¿Qué lugar debe tener la bicicleta en el tránsito? ¿Cuánto espacio deben resignar los peatones o los automóviles para promover este medio de transporte? Entrevista con los colectivos Ciudad Abierta y Bicivilizados
Foto: Ricardo Antúnez / adhocFotos
¿Qué lugar debe tener la bicicleta en el tránsito?
¿Cuánto espacio deben resignar los peatones o los automóviles para promover este medio de transporte?
Estas preguntas estuvieron en debate en estos días a raíz de que la Intendencia de Montevideo colocó cartelería pidiendo a los ciclistas que circulen a pie por la Rambla Sur y no encima de la vereda, entre los peatones.
La decisión generó molestia en los ciclistas, que no querían bajarse de la bici o ser empujados a andar entre los autos. Finalmente, la comuna dio marcha atrás y anunció la creación de un bicisenda sobre la vereda en la rambla, una medida que tampoco conformó totalmente.
En medio de esta discusión, la IM convocó a una reunión con diferentes organizaciones que promueven el uso de la bicicleta para pensar medidas a largo plazo que fomenten esta forma de transporte en la ciudad.
Conversamos En Perspectiva con dos organizaciones que participaron de la reunión. Estamos con Ana Inés Morató y Agustín Greif, del colectivo Ciudad Abierta, y Arthley Chacón, integrante del colectivo Bicivilizados.
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Escuchando a esta gente me quedo pensando qué lejos estamos de debatir el problema integral de la movilidad. Las modalidades de transporte todas tienen sus ventajas, desventajas y están relacionadas con los objetivos de los desplazamientos y los medios económicos de quienes los hacen. Uno de estos activistas decía que vive en el centro, va a sus emprendimientos en pocitos y que lo hace en 10 minutos en bici, en lugar de usar 20 para ir en el auto (y yo agrego en lugar de usar 20 en el E14 o 30 en un 116). El gran ausente de esta discusión es el transporte público y eso es asombroso en gente que tiene un discurso orientado a la sustentabilidad y se preocupa por inclusión.
El sistema de movilidad tiene que servir para que este empresario y activista pueda ir en bici, pero también tiene que resolver por ejemplo estos desplazamientos:
1. El personal de servicio doméstico que vive por ejemplo en el oeste de Montevideo y trabaja en Carrasco.
2. El albañil que vive en Playa Pascual y trabaja en obras al sur de Av. Italia.
3. El técnico en refrigeración, el electricista, el vidriero, el cerrajero, un sanitario, en general el que tiene que recorrer la ciudad reparando cosas, tiene trayectos ad hoc, su productividad depende de que acorte los viajes y además debe llevar herramientas y materiales consigo.
4. La distribución minorista, los comisionistas, los visitadores médicos.
5. El trabajador rural, el veterinario, el agrónomo, la gente que tiene que meterse campo adentro aunque viva en el área metropolitana o su periferia.
Son todos problemas diferentes y requieren diferentes soluciones. Para 1. y 2. la gente a menudo se compra una moto o un auto de los años 80, que es lo que puede pagar. Un albañil no puede llegar a laburar con la lengua de afuera, no puede «darle pedal a la vida» luego de un jornal de 8 hs en la construcción ni puede darse el lujo de vivir a 10 min de bici de las obras, como vive uno de los entrevistados. Déjense de embromar, la bici como vehículo para ir a laburar es elitista y no deja de ser una solución individual.
Todos los días hay un río de gente que viene a Montevideo a trabajar y que vive en ciudades dormitorio, a 20 o 30 km de su lugar de trabajo y ese es el verdadero desafío que hay que resolver. Esa gente echa hora y media o dos horas en llegar en transporte colectivo, dependiendo de qué tan frecuente sea el bus y de cuántas paradas haga en el camino. También los desplazamientos internos a veces en transporte colectivo son absurdamente lentos: tomarse un 306 en el Cerro para ir a Carrasco son dos horas de vida al ir y dos al volver. Les asombraría la cantidad de gente que llega a trabajar en esa zona desde la zona oeste de Montevideo y cómo pierden medio jornal más sólamente en ir y volver. Por eso, a medida que las motos y ahora los autos viejos se abaratan, la gente se los compra. La solución sustentable y que disminuye el uso de las calles es el transporte público masivo y rápido: requiere rieles, túneles y viaductos. Mientras eso no existe, la motito
y el cachilo es lo que hay. Para un oficinista la vida es otra cosa: muchas veces gana bien, puede vivir más cerca, no lo penaliza tanto el cansancio físico y capaz que hasta se puede duchar y cambiarse cuando llega a su lugar de trabajo.
