sugiriéndoles que se involucren.
MB —Vamos a separar los temas. Para resolver el tema de que son menores es que sus padres dan la autorización. Si nos ponemos así de exigentes, que me parece que está muy bien, me gustaría entender cómo tienen los menores un celular con mail, cómo tienen una cantidad de herramientas que teóricamente… Quiero entenderlo, no estoy haciendo una crítica. Nosotros vamos a cubrir todos los aspectos que corresponden. En este aspecto estamos muy tranquilos de que estamos cubiertos, en particular porque no vemos razón para que los contratos se vayan a violar.
EC —Paralelamente, vinculado a este tema de los datos de los usuarios, aparece el problema del bombardeo de publicidad. Si bien el acuerdo excluye específicamente la publicidad de los servicios que utilizarían estos alumnos, Google ha dado muestras de que de todos modos procesa la información de usuarios de sus aplicaciones educativas y la emplea en otras plataformas. La doctora Díaz dijo en comisión: “A mediados del año pasado, por ejemplo, Google perdió un juicio específicamente por el uso de Google Apps for Education en Santa Bárbara, California. En esa instancia sus abogados admitieron que sí se escaneaban los mails de los estudiantes. Lo que se dice es que se deshabilita la posibilidad de ofrecerles publicidad, pero no se está diciendo que se escanean los mails de los estudiantes para otros fines. En ese juicio se les preguntó para qué fines y la respuesta fue que se usaban para generar perfiles a fin de ofrecer publicidad por fuera de los servicios centrales que se brindan, que son los de Gmail y Drive. Es decir que cuando el estudiante estaba navegando por YouTube, por otro sitio web que hubiera contratado los servicios de Google o por el propio buscador de Google, no corría el contrato. Y Google terminó perdiendo el juicio porque no había avisado esto”.
MB —A ver, lo hablamos también el 25 de mayo cuando estuvimos acá. Vivimos en un mundo donde la privacidad, lamentablemente, para una cantidad de actividades es muy baja, internet hoy ha bajado mucho los niveles de privacidad. No es este el tema de nuestra discusión, pero podemos ver a qué nos estamos ateniendo en cuanto a pérdida de privacidad al entrar a internet, al hacer WhatsApp, al hacer Facebook, al hacer Twitter… hay una pérdida de privacidad. Nosotros hacemos los contratos para que se cumplan, y cuando en Uruguay más de la mitad de los usuarios usan una herramienta, en el mundo casi 1.000 millones de personas usan una herramienta, y cuando los padres van a dar el consentimiento para usar la herramienta, nuestro rol como Plan Ceibal, que estamos cumpliendo desde el primer día, es explicar los peligros que tiene internet desde el punto de vista de la privacidad, los cuidados que hay que tener cuando uno navega, las cosas que se tienen que tener en cuenta como padres. Lo hemos hecho en distintos seminarios, en distintas publicaciones para que los padres sean conscientes de lo que implica que un hijo navegue en internet.
El tema de la privacidad es un tema gravísimo en mil cosas. ¿En WhatsApp dónde está la privacidad?, ¿en Twitter dónde está la privacidad? El mundo tiene hoy una cantidad de formas de tomar perfiles. Nosotros sabemos que no hay publicidad en esto, y tenemos una realidad: los estudiantes de Uruguay, así como la población de Uruguay, usan ciertas herramientas, las preferimos con publicidad o sin publicidad. No podemos dar garantía de nada de lo que haga nadie. Vivimos en un mundo en el que de una manera u otra los que procesan información tienen datos de los usuarios, sean estos bancos, empresas de mails, empresas de recaudación de impuestos.
