La audiencia opina…

La sociedad y la tercera edad

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Entrega de tablets a jubilados del Plan Ibirapitá, Plaza Independencia, 19 de junio de 2015. Foto: Santiago Mazzarovich/adhocFotos

Soy maestra jubilada luego de haber trabajado 37 años en la enseñanza pública. Quiero referirme puntualmente a su editorial respecto al lugar que la sociedad designa a las personas de tercera edad, salvo excepciones por historia personal de vida. Quienes (como yo) trabajaron en empleos públicos o privados, el día que nos retiramos empezamos a hacernos invisibles a la comunidad. En lo que me es personal traté de mantenerme activa pero los muros de los prejuicios van minando los esfuerzos. Súmele además la incomprensión. Cuando usted ofrece cosas que sabe que puede dar lo miran como bicho raro.

Un ejemplo: soy profesora de piano. Ofrecí en la escuela en la cual trabajé los últimos diez años dar clases de música a algún niño que gustara del piano. Nunca me tomaron en serio. No pudieron o no hubo voluntad de planificar un horario para la actividad. Luego ofrecí a vecinos cuyos hijos eran chicos que me los mandaran a enseñarles a tocar, aprender solfeo, etc. Las madres me miraron con caras extrañas, preguntaron cuánto cobraba; contesté que nada, que era un gusto. Nunca respondieron ni sí ni no. Parece que las ofendí.

Lo último: empecé a ver en las redes quejas y dolores de abuelas cuyos hijos o hijas no les permiten el trato familiar con sus nietos. Esto es mucho más frecuente de lo que se ve. Sensibilizada por esta situación escribí a una senadora de la República pensando que los abuelos debemos tener derecho a ver a nuestros nietos, así como un padre tiene derecho a ver a sus hijos. La respuesta demoró y ante mi reclamo contestó una secretaria sacandose de encima el lazo de la responsabilidad de esa lucha. Tratándose de quien se trata, pensé que recibiría una respuesta más humana, una comunicación real e intresada. Fracasé. Por esto se darán cuenta de cuánto valoro esa editorial realizada con seriedad periodística y sensibilidad social y humana.

Gladys Malvárez
73 años, Maldonado

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