
Eleonora preguntó: “¿De qué se trata?”, Santiago contestó: “De que nos gusta sufrir”, y Pedro lo aclaró: “en realidad, parece que nos enamoramos de nuestro sufrimiento”.
Dice parte del prólogo de Nación Prozac de Elizabeth Wurtzel (1994): “Me siento como un modelo defectuoso, como si hubiera salido de la línea de montaje completamente jodida y mis padres deberían haberme llevado de vuelta para que me repararan antes de que se acabara la garantía”.
En el estudio Jorge Bafico puso la mirada psicoanalítica y Regina Ramos la poética.
Hablamos de la estructura clínica de la depresión, de que se puede escribir desde la alegría, de que a los niños los llenamos de pastillas para que se queden quietos en la mesa del colegio, de que el psicoanálisis viene perdiendo contra la “psicología espiritualista” y las estanterías repletas de autoayuda. También que hay quienes no sueltan el sufrimiento porque en él obtienen su identidad, como escribe Žižek sobre ciertas madres.
Dijo Gabriel Rossi, psiquiatra especialista en adicciones (a quien escuchamos por teléfono), que no todo sufrimiento tiene que erradicarse: hay que aprender a sufrir. Tenemos que angustiarnos de la manera apropiada, porque el sufrimiento es parte de la existencia, los fármacos no lo curan, ni deberían.
Nunca discuten Eleonora Navatta, Peter the Lion y Santiago De Arteaga. El Galgo nos pone on air y también a Fernando Cabrera cuando canta "Sufro el dominio de la verdad / Todos los goces que ya no están".