Sin lugar a dudas nuestra privacidad es diferente hoy que hace 20 años. También nuestra libertad es mucho mayor que hace 20 años, nuestro acceso a la información. Cada uno de nosotros tiene que trasmitirles esto a sus hijos, a sus nietos, trabajar con ellos el tema de la privacidad. Pero si por cada juicio que una empresa americana perdió –y no sé si es verídico o no, no tengo cómo averiguarlo porque no me dedico a eso– voy a dejar de usar sus productos, no vamos a poder usar el banco tal porque perdió tal juicio en tal lado, ni vamos a poder usar la compañía de transporte tal porque perdió tal juicio en tal otro lado… Es un tema complejo. El tema esencial que entiendo que mucha gente está planteando es el tema de la legalidad. En cuanto al tema de los costos…
EC —El tema de los costos es el segundo gran capítulo que se ha estado debatiendo. ¿Qué costos implica el acuerdo para nuestro país? En síntesis lo que se sostiene es que si bien Google ofrece estos servicios en forma gratuita para sus usuarios, el sistema tiene costos para el país, porque Antel debe pagar de todos modos por ese tráfico de información que viaja entre las ceibalitas y los servidores de Google. Fue muy enfática en este punto la ingeniera María Simón (decana de Ingeniería, expresidenta de Antel) cuando compareció en la comisión del Senado. ¿Qué responde sobre esto?
MB —Nosotros hicimos las cuentas, sabemos que otra gente hizo las cuentas, sabemos que con la capacidad contratada a Antel hoy no vamos a tener ningún exceso de tráfico por este tema. Lo digo tan enfáticamente porque internet cambió, antes la gente bajaba música y películas, y eso consumía mucho ancho de banda para guardar documentos grandes. Pero ahora, con el proceso de streaming, que es como un broadcasting o una emisión por internet…
EC —Es escuchar en vivo, online.
MB —… al escuchar en vivo la música y los videos dejaron de ser una carga en los discos de las computadoras. La gente antes tenía su música en la computadora, hoy la escucha en Spotify o en cualquier lado. La gente hoy mira Netflix. Para que tengas una idea, un tercio del ancho de banda de Estados Unidos es Netflix. En el Uruguay, cuando todos usamos Netflix, hay servidores de Netflix en los puertos de Antel para que el tráfico no vaya al exterior. Cuando usamos YouTube, hay servidores de Google en Antel para que el tráfico no vaya al exterior.
Pero el tráfico del que estamos hablando es el tráfico de mails, que es absolutamente insignificante. No sé qué disco tenés en tu computadora, pero vamos a suponer que tengas un disco de 250 GB; tú no cambiás 250 GB todas las semanas, tú subís 10 MB, 50 MB, 1 GB y bajás otro. Lo que la mayoría de la gente tiene en esos discos son videos hechos y fotografías hechas por ella, porque tantos documentos no tiene. Eso es un tráfico muy bajo.
Tenemos casi 100 personas trabajando en el área telecomunicaciones, tenemos monitoreados nuestros enlaces en tiempo real, sabemos cuánta gente está conectada en cada momento, qué tráfico hay. Con la capacidad que hoy tenemos contratada con Antel tenemos muy claro que no vamos a tener un problema de costos.
EC —Pero un acuerdo como este le genera costos extras a Antel.
MB —No, no le genera costos extras porque tenemos contratado un ancho de banda. Si no superamos ese ancho de banda, Antel tampoco los supera.
EC —¿Ese ancho de banda alude al tráfico con el exterior?
MB —No importa si es con el exterior o con el interior, es ancho de banda, tenemos contratado un cierto ancho de banda para todo con Antel. La gran mayoría de ello es en el exterior. En Uruguay el ancho de banda se paga independientemente de si el tráfico es con el exterior o en Uruguay. Lo que tenemos de ancho de banda en el país nos da perfectamente, sin incremento de tráfico, para resolver este tema de los discos.
Una precisión que tiene que ver con el costo del ancho de banda internacional. Yo no sé cuán actualizados están todos con los costos del ancho de banda internacional, no es este el lugar para discutirlo. Pero desde que empezó el Plan Ceibal hasta hoy hemos multiplicado por 16 la capacidad en disco de las máquinas, y eso nos demandó mucho más ancho de banda, pero el costo del ancho de banda en el mundo ha bajado a tal punto que todos consumimos muchísimo más y pagamos menos. Antel tiene cada vez más gente que pone servidores en Uruguay para que el tráfico no vaya. Porque hay una sensación de que todo el mundo quiere que se gaste tráfico internacional.
