Sindicato Policial reconoce mejoras en salario y equipamiento en gestión de Bonomi, pero recuerda su «falta de empatía y liderazgo»
La muerte de Eduardo Bonomi reabrió la discusión sobre su gestión al frente del Ministerio del Interior. En la oposición se reeditaron las críticas o se optó por el silencio. Los reconocimientos, básicamente, corrieron por cuenta de voceros del Frente Amplio.
En ese contexto, llamó la atención la evaluación que publicó en redes sociales el sindicato de Policías de Montevideo, Sifpom, que desde marzo de 2020 se ha mostrando bastante alineado con la actual gestión del Ministerio del Interior.
En su cuenta de Twitter, la presidenta de ese gremio, Patricia Rodríguez, escribió: «Salario, equipamientos, nocturnidad y reestructura interna fueron algunos de los avances en su período. Que en paz descanse».
«Se reconocen las cosas que se hicieron bien» dijo En Perspectiva el secretario de prensa de ese sindicato, Carlos Pírez, al admitir que ese reconocimiento al fallecido ministro generó ciertas diferencias en la interna gremial. Algunos afiliados cuestionaron que se transmitiera la idea de que «había sido una gestión de lujo».
Pírez recordó que «siempre le reconocimos lo bueno y le dimos el palo que le teníamos que dar».
Entre los puntos buenos de la gestión de Bonomi, el incremento salarial y el equipamiento quedan en los primeros lugares. Del otro lado y, a diferencia de Jorge Larrañaga, la «falta total de empatía y liderazgo» de Bonomi. Por ejemplo, a la hora de no asistir a presentarle respetos a los funcionarios caídos en servicio.
«En una fuerza como la Policía, la imagen de liderazgo es fundamental», afirmó Pírez.
El dirigente sindical apuntó a su vez a la «nueva Policía», tantas veces aludida por Bonomi. Un término que, sostuvo el funcionario, generó divisiones entre sus colegas: «No somos la nueva Policía, somos la Policía de siempre».
Pírez consideró «normal» la relación del sindicato con el actual ministro, Luis Alberto Heber. «Larrañaga se extraña muchísimo», apuntó. «Era un compañero más».
Ante el próximo referéndum, Píriz se abstuvo de opinar. Recordó que los policías no pueden expresarse políticamente. De todas formas, dejó en claro que «los artículos de la LUC son reclamos y reivindicaciones nuestras».
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Recuerdo el criterio de Bonomi, iba a velorios y sepelios de funcionarios policiales caídos en cumplimiento de tareas institucionales, no lo hacía cuando sucedían en tareas privadas; de hecho y lo dijo y lo impulsó (con importantes subas salariales), quería que los policías se dedicaran en exclusiva a la labor oficial.
Dice el entrevistado que no sintió liderazgo y empatía, dice también que un ministro del interior debe, según él, ser compañero.
Bueno, cada quien tiene diferentes visiones sobre lo que es liderazgo, quizás profesionalizar, equipar, modernizar, purgar corruptos y lo que ya expresé sobre los salarios, no configuren liderazgo según el señor sindicalista.
A la policía se le reserva el uso de la fuerza pública por derecho en la Constitución, la ley indica las formas y los límites de dicho uso; pensar que la empatía pasa por tener que ser «compañero» de la acción de los subordinados en hechos que hasta implican gente muerta, es y perdón, de una pobreza intelectual y republicana, alarmante.
La policía no necesita devotos ni hinchas, sí necesita ciudadanos formados en la profesión, vocacionales, templados y sensatos en el ejercicio de la labor.
Adhiero a todo lo que expresa Torres. Y agrego: el espacio público está cada vez más intoxicado de emociones y de símbolos. La empatía medida en base a gestos es una supuesta virtud muy sobrevalorada. Mucho más importante que ir a un velorio de un policía (que concuerdo en que Bonomi lo hacía) es dar medios materiales para evitar el velorio. Equipamienos como chalecos antibalas que no estén vencidos son un medio de evitar velorios. Dar buenas armas, vestimenta, equipos de comunicación, videovigilancia, armar hasta con blindados a la republicana, también sirve para evitar velorios. Incluso el recomendar retiradas tácticas cuando la cosa se pone fea, en lugar de mandarlos a no aflojar, salva vidas de policías.
Bonomi fue el mejor ministro del interior que vi en mi ya larga vida. Un incomprendido dentro y fuera de su fuerza política, criticado por derecha por ser blando y por izquierda por estigmatizar a los pobres. Un tipo que tuvo que salir a explicarle a sus propios correligionarios de Casa Grande –Constanza Moreira a la cabeza– que hacer un «megaoperativo» en Casavalle para ir a sacar a los delincuentes de allí y llevarlos a la justicia no es estigmatizar a los pobres, sino sacarles a los delincuentes que los atormentan. Contaba Bonomi que en las reuniones que tenía con los vecinos, ellos mismos les pedían por favor que «los estigmatizaran», si eso significaba tener presencia policial y llevarse a los delincuentes del barrio. Es difícil decir esto en la intetrna del FA, porque uno no se hace aplaudir por llevar policía a una zona pobre. Explicar que los pobres quieren policía en su barrio es una forma muy importante de apoyo político al trabajo policial.
Un ministro que relevó a Paternain –fiel reflejo de la opinión de Casa Grande y de los sectores de clase media del FA– por Leal, odiado por los delincuentes, acusado a voz en cuello de «antichorro», respetado por los vecinos, trabajadores pobres que le confiaban sus peores pesadillas para que los ayudara a salir del infierno en el que estaban. Un ministro que tuvo la tarea de ir a conseguir recursos para la policía en un gobierno de izquierda y logró dignificar la tarea policial con el reconocimiento más importante que tiene un trabajador: salario y medios materiales para trabajar. Lamentablemente la gente de hoy día es más fácil de seducir con símbolos y emociones que con recursos materiales. Los policías que dicen esto no parecen ajenos a este fenómeno. Felizmente existen otros puntos de vista, más materialistas, como el de la presidente del sindicato.
Me olvidaba de algo: A Bonomi le tocó hacia el final de su gestión el tremendo cambio del nuevo CPP. A veces se razona como si la que hace justicia y recluye a los delincuentes fuera la policía. La policía es una herramienta auxiliar del poder judicial. Sirve para detener, reunir pruebas y conducir a la justicia, pero no es la que decide quién y cuánto tiempo va preso, quién tiene una pena alternativa y a quién simplemente lo dejan libre. Tiene también un rol disuasivo en la medida en que la perspectiva de recibir una pena sea real.
Tampoco es el ministerio del interior el que decide cuánto se invierte en cárceles ni si se trabaja o no en la reeducación del preso (tarea que es un mandato constitucional). El acusar a su gestión del aumento del delito es por lo menos una liviandad. El sistema penal y el CPP son una parte mucho más decisiva de la política anticriminal.
Nada más acertado que tu comentario Juan Torres, en definitiva Bonomi trató a las personas de su ministerio como un ser adulto y equilibrado, nada más que decir, tú lo has dicho todo!
? Que prefiere el policía uruguayo? Un ministro «amigo» como el guapo pero cuyo gobierno recorta inversiones, rebaja salarios, provee chalecos vencidos, o un ministro de un gobierno que eleve su salario, lo equipe mejor, le pague nocturnidad y presentismo, elimine el arresto a rigor, le permita sindicalizarse, etc?