3., 4. y 5. dependen del transporte particular motorizado, no hay vuelta. Una furgoneta, una pick-up o un auto grande son indispensables porque los trayectos son cortos, difíciles de planificar y requieren muchas veces mover cosas para poder trabajar.
¿Que no se llega destruido y todo sudado? Me hizo gracia porque se ve que algunos no somos tan agraciados físicamente como este entrevistado. Que tenga piedad de los desagraciados, que tener buen físico también es un privilegio. Cuando tenía 20 y pocos años vivía en Malvín Norte, trabajaba en el centro y estudiaba de noche también en el centro. Anduve durante meses en bicicleta, hasta que no me dió más el cuerpo. Llegaba empapado en sudor en pleno invierno, eso lo viví. No me querían ni saludar porque daba un poco de rechazo. Dejé de andar porque hacia noviembre no aguanté más los calores y porque además tenía miedo al tráfico, claro. Eso último es cierto, pero está lejos de ser la única variable: a las 23.00 hs después de un día largo y con la perspectiva de levantarse a las 08.00 el día siguiente era demasiado para mi en ese momento probablemente de «pico» de rendimiento físico. Me pasé al 370, demoraba más o menos lo mismo en el viaje, pero le agregaba 20 minutos o media hora de espera. Guardaba un poco de la energía que ya no tenía y eso ya me servía. Cuando pude me pasé a un auto viejo y gasolero y gané hora y media por día sin que fuera tanto más caro que el bus.
Después está, claro, el mundo hipster, el de la gente de clase media y media alta, afín a las grandes causas, idealistas y prestos a dedicar gran cantidad de tiempo a militarlas para indicarnos el camino. Eso no me molesta siempre y cuando no asuman una posición de superioridad moral. De pronto el automovilista «anormal» que molesta a uno de estos ciclistas es un albañil que viene de hacer 8hs en el andamio al rayo del sol y ahí el discurso de demonizarlo no me resulta muy simpático. Si cometió una infracción, hay que disciplinarlo, pero mientras no haya otra cosa para ofrecerle, que siga en el cachilo. Genéricamente los ven a todos como unos potentados que andan con su tonelada de acero llevándose el mundo por delante. No distinguen, no ven matices ni la problemática de gente que tiene desplazamientos jodidos para hacer todos los días y laburos físicamente agotadores. Ahí es donde me empiezan a molestar los activismos, cuando asumen que sus intereses y preocupaciones son los que son porque están movidos por principios e intereses moralmente superiores a los de los demás. Cada uno se rasca con las uñas que tiene, dice el refrán.
Dicho todo esto, que me parecía fundamental, claro que en la rambla sur hay lugar para hacer una ciclovía sin sacarle lugar al peatón. Y me parece bien, porque invita a pasear en bici, le da seguridad al peatón y ayuda a que uno de los entrevistados vaya a sus emprendimientos en Pocitos más cómodo y seguro. Pero no porque haya que hacerle la guerra al auto, sino porque ahí hay lugar para todos. Yo por ejemplo, ese tipo de trayectos los hago en el E14, que demora un poco pero va rapidísimo y le empata al auto Jamás se me ocurriría mover el auto para eso porque no gano tiempo, me sale más o menos lo mismo, me estreso y me arriesgo a tener un accidente.
Sería importante que con esa ciclovía el E14 se pueda arrimar a la vereda y que se pueda subir y bajar con tranquilidad. Como transporte colectivo entiendo que debe tener prioridad para hacerlo. Yo quisiera también que algún día cualquier trabajador pueda hacer esta cuenta y le de lo que me da a mi: si me tomo el transporte colectivo ahorro tiempo, dinero, voy más tranquilo y llego descansado. Eso es lo realmente civilizado: las soluciones colectivas a problemas colectivos.
esta gente de los colectivos de bicicletas, definitivamente es tonta.
por decirlo delicadamente.
su lugar para circular es la calle.
si corren peligro, que vayan a quejarse a la intendencia y les resuelva el tema.
los peatones no tenemos porque correr el peligro que uno de estos energumenos idiotas nos atropelle sobre la vereda.
personalmente, llevo un gas pimienta en el bolsillo.
ya hay dos idiotas sobre bicicletas, que acostumbran a circular por la vereda, que deben haber aprendido la consecuencia de prepotearme luego de atropellarme.
Y sin duda alguna. un metro y medio por mano. Para pedales,eléctricas ayuda pedal y monopatines, o patines.