EC —Usted dice que una parte de este tráfico del que estamos hablando con Google no va a ir al exterior en realidad, que va a ser hacia los servidores que Google tiene acá.
MB —Yo no digo eso, lo que digo es que el modelo de tráfico –en el que todo viaja y ese es un incentivo para gastar más o cobrar más– es un modelo perverso que en el mundo colaborativo de internet no se da. Porque internet es un mundo colaborativo. Si todos los países del mundo tuvieran que mover todos sus datos de un lado a otro todo el tiempo no habría ancho de banda que alcanzara. Entonces lo que más les importa a los proveedores de internet y a los proveedores de contenidos es que haya servicios locales. De todas maneras, ni Google Drive ni Gmail ocupan tráfico fuerte, ocupan un tráfico normal. Ocupan mucho más tráfico –para poner un ejemplo– las videoconferencias de inglés que hace Ceibal, muchísimo más tráfico, que lo que puede ocupar este convenio.
EC —Por otro lado, en la Facultad de Ingeniería de la Udelar sostienen que el acuerdo ni siquiera sería gratis para los propios alumnos que usaran este servicio en sus casas. La explicación la dio en comisión el ingeniero Claudio Risso, que trabaja en el Instituto de Computación y está especializado en tráfico internacional, es que en nuestro país el tráfico educativo está exonerado del servicio por uso…
MB —No es todo así.
EC —… y señalaba: “Una buena parte de los hogares, principalmente de la educación pública, tiene en su casa servicio de conexión a internet Universal Hogares, que tiene un límite de tráfico de 1 GB, a partir del cual uno tiene que pagar por hacer uso adicional. Eso no afecta los servicios educativos cuando están alojados nacionalmente, porque Antel los puede exonerar, pero en el caso de Google el tráfico escaparía a las posibilidades de Antel. Aunque quisiera, tecnológicamente no se podría”, y ese trafico terminaría superando el giga y generándole un costo a esa familia.
MB —Primero, cualquier correo electrónico, cualquier actividad que no sea acceder a un portal o desde un portal a un portal .edu.uy tiene costo. Acá nadie está diciendo que el costo de tener una herramienta es cero. Sobre el costo del tráfico de internet en los hogares que tengan Universal Hogares habrá que conversar con Antel a ver cuáles herramientas va a dar sin costo y cuáles con costo. Fue una decisión que tomamos Antel y el Plan Ceibal que el consumo en las plataformas .edu no tuviera costo, cuando se accede al portal, cuando se accede a una cantidad de actividades. Pero internet tiene costo, Uruguay no es un país donde internet no tenga costo.
EC —¿Pero para este tráfico en particular, que es en teoría con el exterior?
MB —Hay que ver eso con Antel. Todo tiene costo, acceder a una plataforma tiene costo, 1 GB es poco o es mucho, Antel decide que eso es lo que entrega sin costo y me parece genial. En el programa de las tabletas para jubilados también vamos a entregar 1 GB sin costo, pero internet tiene costo. Se puede trabajar en una cantidad de lugares públicos donde la red es de Ceibal y no tiene costo para el usuario. Porque hay una cantidad de hogares que todavía no tienen internet, hay que tomar en cuenta que en Uruguay internet no ha llegado al 100 % de los hogares.
EC —Por último, la crítica al acuerdo que se sumó en las últimas semanas fue que de algún modo se desconocieron las alternativas que existían dentro del país para desarrollar una tecnología similar. ¿Ve a Uruguay preparado para desarrollar este tipo de aplicaciones para la educación?
MB —Uruguay está preparado para hacer cualquier cosa. Si me preguntan a mí, creo que hay una serie de herramientas muy importantes que hay que desarrollar porque no hay en el mundo, que tienen que ver con la educación, que tienen que ver con la pedagogía.
Me encantaría que hubiera una plataforma de lectocomprensión adaptativa, porque es muy importante mejorar la lectocomprensión, y no hay en el mundo una plataforma de lectocomprensión adaptativa. Me encantaría que hubiera libros inteligentes que pudieran dialogar con el estudiante y adaptarse a él. Hay una cantidad de herramientas que tienen que ver con la inteligencia artificial y la predicción que se necesitan hacer en el Uruguay para mejorar nuestra educación.
Si Uruguay quiere hacer una herramienta de utilitario colaboratorio que la haga. No es rol del Plan Ceibal. El día que esa herramienta esté pronta la vamos a usar, como todas las herramientas que estén prontas. Nuestro mandato es generar equidad e inclusión y apoyar al sistema educativo. La discusión de si en Uruguay se puede o se debe hacer corresponde hacerla con la industria del software, que es muy pujante en Uruguay, con la Cámara Uruguaya del Software, con el Ministerio de Industria…
EC —¿El razonamiento en el Plan Ceibal es “mientras no existan esas aplicaciones locales, vamos a aprovechar estas que ya están y no perdemos tiempo”?
MB —El razonamiento del Plan Ceibal es que hay una urgencia de equidad e inclusión de todos los estudiantes. Eso es lo que venimos haciendo desde hace ocho años, cada vez que hay una oportunidad de una tecnología a nivel nacional y no hay en el exterior la desarrollamos en Uruguay. Cuando hay en el extranjero y es adaptable a Uruguay, la adaptamos, ponemos gente uruguaya a trabajar en esa plataforma. Pero nosotros no hacemos política industrial, nosotros tenemos que dar equidad y acceso a la tecnología a los estudiantes. Tenemos que buscar las mejores herramientas disponibles en cada momento. Hemos tomado la tecnología de videoconferencia para el inglés y hoy tenemos todos los cuartos, quintos y sextos aprendiendo inglés. No podemos esperar el desarrollo de una tecnología para hacerlo, porque las generaciones de estudiantes pasan. Tenemos los libros en digital porque tenemos un software que hicimos nosotros, porque no había lo que necesitábamos. Pero si hubiéramos tenido un software hecho y hubiéramos tenido los libros dos años antes, ¿no habría sido mejor?
EC —Después de recibir a la Facultad de Ingeniería de la Udelar en comisión del Senado, el senador blanco José Carlos Cardoso dijo que después del intercambio que se había dado en sala, “el acuerdo con Google quedó en el fondo del mar”. ¿Cómo observa esta derivación que ha tenido el tema a nivel político? Varios partidos lo están cuestionando.
MB —Me sorprenden muchos comentarios de muchos legisladores. Pero son legisladores, están en su derecho a hacer sus comentarios. Algunos legisladores quieren hacer en Uruguay Google Apps, otros quieren hacer otras cosas. Nuestro objetivo es, insisto, la equidad y la inclusión para los estudiantes. Somos una organización independiente, estamos trabajando. Mañana miércoles vamos a recibir a la Comisión de Educación del Senado, le vamos a mostrar lo que es el Plan Ceibal, le vamos a mostrar todas las actividades que tenemos, vamos a tener una reunión larga, y vamos a ir al Parlamento si la comisión quiere. Ayer tuvimos una reunión con la bancada del Frente Amplio. Vamos a trabajar y a explicar lo que estamos haciendo, pero cada uno de los legisladores fue elegido por la ciudadanía y puede decir lo que piensa.
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EC —Le preguntaba por el ambiente político porque podría terminar viniendo una decisión política que dejara este acuerdo al costado.
MB —Si hay una decisión política, en el momento que exista será estudiada. En este momento lo que tenemos que hacer es informar a los legisladores, a todos los demás actores acerca, que es lo que estamos haciendo.
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Transcripción: María Lila Ltaif